Lalisa Manoban sería una estudiante de secundaria normal de no ser porque -a sus 17 años- era la creadora del webtoon de moda 'Dangerous Woman'.
El webtoon, con sus dramas reales de adolescencia y sus escenas eróticas, había logrado hacerse muy pop...
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"Errar es humano, perdonar es divino".
Alexander Pope.
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-No madre, no puedo contártelo por teléfono...
La voz nerviosa de Jennie se escuchaba desde el piso superior de la casa.
-Sí, por favor es importante...- se hizo un largo silencio. –Que no mamá, no puedo contarte, por favor- casi sollozó. –Hablamos cuando llegues- y sin colgó, tirando el teléfono en el sofá y derrumbándose en él con frustración.
Taehyung escuchaba todo desde su habitación, sintiendo cierto pesar por la situación actual de Jennie, la conocía lo suficiente como para hacerse una clara idea del infierno que se estaba formando en la cabeza de la chica en ese momento.
De alguna manera se sentía culpable por ponerla en esa situación, aunque ella lo había puesto en una peor en lugar de asumir su responsabilidad, sabía que se merecía cada segundo de sufrimiento y dilema interno.
-Sé que es tu casa, y como bien dijo tu mujer, yo solo estoy aquí de mantenido. ¿Pero quién te dio permiso de pasar si la puerta estaba cerrada?- soltó con sarcasmo al ver a su padre entrando a la habitación sin previo aviso, ni permiso obviamente.
-Aún tenemos que hablar, hijo- comenzó con un tono ligero y condescendiente, dejando a un lado el comentario ácido de Taehyung.
Padre e hijo se miraron por un segundo, el primero miraba al segundo con cansancio y tristeza, mientras que segundo miraba al primero con desdén y fastidio.
Taehyung se apoyó en la cama en sus codos, con las piernas abiertas y el cabello desordenado, tranquilo pero con una expresión desafiante y fuerte. El señor Kim analizó a su hijo, se veía más adulto que la última vez que lo había visto en esa habitación, las facciones de su rostro estaban endurecidas, más delgadas, levemente demacradas.
De igual manera Taehyung veía a su padre envejecido, tan cansado y ojeroso como siempre por su trabajo, pero más canoso y con las bolsas bajo sus ojos más pronunciadas.
El hombre se sentó junto a él en la cama, manteniéndose lo suficientemente alejado como para no incomodarlo, fue entonces cuando Taehyung pudo notar también que su padre había adelgazado en su tiempo de contacto cero, su panza regordeta de antes ahora solo parecía una bolsa flácida y caída sobre su abdomen, al igual que su barbilla aplastada.
Por un momento se preguntó si aquel cambio físico se debía a la ausencia de su hijo o a la tortuosa vida de casado que llevaba con la insufrible madre de Jennie. Rodó los ojos en su mente ante aquella pregunta tan estúpida.
