Capitulo 4-Desobediencia (Parte I)

63 19 25
                                    

Mismo lunes de mayo, luego de que Kendall se fuera.

Tristán tenía un gran deseo, me lo repitió varias veces y yo lo tomaba a la ligera porque no sabía que ese deseo era la razón de todo lo que viviría.

Kendall era una chica muy decidida, sin embargo veía como mientras se iba miraba constantemente hacia atrás, para ser exactos, miraba directamente hacia nosotros. Algo me estaba ocultando y parecía no saber qué hacer.

¿Qué me ocultaba?

Lo mismo que todos.

—Ella no es tu amiga —Soltó Tristán.

Volteé a observarlo incrédulamente, él no debía juzgarla, no sabía ni quién era, ni sabia nuestra historia.

—No te molestes ahora, mariposa —Me miró directamente a los ojos—, te dije que luego entenderás todo lo que digo —Tomó mi mano y la besó tiernamente—. En un tiempo lo odiarás todo, mariposita... incluso a mí —Tensó su mandíbula—, pero todo tiene un propósito y el mío es enseñarte a vivir tu vida, mi vida, nuestra vida.

Enseñarme a vivir la vida... No sonaba tan descabellado cuando observabas como era la mía. Encerrada en una habitación, con solo una amiga, obsesionada con mariposas, tomando tratamientos de depresión, ansiedad e insomnio y sin ganas de vivir.

Hasta que llegó él a cambiarlo todo.

—¿Por qué te odiaré? ¿Y por qué odiaré todo?

Sonrió sin despegar los labios y expiró.

—Me ducharé, Andy —Su voz parecía afligida—.Yo... —Aclaró su garganta— yo también tengo sentimientos. Sé que en un tiempo te lo preguntarás, y la respuesta es sí, tengo sentimientos —Clavó la mirada al suelo y su voz empezaba a quebrarse—, de hecho, tengo muchos ­—rió pesadamente—, muchos por ti, por mí y por un nosotros.

Sé que los tienes, Tristán.

No me dio tiempo a procesar lo que había dicho cuando salió de mi casa, dejándome desolada.

Había algo que me hacía sentir muy triste, en el fondo sentía que hubo algo que mi corazón entendió pero yo no, porque pronto sentí mis mejillas húmedas y mi mente hecha un lío.

Mi corazón sabía lo que mi mente no recordaba.

[...]

— ¡Ya estoy aquí, Andy! —Escuché la voz de Tristán fuera de la casa.

Me asomé por la ventana de mi habitación, y allí estaba.

—Pediste que no entrara sin tu permiso —Me recordó con una sonrisa gigante—. Así que ábreme o tendré que entrar por la ventana.

Mi respuesta fue bajar y abrirle.

Estaba con una sonrisa de oreja a oreja, no me dejo hablarle cuando me atajo en sus brazos rápidamente para abrazarme.

— ¡Guau! —Dije sorprendida antes de corresponderle el abrazo— ¿Algo amoroso hoy, señor?

—Para ti puedo ser lo que quieras.

Mis mejillas ardieron velozmente, mi cuerpo reaccionaba casi anticipadamente a él y a sus oraciones.

Yo diría que anticipadamente.

—Así que... —susurró acercándose a mi oído— Dime, Andy ¿Qué quieres que sea?

Quiero que seas tú, realmente tú, aquí conmigo.

Mi garganta parecía haber quedado seca, ni una palabra podía brotar de mis labios. No sabía que decirle.

Tristán se separó, culminando el abrazo. No podía mirarlo a la cara, estaba avergonzada, no sabía que decir ni qué hacer. ¿Debía ignorarlo?

De pronto, mientras mi mente gritaba "¡Ayuda! ¡Esto no es un simulacro!" sentí la cálida mano de Tristán tomar mi mentón y llevarlo hacia él.

—Soy todo lo que quieres ¿No es así?

Es así, solo te faltó un detalle, cariño.

Estaba a centímetros de mi cara, podía sentir su aliento chocar contra mis labios. Yo no movía un musculo, y Tristán sonreía descaradamente.

—¿Quiere salir a comer, señorita mía?

Se alejó aun sonriente mientras preguntaba, seguía sin entender sus acciones ni sus oraciones.

— No suelo salir de casa a menudo —Respondí sincera.

—Por lo mismo deberíamos salir —Fruncí el ceño, realmente no me gustaba salir—. ¿No te gustaría probar algo nuevo?

—Creo que estoy bien así —Respondí incomoda—. Salir suele darme ansiedad.

Tomó la punta de mi cabello y jugueteó con ella un momento hasta que sus ojos se encontraron directamente con mis ojos.

—¿No dejarás que cumpla con mi palabra, Andy? —Seguía jugueteando con mi cabello.

Manipulador, hermoso manipulador.

—Tengo que enseñarte a vivir —Una pequeña sonrisa se asomaba por la comisura de sus labios—. A vivir por ambos, mariposita.

«Sí, este chico morirá» Me repetía mi conciencia.

Siempre vivirá en mí.

Tristán esperaba una respuesta, pero mi conciencia solo me repetía que moriría y ¡No podía morir!

—No moriré, no aún —rió burlón—, aunque puede que lo haga esperando una respuesta.

Entre pensar que tenía el don de leer mis pensamientos, en que debía dejar de jugar con mi cabello o desmayaría, en que moriría, y en una respuesta, solo decidí acceder.

—Solo a comer —Dije finalmente.

Aquella vez sería mi primera salida desde hace mucho tiempo, también sería la primera vez que desobedecería a mamá, la primera vez que saldría con un chico, y sobre todo, sería la primera vez que pensé en enamorarme, enamorarme de él, de mi mariposa monarca.





<3

Tristán es tan encantador, tan lindo y tan tierno que me fascina. 

Sin embargo ¿Morirá? ¿O qué son esas frases extrañas?

Dejen en sus comentarios que opinan de todo esto.

¡No olviden votar y comentar!

Voten si les está gustando Tristán y la historia.

Comenten si tienen una idea de lo que oculta Tristán.

¡Hasta el próxima capitulo, besties!

Mi perdida salvación (Un mundo de mariposas) CORRIGIENDO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora