Pesadilla y algo más...

527 14 0
                                    

De la nada, empecé a sentir mucho dolor, así que me levanté de golpe.

Diego: ¡¿Qué pasa aquí?! Esto... Duele, estaba en... ¿Eh?

De la nada, reconocí que estaba en los pechos de alguien pero no sabía de quién, hasta que recordé todo.

Diego: Es verdad, estaba en los pechos de Nadia, esto es malo...

Nadia: Nada de malo pequeño.

Diego: !!!

Mire hacia arriba y pude ver el rostro de Nadia. En esta ocasión ella había perdido su toque de amabilidad...

Diego: Nadia! Sácame de aquí! Ya estoy algo cansado...

Nadia: ¿En serio?

En ese momento sentí como el lugar se hacía más justo.

Diego: ¿Espera... Qué haces?

Nadia empezó a aplastarme con sus pechos. Uno pensaría que sería bueno, pero empecé a entrar en pánico porque mi vida corría peligro.

Diego: Es... Espe... Espera! Por favor! Nadia! Reacciona...

Nadia estaba riendo "tiernamente" mientras poco a poco ponía más presión en su pecho.

Diego: Espe...

Y de repente la presión fue a tal grado que ya no podía hablar, mucho menos respirar.

Diego: ¡Nadiaaa!

José: Joder que susto! ¿Que te pasa?

Diego: !!!

José: ???

Diego: Era... Una...

José: ¿Tuviste una pesadilla?

Diego: Creo que sí... Pero era tan real...

José: Jaja, si, yo también he tenido algunas.

Me encontraba en la casa de juguetes con José. Al parecer nos habíamos quedado dormidos.

Diego: ¿Has tenido pesadillas así?

José: Si, son geniales.

Diego: Buenos, ya desde hace mucho se que...

José: No, desde que nos encogimos empecé a tener nuevas pesadillas, o mejor dicho sueños. Son geniales.

Diego: ¿En serio? Creo que son una especie de efecto secundario...

José: No creo, he soñado cosas fabulosas.

Diego: Claro... Para ti no es algo raro pero para mí...

José: Si si...

Diego: Oye, ¿a dónde vas?

José: Es muy noche, voy a explorar, no he tenido esta libertad durante mi encogimiento.

Diego: Oye!

José empezó a salir de la casa. Estaba todo callado y algo oscuro, pero se podía ver bien gracias a la luz de la luna. Ese tipo tuvo suerte porque había luna llena.

Diego: O... Oye es peligroso. Mejor quédate aquí. Ya mañana se acaba esto.

José no me hizo caso, por el contrario, miro toda la zona y se veía emocionado.

José: La habitación de unas chicas gigantes. Es genial. Están durmiendo y yo puedo pasear por aquí.

Diego: ¿Vas a bajar?

José: Si, no estamos muy lejos del suelo.

Diego: Vamos, ven a dormir, déjalo para la otra ocasión.

Las Hermanas Gigantes De Mi AmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora