Capitulo 22

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Fabrizio:

Levanto la mirada y observo como Emma se muerde el labio mientras teclea en su computadora. Toda la semana ha estado evadiendome y dando excusas falsas para deshacerse de mi. No tengo la menor idea de lo que ha ocurrido, pero debo averiguarlo.

Me molesté mucho cuando vi lo del señor Grecco por las cámaras de seguridad, y fue de casualidad. Ese día necesité ver las grabaciones para tomar notas personalmente de las estadísticas. Sin embargo no niego que al ver lo que le hacía a Emma estuve muy furioso con él.  ¿En qué momento pensó que hacer eso no iba a salir impune? No sólo por el simple hecho de haberse metido con Emm, sino que así podría haberlo hecho con otra persona. Quiso abusar de su poder y eso ya es repulsivo.

Mi padre y mi tío se han molestado al escuchar el comportamiento que había tomado el señor Grecco y han tomado medidas al respecto.

El acoso en el trabajo es un delito.

No soportaré estos comportamientos.

Relajando mi expresión y mirando unos papeles en la mesa me doy cuenta de que Emma me estaba observando.

Intento no levantar la mirada, ya que lo más posible es que me evada de nuevo.

Carraspeo y ella pega un brinco, yo sonrío y le digo de forma burlona —¿Qué te traes entre manos? Emma —la miro con recelo y ella se frota las piernas con sus manos de forma sutil, pero lo noto— ¿Qué te ocurre?.

—No me ocurre nada... —titubea— Sólo que no me he sentido bien.

Me levanto rápidamente de la silla y sin darme cuenta ya le estaba tocando la frente.

—No tienes fiebre.

—Oh vamos, deberías ser doctor. 

Me encojo de hombros, es una opción válida.

Cómo tengo treinta minutos libres me siento en el sillón y la miro. Ella me fulmina con la mirada y escribe algo en su laptop y la cierra.

—Eres muy rara Emma.

—¡Mira quién habla!

—Es cierto, tienes días evitandome, ¡No me volví a comer las galletas de tu bolso!

—¿Qué tu hacías qué?

—No es el momento —la corto— escuchame, yo soy tu adoración, tu mejor amigo, la luz de tus ojos, no entiendo que te puede molestar de mi, ¿me has visto bien?

—¡Oye! No uses mis frases en mi contra

Y reímos, es cierto. Cuando nos molestabamos siempre me atacaba con ese argumento.

Sonrío de lado consciente de que le gusta el hoyuelo que se me forma y lo uso a mi favor.

—Ay Emma por favor vuelve a ser mi amiga fantastica.

—Fabrizio odiabas que te dijera eso.

—Bueno me estoy esforzando, no  es fácil que me evites.

—Lo sé.

—Te dije.

—Oye cada vez pareces más latino —ríe y se levanta de su asiento y se dirige a mi lado— lamento haberte evitado.

—¿Aunque no tuvieses una razón válida?

—Si.

—Ahora ¿Podrías apreciar mi paciencia y cariño y me dirás que fue lo que pasó?

—¿Qui-quieres que te diga?

La miro frunciendo el ceño ¿acaba de tartamudear? Se viene algo grande.

Falling In Your EyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora