Lalisa Manoban sería una estudiante de secundaria normal de no ser porque -a sus 17 años- era la creadora del webtoon de moda 'Dangerous Woman'.
El webtoon, con sus dramas reales de adolescencia y sus escenas eróticas, había logrado hacerse muy pop...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
"La masturbación no mitiga la nocividad de la continencia más que en una muy escasa proporción".
Wilhelm Reich.
.
.
.
-¡¿Quieres calmarte, menina?!- exclamó Taehyung con cierto enojo. No era un lugar para que Lisa saliera con sus berrinches.
-¡¿Por qué mierdas me trajiste a un estudio de porno?!- la tomó del brazo y la llevó a un lugar apartado.
-Mira, cálmate- suspiró-. Namjoon es mi amigo, éste es su estudio y le pedí el favor de que nos dejara ver como grababan unas escenas- explicó.
Lisa frunció el ceño con enojo:
-¿Y eso para qué?
-Para que tú veas como es el sexo de verdad- se cruzó de brazos-. Puedes escribir viendo pornografía en tu computadora, pero no es igual a que lo veas en vivo y directo, podrás ver cómo realmente es el sexo, más allá de lo que se muestra en la pantalla- Lisa asintió con más calma. Era parte de su trato, y además, sería bueno para su webtoon ¿no? -Muy bien, entonces vamos, te quedarás sentada conmigo en una esquina y veremos todo juntos.
{...}
Lisa miraba atentamente como ocurría a todo. La cámara se movía de un lado a otro mientras los actores tenían sexo. El chico era alto, incluso más alto que Taehyung, mientras que la chica era muy bajita, delgada y poco voluptuosa. Ambos tenían el pelo negro y se manoseaban sin vergüenza mientras les tomaban diferentes ángulos.
La chica tenía las piernas abiertas de par en par mientras que el chico le practicaba sexo oral, ante la cámara se veía erótico, y los gemidos de ella se veían más placenteros, romantizados y hasta cierto punto ambos parecían realmente una pareja adolescente enamorada.
Ahora, detrás de la cámara, en vivo y directo, se podía ver claramente que los gemidos eran muy exagerados, que el chico ni siquiera se esforzaba del todo en estimular su intimidad y, hasta cierto punto, se notaba que todo era parte del espectáculo, del trabajo.
Por una parte, Lisa estaba entendiendo mucho del sexo real, pero por otra parte sentía gran decepción, había escrito por meses escenas de sexo basadas en pornografía, en escenas vulgares que ya solita se encargaba de romantizar.
Por eso sus seguidores se quejaban todo el tiempo, finalmente comenzaba a entenderlo.
Parpadeó un par de veces antes de seguir observando. En ese lapsus de tiempo los chicos habían cambiado de posición, ahora era ella quien le hacía sexo oral a él, para después colocarle un condón y subirse sobre su regazo.
