25_Si ella se queda

73.9K 7.3K 4.3K
                                    

Capítulo 25

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Capítulo 25

~❁ ❁ ✦ ❁ ❁~

La llamé una y otra vez mientras la cargaba en mis brazos y la dejaba en el suelo. No respondía.

Sentía la asfixiante presión en el pecho en lo que ponía de lado su cuerpo y la ayudaba a expulsar el vómito.

Lo logró. Tosió un par de veces, pero seguía sin contestar mi llamado

—Ya déjala, Nikolai —murmuró la voz de mi padre—. Ella es feliz así.

Negué, apartando los recuerdos. Las coloqué boca arriba, buscando su pulso, el aire entrando a sus pulmones.

No lo encontraba.

Mis manos temblaron incontrolablemente.

—En el fondo lo sabes. Ella quiere morir —siseó. Estaba a mi espalda—. Como tú, tu hermana y todos en esta familia maldita.

No. Me negaba a escucharlo.

Presioné su pecho para hacer que su corazón siguiera latiendo, en una maniobra que me empeñé en aprender por miedo a que llegara ese día.

—Está respirando, déjala —mintió mi padre en tono burlón—. Está respirando.

Quería que la dejara morir, pero no me dejaría vencer.

Agarró mi hombro para alejarme de ella.

—Tienes que quitarte, Nika.

No estaba dispuesto a permitirle que me tocara, no de nuevo.

Aproveché la cercanía y aferré su brazo para tirar de él. Lo tomé del cuello de la camisa y lo alcé para tener su asquerosa cara a la altura de la mía.

—¡Tengo que hacerla respirar! —bramé para hacerle saber que no me intimidaba—. ¡Ella tiene que respirar!

—Está respirando, Nika —alegó con voz suave y nada parecida a la de mi padre.

Fueron sus palabras y la tos de mi madre, confirmando que respiraba, lo que me trajo a la realidad.

Aksel a centímetros de mi cara, rojo y respirando a duras penas. Lo estaba asfixiando.

Solté su camisa sin entender cómo llegué a tocarlo. Acababa de confundirlo, de revivir una escena del pasado. Lo traté como si fuera mi padre, había sido...

Mi vista se quedó en la puerta.

Amaia. Parada con la espalda pegada a la pared como si esperara fundirse con ella.

Sus enormes ojos me veían como jamás habría deseado. Terror. Me observaba con miedo.

Sabía lo que estaba viendo. El Nika violento y descontrolado, incapaz de definir la realidad. El que había estado a punto de golpear a su hermano.

No te enamores de Mia © [LIBRO 2]Where stories live. Discover now