Uno nunca sabe que es lo que le va a pasar en la vida. Es mi introducción al fetiche de las chicas gigantes, la cuál será una anécdota imposible de olvidar, y lo mejor/peor de todo, es que serán las hermanas de mi amigo.
Es la historia de dos chicos...
Diego: Vamos viejo, controlate... No es momento de esto. Necesito despegarme de aquí... Vamos vamos...
Por mucho que luchará era imposible. Por mi tamaño y la presión que Ximena ponía parecía que me pegaba más y más.
Para aumentar el problema, empezó a mover los pies, tal vez porque ella estaba escuchando música o no se porque, a veces hacemos eso nosotros cuando estamos ansiosos.
Ya estaba resignado hasta que por fin pude liberarme.
Diego: Bien... Espera... Sigo muy alto... Aaaa
Caí al suelo, que para mí suerte era una alfombra suave. Estaba feliz ya no volvería a estar allí. Lo único que tenía que hacer era ocultarme debajo de la cama hasta que Ximena se fuera, o acostara para volver a la casa.
Todo estaba bien, nada podía salir mal... Pero había un pequeño problema.
Diego: Bien, (recuperándose del susto de la caída) creo que debo ir a la...
Mientras decía eso, ví como su pie de Ximena caía encima de mi.
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Diego: ¡Por favor!...
Fue lo último que dije cuando volví a ser aplastado.
¿Qué probabilidades había de que eso pasara? Debo ser la persona con la peor suerte del mundo... Y esperen, se complicó más.
Solo fueron 10 segundos y cuando volví en mi mismo, ya no sentía el piso...
Diego: ¡Debe de ser una maldita broma.!
Otra vez estaba pegado a su pie de Ximena.
Diego: Vamos... Debo salir de aquí, yo reconozco los límites y esto me supera por mucho. Espera...
En esta ocasión no estaba tan pegado a su pie, podía despegarme y caer al suelo... Pero viendo la distancia... Creo que pensé mejor y decidí esperar el momento indicado.
Diego: En algún momento... En algún momento...
Estaba haciendo planes para esconderme debajo de la cama pero pasó algo que no imaginé. Ximena sé acostó en la cama, así que mi vista del suelo se hizo inmensa y de pronto termine en su cama.
Diego: Esto no es bueno... Pero pensándolo bien... Tal vez... ¿Debería hacerlo?
Decidí dejarme caer en la cama y bajar de su pie. Tenía una idea, hablar con ella. Yo tenía una buena relación con todas las hermanas de José, así que no habría problemas... O eso esperaba.
Decidido, empecé a caminar lentamente por la cama, para poder llegar a su rostro.
En verdad se veía imponente, yo no era nada comparado con ella.
Decidí alejarme un poco más por temor a que se moviera y terminará siendo aplastado por ella.
