Capitulo 28

140 11 2
                                    

Me duele el cuello, que extraño, muevo mis manos para poder levantarme. Todo está muy oscuro, mis ojos están cerrados, toco mi manta y derrepente encuentro un muslo.

¿Qué?

Me levanto rápidamente y luego lo recuerdo, pequeños trozos de lo que sucedió ayer invaden mi mente.
Acomodo mi ropa, la aliso con mis manos por instinto y enciendo la luz de la mesa de noche. Finalmente lo veo.

En una posición igual de incómoda o incluso peor a la que yo tenía. Sus largas piernas están junto a mi y su cabeza reposaba en el sofá junto a sus brazos. Parece un bebé en esa posición.

En parte es muy gracioso y muy tierno a la vez.

Sonrío.

Es un gran chico, un gran hombre.

No esperaba menos de él. Es una buena persona. Siempre lo ha sido.

Y creo que por eso me enamoré de él.

Mi corazón se estruja y mi cuerpo se estremece, una ola de frío recubre mi cuerpo. Finalmente noto el frío que está haciendo en la habitación, a pesar de la calefacción y la manta que ya no está cubriendome.

Son alrededor de las 3:30 am, seguramente él está muy cansado.

Pero si sigue durmiendo así no descansará nada.

Mientras decido si despertarlo o no, él ya se está levantando dándose cuenta de mi presencia. La cual al parecer le sorprende y alivia, lo digo por las expresiones que surcan su cara somnolienta.

—¿Emm? ¿Qué hora es? —se remueve y pasa sus manos por su cara, luego me ve fijamente — Y... ¿Qué haces ahí parada? Me asustaste.

—Oh son las 3 y 30 am, y por otro lado, al igual que tú me desperté hace poquito, intentaba ordenar mis pensamientos y pensaba qué seguías haciendo en mi habitación.

—Oh cierto, pero... —Se remueve haciendo énfasis en el frío que está haciendo— Hace mucho frío, ¿puedo quedarme el resto de la noche? Sólo esta vez, por favor —suplica.

Yo lo señalo de forma amenazante. Y hago gestos para simular que estoy pensando su propuesta seriamente.

—Podrías... Pero sólo si me recompensas luego por mi bondad.

Él asiente rápidamente y yo río.

—Lo haré, no te preocupes, al máximo.

—Eso quería oír. Ahora puedes acomodarte donde prefieras, ya vuelvo, iré al baño.

—De acuerdo, pero si vas al baño por favor no hagas mucho ruido.

Me saca la lengua y yo me apresuro para evitar lanzarle un zapato en la cara.

Que insinúa, soy una dama, pero también un ser humano.

Río para mis adentros y entro a la habitación del baño, vacío mi vejiga y luego veo en el espejo mi reflejo, se ve un poco mejor que ayer, aunque mi cara somnolienta, mi cabello desordenado aunque se vea brillante, y mi ropa arrugada. Me encojo de hombros. Le dará igual como me vea.

Lavo mi cara rápidamente y la seco, saliendo del baño pienso lo que estoy haciendo.

No debería dormir con él, lo sé. Pero mi corazón es débil ante ese chico de ojos grises y sonrisa encantadora. Y aún mejor —o peor para mi— aquel hombre de dulce y noble corazón.

Fijo mi vista en el lado de la cama que está ocupando.

Entrecierro los ojos.

—¿Qué haces?

Du hast das Ende der veröffentlichten Teile erreicht.

⏰ Letzte Aktualisierung: Mar 28 ⏰

Füge diese Geschichte zu deiner Bibliothek hinzu, um über neue Kapitel informiert zu werden!

Falling In Your EyesWo Geschichten leben. Entdecke jetzt