Las Hermanas Gigantes De Mi Amigo

¿Pero que...?

No tenía la menor idea de lo que me había pasado. Me levanté, estaba en una cama de color rosa. No reconocía la casa. Mire a mí alrededor y no reconocía nada de la casa, pero lo más extraño era que no parecía una casa normal. Se veía muy... ¿De plástico?

Las ventanas apenas si permitían ver el exterior.

Diego: ¿Qué pasa aquí? Tengo todas mis cosas.

Caminé un poco y ví que había un papel un poco más grande de lo normal en la planta de abajo.

Leí el papel. "Por favor, no salgas hasta que estemos tu y yo"

No entendí bien a qué se refería.

Diego: ¿No salir? ¿Pero qué es esto?

Analice por unos segundos y reconocí la letra. Era de Nadia. Me llamó la atención que estaba escrito en letra muy enorme. Entonces escuché un ruido y trate de buscar la puerta de salida.

Cuando encontré la puerta para salir de la casa, me percate que las ventas de la sala final no estaban tan maltratadas, por lo que podía ver un poco.

Me lleve una sorpresa enorme.  Pude ver una falda enorme cruzar cerca de donde estaba yo. Mire un poco más y note que había una mesa, tres camas y... Tres chicas enormes. Todo era enorme.

Diego: Pero ¿qué carajos?

Pensé que era un sueño, por lo que me golpeé varias veces, y no, no era un sueño.

Pensé que eran proyecciones, pero las chicas se movían, por lo que no podía ser eso. Pasó un rato y dos de las chicas se fueron y solo quedo una.

La observaba desde la ventana, pero me alarme al ver que estaba caminando hacia donde yo me encontraba. Podía escuchar sus pasos, todo temblaba.

De pronto, el techo se abrió como si tuviera esa capacidad y ví una mano enorme entrar. Trate de correr, pero era imposible. No conocía el lugar donde me encontraba.

Diego: Espera, por favor...

Me tomo la mano y me subió lentamente.

???: Descuida, no te voy a lastimar...

Su voz era muy fuerte, aunque dulce, pero sabía que podía reconocer la voz.

???: Descuida, mira bien. Mis hermanas acaban de salir, por lo que tenemos un rato para poder hablar a solas.

Una vez que me tranquilice, al subir la vista ví que era Nadia la que me hablaba.

Diego: Per... Esto... Esto no es...posible.

Era la cara de Nadia. Era enorme su rostro, podía ver todo de ella, sus ojos, su boca y su mirada.

Nadia: Hola pequeño. Te vez tan tierno.

Diego:....

Nadia: Ya veo, sigues en shock, es lo mismo que le pasó a mí pervertido hermano.

Diego: Espera... ¿Eres real? ¿No es un sueño?

Nadia: Claro que no tontito. Mi hermano está de "viaje" jiji.

Diego: Entonces ¿Era verdad que..?

Nadia: Si, el está en mi tenis.  (Muestra  su tenis mientras lo mueve). Él está adentro. Se portó mal.

Diego: Pues es algo que le gusta a José...

Nadia: Claro... Pero tengo una duda... El me contó que a ti te gustaban los pies de mujeres. ¿Es verdad?

No sabía que decir. Me gustaban mucho, pero no me imaginaba ser pequeño y pasar por esto.

Nadia: Descuidar tú tienes un trato mejor que el. Tu me caes bien, y quería hablar contigo. ¿No te gustaría oler mis pies?

No sabía que decir, no me esperaba eso.

Nadia: No te lastimarte... Pero es que... Quería tenerte también a ti encogido.

Diego: ¿Qué?

Nadia: Mi hermana Sasha y yo siempre hablábamos de tener gente pequeña, y ya que logré conseguir un artefacto para encogerte, creo que hablaré con ella para comenzar un plan...

Diego: Espera, yo no tengo nada que ver con esto...

Nadia: Lo siento, pero si. Ellas aún no lo saben pero se lo diré a Sasha.

Diego: Pero...

Nadia: Se acabó el tiempo, solo quería comprobar eso. Mañana se los contaré... Mientras quiero aprovechar para que juegues conmigo. Voy al centro con unas amigas. Y vas a venir conmigo.

Diego: ¿Pero como?

Nadia se quitó uno de sus tenis.

Nadia: En este no está José, tú vas a estar en el otro.

Diego: Pero...

No me dió tiempo de decir nada. Nadia me metió en su tenis que en verdad olía mal.

Nadia: Corre hasta adentro... Porque allá va mi pie...

Entonces ví su calceta negra entrar, corrí y pude llegar a la punta.

Nadia: (Pisa fuerte) muy buen, aquí vamos...