𝟭.𝟰.

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Jimin se quedó completamente quieto y abrió la boca para responder, pero se me ocurrió una idea, y decidí vengarme por todo lo que me había hecho. Puse a trabajar mi boca, bajando y subiendo mis labios por toda su longitud, jugando con sus testículos y arrancándole un gemido ahogado de su boca, el pánico cubrió su mirada cuando me enfocó.

—____ —dijo, casi suplicando, y lo miré inocentemente, mientras la puerta se abría. Saqué su polla de mi boca, reparando en la figura de Hoseok, parado en el umbral de la puerta con los ojos abiertos como platos y Namjoon, que estaba detrás de él, se tapó rápidamente los ojos con la mano cuando nos vio.

—Yo... —dijo Hoseok, Jimin suspiró antes de mirarle por encima de su hombro.

—¿Sí?

—Perdón. Pero he preguntado si estabas aquí —dijo Hoseok mirándome de reojo, y lo pude ver aguantándose la risa cuando le sonreí pícaramente.

—Por favor, Hobi, coge lo que necesites, y vete —dijo Jimin cansado, Hoseok asintió mientras entraba como un rayo, agarró un cargador de lo que debía ser su cama (la que estaba al lado contrario de la de Jimin), y antes de salir disparado me guiñó un ojo y cerró la puerta.

Jimin bajó la mirada hasta mí, sus ojos hicieron que se me revolviera el estómago.

—Levanta. Ahora —escupió, y me levanté del suelo lo más lento que pude mientras él se bajaba del todo sus bóxers, quedando de pie en toda su gloria. Era malditamente atractivo, un absoluto Adonis... su cuerpo era perfecto, como si hubiese sido esculpido por los Dioses.

Me arrancó los pantalones mientras me rodeaba, desabrochándome el sujetador con un dominio inigualable para luego quitármelo por los brazos y lanzó ambos objetos sobre sus hombros. Aprisionó mi cuello con fuerza, pero sin ser violento, y me llevó marcha atrás hasta su cama, tirándome sobre ella y cerniéndose sobre mí.

—¿Te crees graciosa, eh? —sondeó, sin importarle lo fuerte que fuera el agarre en mi garganta, y sonreí, disfrutando de lo furioso que estaba—. Todo iba bien, hasta que has decidido arruinarlo, joder —escupió, con todo su peso sobre mi cuerpo, y yo luché por respirar, la falta de oxígeno hizo que mi cabeza diera vueltas satisfactoriamente—. ¿Te gusta que te pillen con las manos en la masa, eh? ¿Te gusta ser una zorra y ponerte de rodillas para mí en frente de mis amigos? ¿O simplemente te gusta cabrearme? —tanteó, con los ojos nublados de ira y las venas de su cuello más visibles que nunca.

—Me... gusta... cabrearte. Pensé... que podríamos... intentar el... sexo... con odio... —jadee entre profundas respiraciones, desesperada por tratar de recuperar el aliento, y él sonrió.

—¿Pensaste que cabreándome harías que te odiara? —preguntó, y sonreí lo mejor que pude, con los ojos llorosos. Bajó la mano y se agarró el miembro, paseando su longitud por mi entrada provocativamente, enviando pequeñas olas de placer a través de mi cuerpo.

—No me hagas suplicar —murmuré, mi voz ronca hizo que aflojara ligeramente su agarre, dibujando una sonrisa en sus labios.

—Eso sería cruel, ¿verdad? ¿Después de lo buena que has sido conmigo? —dijo sarcásticamente, alzando una ceja, y lo fulminé con la mirada, provocando que él volviera a hacer fuerza con la mano y me clavara los anillos en la piel—. Suplica, puta —escupió ásperamente, y me quedé callada, los ojos de uno estaban clavados en los del otro—. Podría correrme así —dijo, todavía paseando su pene por encima de mi sexo, y suspiré.

La idea de que no me follara me hizo pasar una mano por su nuca, atrayéndolo hacia mí para presionar mis labios contra su oreja y susurrar:

—Fóllame, Jimin, tan fuerte que no pueda ni caminar, tanto rato como quieras. Méteme tu enorme polla hasta que no pueda ni respirar. No te preocupes por mí... solo soy una puta a la que puedes usar para tu propio disfrute, una zorra a la que llenar con tu semen hasta que se te vacíen los huevos.

FILTER || pjm. (Traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora