Zafiro- Larry (omegaverse)

Final

Había pasado aproximadamente un mes desde el secuestro. Ambos habían notado que nada había sido lo mismo desde aquellos días, no era un cambio malo pero tenían cosas que mejorar.

Definitivamente eran más felices que antes sin las preocupaciones de las personas que se puedan meter entre ellos, también estaba Eric, los trámites fluyeron sin ningún problema y aunque la pareja no estuviera enlazada el psicólogo que los evaluó aseguró que eran una pareja completamente capaz de criar a Eric con cariño y enseñarle los valores correctos.

Pero no todo era de color de rosas, la primera semana después del secuestro Louis se levantaba con pesadillas creyendo que nada había pasado y que todavía estaba en la taberna. Cuando eso pasaba Harry se encargaba de consolarlo y de asegurarle que todo estaba bien. El alfa también había sufrido, durante un tiempo tuvo insomnio y le costaba dejar al omega solo, creía que en cualquier momento que se despistara algo le pasaría a su omega, Louis lo comprendía y se encargaba de hacerle ver que estaba a su lado, con mucha insistencia había conseguido que durmiera por las noches con la condición de que por la mañana estuviera a su lado y una vez pasado un tiempo Harry consiguió estar medianamente tranquilo cuando Louis salía solo.

Todo esto lo consiguieron con ayuda de la terapia, Louis no había dejado en ningún momento de ir y Harry empezó a hacerlo cuando se dio cuenta de que el no dormir le estaba pasando factura.

Pero después de un mes todo parecía ir bien, consiguieron dejar el pasado atrás y seguir con su vida juntos. Todo fue mejorando cuando por fin se mudaron, habían conseguido una casa a las afueras de Londres cerca de la naturaleza, estaba a 20 minutos de la casa de sus amigos y a 30 del trabajo de Harry. La casa era lo suficientemente amplia para que Harry en su forma de lobo pudiera andar sin complicaciones y ahora más que Louis había conseguido transformarse. Fue un día cualquiera, su omega estaba inquieto y Louis podía sentir cómo se sentía acorralado, sin darle mucha importancia decidió tomar una siesta esperando que el malestar se le pasara y cuando se despertó, se asustó al notar que ya no tenía manos sino patas. Estuvo correteando por toda la casa con diversión hasta que llegó el rizado de trabajar y vio una pequeña bola blanca correr por la casa como si estuviera haciendo una maratón y cuando esa cosa se le tiró encima dejándolo caer se dio cuenta de que era su omega.

Todavía tenía que aprender a controlarlo pero estaba feliz de por fin poder transformarse.

La casa también tenía cuatro habitaciones y dos baños, una gran sala de estar que conectaba con la cocina y un amplio jardín con una piscina donde jugar. Definitivamente la casa de sus sueños.

Ese día hacía exactamente un mes desde que empezaron los trámites para adoptar a Eric y hoy por fin le habían dado la noticia de que todo estaba bien y Eric podía irse con ellos cuando quisiesen.

Louis estaba que saltaba de alegría y ni hablar del pequeño omega que sin saber muy bien que pasaba estaba saltando de alegría imitando al castaño.

Harry los miraba con cariño mientras terminaba de rellenar los últimos documentos con rapidez y la asistente social le daba los datos básicos de Eric que habían conseguido descubrir, cómo que nació el 20 de junio y que tenía 3 años. Cuando por fin estuvo todo bien y Eric vio por primera vez la casa en donde viviría fue cuando fueron realmente conscientes de lo que estaba pasando, por fin su pequeña familia estaba completa, de momento.

Entraron a la casa y el pequeño quedó encantado, le dijeron que en un par de días irían de compras y podría decorar su cuarto como quisiese así que estaba rebotando de alegría en los brazos de Louis.

- Mañana, cuando ya estemos más tranquilos, podríamos hacer una pequeña reunión para que conozcan a Eric y él conozca a sus familiares _ comentó Harry.