Capítulo 93. Momentos

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-Entonces mañana estudiarán por su cuenta y realizarán algunas actividades de su libro de matemáticas, mañana a primera hora se lo dejaré encargado a Iida, él tendrá que comunicarlo- mi padre parecía más cansado de lo usual -Entendido?-
-Si!- gritamos
-Bakugo, Midnight me informó sobre lo de hoy, tienes tu castigo, sabes que hacer-
-Si, lo sé- replicó el rubio
-Bien, a sus habitaciones-
-Buenas noches- dijeron algunos
-Descanse profesor Aizawa- añadieron otros
-Nos vemos!-
-Dulces sueños papá- murmuré y caminé a mi habitación
-Tu te quedas, me entere de tu bromita-
-Pero...-
-Castigada, lo mismo que Bakugo, no por ser mi hija tendrás libertades así-
-Puedo saber cómo te enteraste?-
-Hawks me llamo diciendo que nunca le faltaría nada ni a ti ni a su polluelo- dijo esto con un tono notablemente molesto
-Bien, estoy castigada-
-Antes de que te vayas, no has hecho eso con Hawks...cierto?- la voz de mi padre cambio por completo
-Por supuesto que no-
-Y con alguien más?-
-No papá-
-Bien, solo me aseguraba- el hombre se calmó -Buenas noches Isabell-
-Buenas noches papá-

Fue lo ultimo que dije antes de retirarme a mi habitación, no estaba molesta, la explicación de Hawks me había causado gracia, aunque el pequeño interrogatorio me dio escalofríos. Mientras recorría los pasillos vacíos, escuché bastantes ruidos en la habitación de Bakugo, claro que yo por ahí no pasó, así que espere un poco a que se calmara para pasar sin problema alguno y en especial, por si Kacchan salía, no quería morir tan joven. Pasaron los minutos y decidí pasar corriendo tal Naruto lo haría, mamá estaría orgullosa de ver cómo me había convertido en una mini versión de ella. Me prepare y justo cuando comencé a correr, su puerta se abrió. Maldita ley de Murphy.

-Qué mierda haces?-
-Yo?- cuestione bajando los brazos y enderezándome -Nada, solo me dirigía a mi cuarto-
-Y porqué la pose tan rara?-
-Me...iba a caer...si, me tropecé y eso...- trate de arreglar mi estupidez
-Estabas corriendo como Naruto?- el rubio se burló
-Claro que no- me defendí volviendo a caminar -Y si me disculpas, voy a dormir como la buena niña que soy-
-Ven conmigo- el chico me arrastro a su habitación
-Hey! Tengo que regresar!-
-Toma, para la próxima no hagas estupideces- me entrego una caja, pero por la poca iluminación no vi mucho
-Gracias, supongo-
-Sabes donde está la puerta-
-Que amable- me acerque a la puerta -Buenas noches-

Me fui directo a mi habitación, sin prestarle atención a la caja de Bakugo. Llegando a mi habitación me alisté para dormir, sin embargo, la curiosidad fue más fuerte y me obligo a buscar entre mis cosas el obsequio que Kacchan me había dado hace unos minutos, claro que al sacar la caja roja con un popular nombre de preservativos entre en pánico. Maldije en un murmullo y salí de mi cómoda cama para nuevamente ir a la habitación de Kacchan.

-Bakugo Katsuki!- grite en un susurro para no despertar a nadie y que no se dieran cuenta de la incómoda situación -Abre la puerta chihuahua explosivo!-
-Qué quieres?- Kacchan abrió la puerta a lo que inmediatamente le tire la caja en la cara
-Qué mierda te pasa?! Porqué me das condones?!-
-Qué te pasa a ti?! No es manera de regresar un maldito regalo!-
-Eso no es un regalo- repliqué enfadada
-Es para que aprendas a no hacer bromas de ese estilo! Nos tenías preocupados! Además...-
-Bakugo! Guarda silencio!- un Iida molesto se escuchó a lo lejos, parecía que saldría en cualquier momento
-Entra-

Me jalo de nueva cuenta a su habitación y cerró la puerta, quedando él afuera para discutir con nuestro delegado. Finalmente entró y volvió a hacer pequeñas bromas acerca de los preservativos, cosa que me molestaba y era lo que más gracia le causaba. No podía irme, pues Iida se quedó a patrullar para que Kacchan no hiciera ninguna estupidez, aquí me pregunto yo, porqué siempre me quedo en la habitación de algún chico? Pero aquí les pregunto, qué hubieran hecho ustedes? O mejor, qué hubiera hecho ladybug?

-En poco te podrás ir- Bakugo me sacó de mis pensamientos, habían pasado unos minutos sin que me molestara con sus bromitas -Solo ya no hagas esas estupideces, bien? El cuatro ojos no tarda en irse a dormir-
-Bien- respondí mirando la caja de preservativos
-Qué? Quieres usarlos?- rio mientras me observaba y luego me los entregó -Nunca has visto uno o qué?-
-Ya lo has hecho?- pregunté sin más, si me los había dado es porque ya tenía experiencia previa, no?
-Tener sexo? Claro que si, no soy un estúpido como Deku- su respuesta hizo que un vacío se formara en mi estómago -Qué me dices tú?-
-Yo?- me sobresalte, no esperaba que me preguntara lo mismo -La verdad...no, será una estupidez, pero quiero esperar al...correcto? Si se puede llamar así-
-Y cómo sabrás quien es el correcto?- Kacchan se sentó a mi lado
-No tengo la menor idea, sólo sé qué pasará, tampoco es que piense siempre en eso-
-Que tontería-
-Muy cursi para ti, no?- reí y acaricie su cabello
-En realidad, pienso igual....pero....-
-Pero...?-
-Sé que hicimos un acuerdo y eso, pero a la mierda su puta promesa-

El chico se abalanzó y me beso, no supe reaccionar por lo que me separe, mire sus ojos rojos, buscando alguna pista de lo que quería, sin éxito claramente; hasta que un "puedo seguir?" me distrajo, lo había besado antes, pero la situación cambió, jamás habíamos hablado de sexo. Claro que uno o dos besos más no hacían la diferencia. Estos fueron tiernos, románticos, algo bastante curioso si tenemos en cuenta que el chico quien me besaba era el indomable Bakugo. Uno de los besos se intensificó bastante, el ambiente era bastante diferente y Kacchan había tomado el mando en el beso, ahora era más brusco; me tomó de la cintura y me recostó en el centro de la cama mientras él se apoyaba encima de mi. De un momento a otro, su camisa del pijama se encontraba en el suelo y mi liga que sujetaba mi pelo, en su mano, dejando así mi pelo suelto.

-Bakugo!- gritó un Iida desde el pasillo, ambos nos separamos de la impresión -Bakugo! Estás dormido?!-
-No digas nada- me susurro mientras nos sentábamos otra vez en la orilla de la cama
-Que pregunta tan tonta- reí en voz baja al reaccionar y entender lo que había preguntado Iida
-Tan tonta como tú?- Kacchan me sonrió
-Me voy!- anunció Iida antes de que lo escucháramos marcharse para luego reír
-En ese caso, me voy a mi habitación antes de que vuelva....me das mi liga?-
-Todavía no acabamos, no te escaparás así como así-
-Espera, que?-

El chico me sentó encima de él y beso mi cuello, dejando una que otra marca, sabía que mi padre me mataría. No pasaba de media noche, el tifón corto la electricidad quedando completamente en oscuridad total, solo lograba ver los ojos de Kacchan. El ambiente volvió a ser el mismo de antes, besos intensos, caricias que cada vez subían la intensidad, mordidas y chupetones por parte del rubio.

Hasta aquí este capítulo!!
Espero les guste!
Y bueno, la pregunta...
Qué quieren que pase?
1. Salen a patrullar
2. Van a los salones a limpiar
3. Les prohíben salir
Y en la hora triste...
Cuando Koda era un niño desarrollo un trauma pues los animales le decían la mala imagen que tenían ante los humanos.
Nos vemos!!

Escogeme a miWhere stories live. Discover now