"Estoy aquí y vine a quedarme"

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Thomás

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Thomás

Mamá chilló emocionada cuando le conté que ya tenía novio y que era nada más y nada menos que Axel. Le conté sobre él, le dije cosas maravillosas. Y ella se puso feliz por mi.

—Debes traerlo a casa, Thomi.

—¿No crees que es muy pronto para eso?

—Es tu novio claro que no es muy pronto —sonrió.

Novio pensé. Que bonito sonaba escuchar esa palabra y saber que la persona a la que se refería mi madre era Axel Derry.

Aquel joven de preparatorio que logró llegar a mi corazón y enamorarme, y tal vez no pudimos tener nada en ese entonces, pero ahora es distinto.

Una vez mi abuela, que en paz descanse, me dijo que la persona que esté destinada a estar contigo lo estaría. Sin importar si pasan los años o si viven muy lejos. Su destino es contigo y será así hasta el final. Y sin duda, Axel Derry es mi destino, mi futuro, mi alma gemela.

—¿Ves? Hasta te brillan los ojitos —mamá se acercó a envolverme entre sus brazos y tratar de asfixiarme con su indudable amor— lo espero en la casa el próximo fin de semana —me guiñó el ojo antes de desaparecer por la sala.

Sabía que mi madre estaba contenta, pues le había hablado de Axel hace mucho y ella... solo ella sabe cuanto es que me gustó y me gusta Axel.

Una vez me dijeron que es difícil saber si alguien puede aceptarte en su vida, hoy de pie digo que no es difícil si sabes como llegar al corazón de esa persona.

Axel siempre me pareció alguien que se camuflaba bajo capas para evitar que lo lastimen y con la muerte de Jayden pude ver más de eso en él. A Axel le afectó demasiado perder a Jayden porque, aunque me sea algo doloroso aceptarlo... Sé perfectamente que Jayden fue el amor de su vida y a mi me tocará ser su alma gemela.

A veces el primer amor es así. Uno aprende a amar primero, pero el otro aprende a amar para siempre.

***

Axel tenía una de esas sonrisas de oreja a oreja.

Esa facción en su rostro era más que suficiente para darme cuenta que lo amaba más de lo que podría imaginarme.

¡Dios cuanto lo amo! Y cuanto anhelo poder llamarlo mi esposo algún día si es que se puede dar la posibilidad.

—¡Esto es fantástico!

Axel estiró sus brazos hacia arriba simulando volar para que pueda sentir la brisa del aire. El aire chocaba en mis mejillas, después de todo estábamos en un globo aerostático.

—Siento que al momento de bajar voy a vomitar —llevé una mano a mi boca, cubriéndola. Axel rio mientras negaba. Se acercó a escasos milímetros de mi. Dejó un beso en mis labios, y como arte de magia las náuseas desaparecieron.

En el camino los alejó un corazón ©Where stories live. Discover now