Las hermanas de mi amigo

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Mi nombre es Diego. Soy un chico normal. Me gustan los videojuegos y ver animes de peleas. Soy alguien "normal" como tú que lees está historia.

Mi mejor amigo se llama José. Tenemos 20 años ambos. Somos amigos porque nos gustan varias cosas, ya saben, juegos, películas entre otras cosas.

Pero bueno, ustedes no quieren escuchar eso. Resulta que en un inicio, el me platicó sobre su mayor fantasía, ser pequeño y poder estar con una chica enorme. Al principio me sentí confundido, pero a veces me platicaba que se debería sentir genial ser sometido por una chica.

A mí no me gustaba tanto la idea, pero debo admitir que sentía un poco de curiosidad, y más porque a mí me gustaría oler los pies de una chica, y el me contó que si fuera pequeño, el olor sería más fuerte y placentero.

Con solo oler los pies me bastaba a mí, pero él siempre seguía con esa obsesión.

Terminando la universidad, iba a su casa a jugar. José tenía tres hermanas.

La menor era Ximena, con 12 años. Iba en la secundaria.

La mediana era Sasha con 17 años. Iba en la preparatoria.

Y al final tenía a Nadia, con 23 años. También va en la universidad.

Yo me llevaba bien con ellas, ya que les llevaba siempre algo, ya sea dulces y otras cosas.

Pero bueno, luego del contexto, aquí comienza lo bueno.

________

Un sábado, José y yo estábamos en su habitación jugando Minecraft, hasta que llegó Nadia al cuarto.

Nadia: José, vamos a salir las tres por un rato. Vamos con unas amigas al centro, te encargamos la casa.

José: Ok, cuidense.

Nadia salía del cuarto. Pasó un rato para que salieran todas las chicas y pasados otros cinco minutos, José me vio con cara de tener una idea.

José: Sabes Diego, antes de irse, mis hermanas se cambiaron. ¿No se te antoja ir a su cuarto a ver si dejaron sus calcetas usadas? Jaja, ya que te gusta eso ¿no?

Diego: Cállate, son tus hermanas, deberías tener más cuidado.

José: Claro que las cuido, pero no te muerde la curiosidad.

Diego: Emmm...

José: Yo voy a hechar un vistazo, además, voy a fingir que me encojo y me paseo por la habitación.

José puso pausa al juego y se llevó su celular al cuarto de sus hermanas.

Diego: Espera... Joder, que le pasa a este tipo.

Me levanté y fui tras el. Una vez que lo alcance, vimos que en efecto, había ropa de ellas en el suelo de su habitación.

José: Wow, esto es genial, mira (toma una calceta rosada), está un poco sucia, huele profundamente.

José la puso en mi cara y yo la aleje.

Diego: Oye, esto no está bien ( aunque en verdad olía bien para mi).

José: Ok vamos, te gusta esto. Pero bueno, a lo que vine. Haste aún lado.

José sacó su celular y empezó a grabar. Se inclinó lentamente hasta poner el teléfono en el suelo y comenzó a fingir que se había encogido. Luego camino hasta las calcetas y fingió que las olía y se metía dentro, mientras me miraba.

Luego paro de grabar y me dijo.

José: Sabes, muchos gastarían dinero por un vídeo así, al igual que yo.

Diego: Bueno, pero vayamos de aquí, me da miedo estar aquí.

José: Ojalá hubiera un método para encogernos, me gustaría estar cerca de una gigante. En especial de Jasmine, la chica que se sienta enfrente de mi. Es bonita y siempre juega con sus pies.

Diego: Ojalá amigo.

Luego comenzamos a jugar como si nada hubiera pasado.

Llegó la tarde, sus hermanas llegaron y yo tenía que irme. La verdad estaba cansado de jugar, y muerto por no oler las calcetas de sus hermanas. Pero tenía que contenerme.

Sasha: ¿Ya te vas tan pronto?, Diego.

Diego: Si, tengo cosas que hacer. Nos vemos.

Y me fui. No tengo problemas con mis padres, ya que estoy rentando una casa pequeña.

Toda la tarde, fue normal hasta que recibí un mensaje de José. Al parecer les contaría a sus hermanas que le gustaban las chicas gigantes, y que había hecho un vídeo con su ropa.

Yo no sabía que decir, por lo que lo ignore para ver cómo se las arreglaba.

Vi la televisión en la noche y recibí otro mensaje, diciendo que "Puedes venir el lunes, después de la escuela, mis hermanas quieren hablar contigo"

Diego: Demonios, que les habrá dicho este tipo.

No dormí bien por la noche, porque no sabía que me iban a decir.

Comenzó el lunes y fui a la escuela. Pero había algo extraño, no veía a José por ningún lado. Tal vez sus hermanas querían que lo fuéramos a buscar por lo del mensaje.

Al salir, me alcanzó Nadia.

Nadia: Hola Diego, ¿vas a venir a nuestra casa.?

Diego: Por supuesto. Solo dejo estas cosas y voy para allá.

Nadia: No será necesario, ven que nos morimos por decirte algo importante.

No sabía que pasaba por lo que caminamos juntos hasta su casa, aunque a veces se desviaba del camino para caminar más.

Una vez que llegamos, su madre me saludo. Su madre se llama Liliana, y su padre Raúl, pero él trabaja en un viaje de negocios. Su madre vendía carros.

Liliana: Que sorpresa Diego, pensé que te habías ido con José al viaje de descanso.

Diego: Al que?

Nadia: Mamá, ahorita lo alcanza, por eso venimos a prepararlo.

Liliana: Bien, pero apúrense.

Nadia me subió a su cuarto y cerró la puerta. Todavía no llegaba las demás chicas pero ella estaba feliz.

Nadia me ofreció un caramelo y yo por cortesía lo acepte y me lo comí. Era como un chicle.

Nadia: Oye, quiero hacerte está pregunta. ¿Tu sabias que a mi hermanito le gustan las chicas enormes?

Diego: Este...

Nadia: Dime la verdad, confio en ti.

Diego: Siendo honesto, si. Y me ha mostrado un grupo donde hay gente con sus mismos gustos.

Nadia: Ya veo. En verdad es un pervertido. Sabes, el me lo contó a mí en la tarde del sábado, y me mostró todo lo que hacía. No le dije nada a mis hermanas, pero esto es una gran oportunidad.

Diego: ¿Oportunidad de que?

Nadia: Ya lo verás. Pero descuida, tú nos caes bien, por lo que estarás seguro. Por cierto, José está conmigo ahora mismo.

En eso, Nadia me mostró su tenis y lo movio como loca.

Diego: Pero de que me estás....

De pronto, empecé a sentir mareos, y mucho sueño. No sabía que es lo que iba a pasar....

Las Hermanas Gigantes De Mi AmigoWhere stories live. Discover now