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Podría comparar el sentimiento que estaba viviendo en esos instantes como si algo hubiera explotado dentro de su ser, lo supo al rozar las yemas de sus dedos ligeramente heladas sobre sus mejillas de manera disimulada: estaba más colorado de lo que debería estar. Entrecerró los ojos con un poco de molestia al verse tan vulnerable de ese modo pero tampoco lo podían de culpar ¡estaba siendo elogiado! No es que sea algo fuera de lo común para él, estaba acostumbrado a ello por ARMY o desde que lo denominaron Golden maknae, pero la persona que lo hizo no fue nada menos que Min Yoongi, sus intenciones quedaron en evidencia cuando sus miradas se encontraron de manera fugaz, corta, efímera y todos los sinónimos que Jungkook conocía para esa palabra.

Pero sintió que fue una eternidad.

Él quería ponerlo nervioso.

La mano de Jimin deslizándose en su hombro lo volvió a traer a su consciencia, lo reconoció por lo pequeñas que se sintieron, y estar agradecido con el coqueto del grupo era poco.

— Entonces, Jungkook está brillando como dinamita últimamente. —Namjoon que estaba traduciendo lo que decía el entrevistador a coreano habló con tono divertido, probablemente notando su reacción un poco exagerada.

No, no era exagerado cuando su hyung lo elogiaba, apretó un poco sus labios ante sus propios pensamientos.

Era lo justo y necesario, últimamente era difícil que Yoongi suelte algún elogio tan grande como el que le acaba de hacer. El recuerdo de la mirada filosa lo recorrió en su mente causando un escalofrío. Se hubiera levantado a agitarlo pero los del staff ya le había dicho que de preferencia se quede en su asiento, habían muchos instrumentos en su cercanía y podía ser un poco complicado como para moverse a libertad.

Sweet, very sweet. —murmuró Yoongi en un asentimiento de autosuficiencia mientras se encogía de hombros, de manera imperceptible su lengua rozó sus labios.

Pero claro que no para Jungkook, estaba más que claro que se refería en específico a los besos que se dieron en la mañana antes de prepararse para la agenda del día, Yoongi mencionó que ese día el sabor de sus labios estaba especialmente dulce. Estuvo totalmente encantado con eso que después tuvo que buscar alguna excusa para la hinchazón repentina de sus labios, Taehyung no lo dejó en paz un buen rato porque pareció notar la razón, así que lo tuvo haciendo boca de pato durante su viaje en el auto.

Pero dejando de lado ese tema.
Bueno, no era sopresa.

Claro que sabía que estaban dulces, él mismo se colocó bálsamo de arándanos para ver si lo notaba o hacia algo fuera de lo normal, estaba más que clara la respuesta. En ese momento fingió demencia sobre no saber del tema. Aún pensaba en eso. Se rió de forma disimulada y volvió a tomar su pose recta llevando con naturalidad el manejo de ello, hizo un par de bromas. Luego los miembros comenzaron a alabarlo y tratarlo como a un bebé, las risas fluyeron de forma natural y unos amistosos golpes a sus cercanos al sentirse en extremo mimado, le gustaba recibir la atención de sus queridos hyungs después de todo. Continuaron con otras preguntas y algunas respuestas, lo de rutina en una entrevista. En cuanto la música sonó anunciando su final, saltó en su lugar directo hacia Yoongi y tomándolo del cuello de su camisa, lo agitó suavemente y fingió darle golpes suaves, el mayor rió de esa forma tan encantadora como si fuera un malvado.

No se atrevió a mirar a nadie más que el pálido, que se veía ensimismado en cerrar los ojos dejándose llevar por las acciones ajenas mientras soltaba una sonrisa vaga, encantador como siempre. También por el hecho que las señoritas del staff le dirigían miradas horrorizadas al ver las horas de trabajo esfumarse en arrugas y cabello alborotado.

— Jungkookie ¿ahora eres un canguro? —la voz de Jin sonó a la distancia mientras soltaba algunas risas, no lo interrumpió de sus labores.

—Like it up like a dynamite. —canturreó seguido Jimin.

Emitió un chillido similar a un grito de batalla y luego salió corriendo trás ellos, lo cual era claramente su objetivo después de molestarlo un poco, sabía que era de manera inofensiva.

En ese momento no existía ninguna duda en su ser, el rapero ya tenía muy en claro que su sabor favorito se volvió los labios de su maknae, que su aroma favorito era esa vainilla suave que desprendía y que la sensación que anhelada era el toque de ...

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En ese momento no existía ninguna duda en su ser, el rapero ya tenía muy en claro que su sabor favorito se volvió los labios de su maknae, que su aroma favorito era esa vainilla suave que desprendía y que la sensación que anhelada era el toque de ambas manos o quizá algo más. Fue muy reacio al contacto físico en lo que recordaba de su trayectoria junto. Bangtan como equipo, en sí había crecido en un ambiente familiar un tanto frío demostrando el cariño de una manera diferente a la usual sumado a la introversión del mismo le resultaba un poco difícil dejarse.

Pero con Jungkook...

Algo dentro de si quemaba por tocarlo, por adorarlo, por amarlo con cada partícula de su ser que no podía saber en qué momento exacto fue qué ocurrió el "click", cuando menos se lo esperó su corazón latía de forma cálida y rebelde al verle. Sus pensamientos ahora solo eran risas juguetonas, sonrisas adorables y palabras caprichosas.

No lo sabía.

— ¿Yoongi? —la manera en la que su nombre fue susurrado le derritió el alma. — ¿Por qué te detienes?

Sus ojos volvieron a los cafés radiantes de Jungkook admirando el leve tono rojo que había adquirido su piel durante los últimos minutos. Ya las cámaras se habían apagado, su tiempo de idols finalizó por ese día así que se escabulleron hacia el lugar seguro el cual se había vuelto su estudio.

— Pensando...

Respondió de la misma manera arrastrando las palabras y suspirando despacio, no quería pensar más.

— en ti, tonto mocoso.

Sin darle tiempo a responder sus manos se volvieron a encontrar de forma necesitada, uniéndose como si hubiesen estado hechas especialmente para encajar y amenazando con no soltarse nunca. Y lo que más le agradaba, el exquisito sabor que habían adquirido los labios de su chico invitando a qué devore estos en mordiscos y lamidas las cuales eran recibidas gustosas con más de lo mismo, los jadeos y suspiros no se hacían esperar, probablemente en todo el ambiente solo se escucharían sus respiraciones agitadas.

Pero era tan "nuestro" que se sentía como un paraíso para ambos, un pequeño momento dónde tuvieron algo a lo que llamar "hogar" que no era nada menos que los labios ajenos.

Y aunque Jungkook fuera más alto o fuerte que él, había una determinación en su ser de aguardar a ese niño que aún existía dentro. De mimar y otorgarle todo el cariño que ambos necesitaban y de ser un compañero más íntimo.

— Te quiero, hyung.

Sus miradas volvieron a encontrarse y sin vacilación las palabras salieron de sus labios, ignorando toda alerta que podía causarle los sentimientos fuertes

—Te quiero, mocoso.

Y sus cuerpos se fundieron en un silencioso abrazo casi eterno.

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ora, me desaparecí por un tiempo pero ya regresé. realmente espero que les guste ):

Los privilegios del maknae 【ᴍʏɢ + ᴊᴊᴋ】Where stories live. Discover now