Mi perdida salvación (Un mundo de mariposas) CORRIGIENDO

Capitulo 26-Tristán Sommerfugl

[Maratón Salvadores: 5/5]

Mi Tristán, mi chico mariposa, me duele pensar en aquellos recuerdos que no fueron reales.

Sin embargo, sigues siendo de mis salvadores, el mejor para mí, porqué tú, amor mío, fuiste la fuente de mi felicidad.

Por otra parte, volvamos al viernes veintidós de mayo, el día de la playa, justo después de aquel hermoso beso, cuando ya estábamos por irnos.

—¡Los esperamos en el auto! ¡No tardes, picarona! —Se escuchó el grito de Kendall que se dirigía al auto.

Miré a Tristán ruborizada, él también lo estaba y sus labios estaban hinchados, no pude reprimir una sonrisa al verlo.

Quería besarlo de nuevo.

—Estoy enamorado de ti —Admitió Tristán sonriéndome.

Esa cautivadora oración quedó resonando en mi cabeza, me quedé boquiabierta, ¿Realmente había dicho eso?

Él seguía mirándome sonriente, sabía que yo aun no procesaba lo que había dicho, rió por eso y relamió sus labios.

—Vamos, hermosa, o nos dejarán aquí —Tomó mi mano y salimos de la playa en dirección al auto—. Siento que estoy en el paraíso, bueno no, tú eres mi paraíso.

Antes de entrar al auto depositó un casto beso en mis labios, y sonrió dulce mientras nos adentrábamos.

Ambos nos sentamos atrás con nuestras manos unidas, yo tenía mi cabeza apoyada en su hombro y él daba pequeños besos en mi cabello, sentía como las mariposas volaban en todo mi estómago.

Por otra parte, Kendall estaba intentando ligar con Adam pero él estaba como e otro mundo, solo se concentraba en la carretera ni si quiera se molestaba en disimular que la oía.

Al cabo de unos minutos llegamos a casa, Adam dijo que llevaría a Kendall a su casa así que se despidió de mí y se fueron los dos, que suerte tuve en quedar a solas con Tristán rápidamente.

Aunque realmente estuve sola con escenas que solo pasaron en mi mente, parece que mi suerte solo era imaginaria... como él.

—Ahora... ¿Qué hacemos? —Preguntó Tristán recostándose a la pared de la sala.

Lo pensé por un momento y la verdad es que no tenía idea.

—¿Qué se supone que se hace después de besarse?

Luego de hacer la pregunta, un pensamiento no muy sano me dio la respuesta. Me ruboricé inmediatamente viendo los hermosos ojos cafés de Tristán, al ver mi reacción el mismo pensamiento no tardó en llegar a su mente entonces sus cejas se elevaron y noté como mordía sus labios.

—Vamos a tu habitación —Ordenó halando de mi mano y llevándome hasta ella.

¿Pasaría lo que creía? ¿De verdad mi pensamiento iba a ser realidad?

Una vez en la habitación, me cargo repentinamente, sosteniéndome con ambas manos en mis muslos.

Con cuidado se acerco hacia la cama y me acostó allí, él se había quedado analizándome de arriba abajo y no sé qué pensaba hacerme pero tampoco me importaba, estaba dispuesta a lo que sea.

Entonces empecé a ver los verdaderos problemas.

El problema no era lo profundo de su mirada, el verdadero problema era que quería hundirme en ella.

El problema no era que nuestros labios no estuvieran unidos, el verdadero problema era que quería poseerlos todo el tiempo.

El problema no era que el color de su cabello fuera anaranjado rojizo como una mariposa monarca, el verdadero problema era que mi obsesión pasó de las mariposas a él.

El problema no era que él iba a destruirme, el verdadero problema era que no me importaba.

El problema no era que me engañaba, el verdadero problema es que me gustaba ser engañada por él.

—No puedo, mariposita —susurró acercándose a mí—... Yo no estoy aquí para eso, yo solo debo enseñarte la felicidad.

Se acostó a mi lado, y yo solo lo observaba, debía admitir que deseaba volver realidad todos los pensamientos que habían llenado mi mente, pero es cierto que después de eso no hubiese soportado que Tristán me dijera que debía irse o algo parecido.

—Te amo, mariposita —murmuró con sus labios rozando los míos.

—Yo te amo más, Trist —Sonreí murmurando como él.

Unió nuestros besos en un lento beso, pero luego los separó para añadir:

—Gracias por ser mi todo, gracias por ser mi dueña, gracias por ser mi primer beso, gracias por hacerme sentir felicidad, gracias por enamorarme, gracias por hacerme sentir celos, gracias por ser mi sonrisa, gracias por dejarme ser libre, gracias por sentir mi corazón y gracias por hacerme vivir un mundo de mariposas.

Carraspeó su garganta y me di cuenta que estaba conteniendo el llanto, no obstante me sonreía aun con los ojos al borde las lágrimas.

—Gracias porque sé que serás último beso, gracias por destruirme con un beso, gracias por hacerme sentir dolor, gracias por cada lágrima que recorre mi mejilla cuando pienso en dejarte, gracias porque el último latido de mi corazón te lo dedicaré con orgullo a ti y gracias porque no habrá manera más hermosa de perderme que perderme en ti.

Tristán...

Eres y siempre serás mi salvación.

No sabes cuánto quisiera que todo hubiese sido algo más que una ilusión.

También quisiera volver al día donde tocaste mi puerta, quisiera vivirlo de nuevo aun sabiendo que es una mentira.

Si pudiera ver tu rostro una vez más sería lo mejor de mi vida pero sé que no será así, sé que cumplirás tu palabra aunque no la cumpliste cuando dijiste que te quedarías una semana, sin embargo, sé que tienes tus razones y no puedo culparte aunque te mentiría si te dijera que no hubiese deseado un último adiós.

Chico mariposa, quizás es estúpido incluso pensarte pero cada vez que sueño contigo se siente tan real... que lastima que no lo sea.

Cada sueño es hermoso, hasta que despierto y me doy cuenta que estoy sola, sin ti.

Trist, si me amabas ¿Por qué me dejaste?

Sí, sé la respuesta, pero quiero escucharte, lo necesito. Te necesito, porque aunque busqué no encuentro a nadie como tú. No encuentro a nadie que saqué lo mejor de mí, no encuentro a nadie que quiera un mundo de mariposas a mi lado.

No obstante, dejando el drama de lado, soy feliz, Trist, y eso te lo debo a ti. Sufro por tu amor y por no tenerte pero por la misma razón quiero ser más feliz día a día.

Te prometo que no estuviste a mi lado en vano, te prometo que de verdad cambiaste mi vida para mejor.

Las últimas palabras que me dijiste fueron que no olvidara que me amabas más que a nada y que siempre estarías a mi lado, y te juro, Trist, que lo tengo grabado en mi corazón.

Tú, Tristán Sommerfugl, fuiste mi salvación y eres el único que está perdido en mi mente.

</3

Mi Tristán... :(

No quiero llorar así que cambiaré el tema.

Ya el maratón terminó, así que volvemos al siete de junio del 2020, es decir, volvemos a descubrir los engaños.

Voten y comenten que ya esta historia está por terminar. :'(

¡Bye, maripositas! <3