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— Me gusta la casa de Chae —pronunció Mel, entrando con una amplia sonrisa a la residencia mientras dejaba detrás a los dos mayores—, por la noche es muy cálida. Y huele bien

— ¿Huele bien? —la aludida frunció las cejas al escuchar los comentarios de su amiga respecto a su casa. Jungkook continuaba ingeniándoselas por su cuenta en silencio para llevar todas las bolsa con comida que Mel por alguna razón le había encimado.

— ¡Sí! La gente no lo nota por lo general, pero cada casa tiene un olor muy especifico. Los dormitorios en la compañía huelen a estrés y tristeza. Tu casa huele... —la muchacha observó a su alrededor, intentando buscar las palabras para describir el aroma que, según ella, rondaba por el edificio—. A calidez

— ¿A qué huele la calidez? —murmuró Jungkook con algo de dificultad, mientras finalmente dejaba los paquetes sobre la mesa detrás de las dos menores.

— A la casa de Chae

Kaem se rió levemente ante la mirada inocente que la menor le dedicaba al muchacho. Había algo de burla en su expresión y no era difícil adivinar el por qué en realidad.

— Eres muy específica

El mayor volteó una vez más tras soltar un suspiro, sentándose en una de las sillas para comenzar a averiguar qué era todo lo que la muchacha rubia había comprado.

— ¡Por supuesto! Siempre me dijeron que era muy buena explicando, hasta llegué a considerar hacerme maestra de primaria —Mel estaba claramente hablando en un alto grado de sarcasmo mientras sonreía ampliamente y deshacía su peinado. El mayor no estaba viéndola, pero podía imaginarse a la perfección aquella sonrisa divertida que se posaba en sus labios cada vez que se burlaba de él.

— Vuelvo en un momento —la voz de Chaemyeong apenas se pudo distinguir entre toda la retahíla de ideas que escapaba de la boca de Mira.

— Aunque no lo hice, porque cuando me lo dijeron tenía diez años y no tardé mucho en ingresar a la compañía. Recuerdo que siempre me decían que si concentraba mi energía en prestar atención antes que hablar tanto podría conseguir grandes éxitos —Mel seguía hablando mientras giraba alrededor del mayor.

Jungkook ya ni siquiera iba a intentar comprender en su totalidad las frases que mencionaba, la mayor parte de ella eran comentarios sin pie que se liberaban por alguna razón. Al menos le agradaba saber que Mel había superado aquella actitud cohibida ante él y que ahora le trataba con algo más de confianza: por lo general, era una tumba cerrada cada vez que estaba cerca. Si en el pasado alguien le decía que Mel podría hablar hasta por las orejas, él se habría reído con ganas.

— Escucha —exclamó en un susurro casi gritado, poniéndose frente al mayor mientras retenía sus manos para evitar que continuara sacando la comida—. Sé lo que sucede entre ustedes. Yeonjun lo había mencionado pero hoy lo confirmé, ¡con mis propios ojos! —Mira señalaba sus ojos y luego los del mayor frente a ella—. Si lastimas a Kaem voy a depilarte la piel con una pluma

El rostro del mayor palideció en confusión por la agresividad en la voz de la adolescente frente a él.

— ¿Qué? —formuló Jungkook con dificultad mientras intentaba confirmar que había escuchado lo que creía.

— Es extraño que te quedes en silencio —en cuanto la voz de Chaemyeong se dejó escuchar, Mel había regresado a su posición relajada y su expresión con una amplia sonrisa dulce, sentada frente al mayor. Su actitud casi era cómica, y la sonrisa que la menor le dedicó le hizo darse cuenta de que simplemente estaba bromeando.

— Ah, solo estaba prestándole atención —Mira señalaba al mayor frente a ella mientras asentía repetidamente, provocando que su cabello cayera sobre su rostro.

❜ Big Hit's Soloist ── BTSWhere stories live. Discover now