"No dijeron que sería fácil"

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Thomás

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Thomás

Sonreí al leer el mensaje de Axel.

Después de todo llevaba enamorado de él. ¿Cinco años o seis?

—¿Qué es lo que ocasiona tu sonrisa de pollo? —mamá se acercó a mi con una sonrisa de oreja a oreja.

—No es nada —guardé el celular.

—Ajá y yo estoy loca.

—Que curiosa eres mamá.

—No es curiosidad. Simplemente quiero saber quien hace sonreír tanto a mi hijo pequeño.

—Eres tremenda —reí— colocaré los platos.

—Ni creas que te libras de mi cuestionario, querido.

El tiempo que estuve estudiando fuera me sirvió para darme cuenta que lo que llegué a sentir por Axel hace tiempo fue algo más que un simple amor por tu compañero de preparatoria. Fue más fuerte porque él es especial. Pero Jayden me había ganado. Lo había conquistado mucho antes que yo. Pero ahora que no está debo cumplir la promesa que le hice.

Cuidar a Axel de todos.

Y aunque Axel no fuera un niño pequeño quería cumplir lo que prometí. Jayden fue un gran chico y sé que amó a Axel, demasiado. Incluso más de lo que yo puedo amarlo, y sé que Axel lo ama demasiado, incluso más de lo que podría llegar a amarme si es que se lograra dar algo entre nosotros.

Y no. No quiero ocupar en lugar de Jayden en el corazón de Axel. Todo lo contario, quiero ganarme un lugar en su corazón, y no como el reemplazo de Jayden Rizzo sino como Thomás. Quiero ganarme su corazón con mi nombre propio.

Y tal vez puede que sea difícil porque Axel pasó por mucho, pero quiero intentarlo.

Nunca se sabe si se puede ganar una batalla cuando ni siquiera has intentado ir a combatir.

Y eso era lo que yo quería hacer.

Ir a la guerra por el amor de Axel. Aunque había una ventaja, no había soldados con quién luchar, y eso me facilitaba las cosas. Pero, aunque no hubiera soldados... Debía combatir contra breves cenizas de un amor que fue muy intenso y dejó una huella en lo profundo de su corazón y de su alma. Debía pelear contra lo hubo, pero no pudo ser.

***

Él sonrió. El día estaba soleado y mi corazón bombeaba amor.

—¿A dónde vamos? —preguntó con esa mirada que me había gustado desde la primera vez que lo vi.

—A un lugar donde seamos solo los dos —pensé inconscientemente para luego responder en voz alta— a perdernos por algún lugar.

—Thomás tengo una cita en la tarde con una paciente.

—De eso ya me encargué yo. No te preocupes —sonreí.

Y entonces me dediqué toda la tarde a pasarla con Axel.

En el camino los alejó un corazón ©Where stories live. Discover now