Capítulo 31

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| Rescate |

Alice

Había pasado exactamente una semana desde que había llegado a este infierno.

Esa horrible noche en el baño, aquellas chicas me habían hecho un corte profundo justo a un lado de mi cintura con un pedazo de vidrio, por un momento pensé que iba a morirme cuando las vi salir del baño y la sangre no paraba de salir, encima no estaba en condiciones cuerdas para atenderme o buscar ayuda por mi cuenta, pero pasaron lo que parecieron ser horas cuando llegó alguien de los que trabajaba en aquel lugar para llevarme a la enfermería.

Habían curado mi herida... más o menos.

Tenía un parche mientras me recuperaba, aún así me dolía moverme, pero no tenía de otra. Lo único que agradecía era no haber vuelto a tomar esa horrible pastilla, ni mucho menos en exceso, pero no me salvé de las molestias del resto de chicas, para evitar meterme en problemas las ignoraba lo más que podía.

Aun así... eran pocas las noches en las cuales dormía, se me era imposible, y cuando lo hacía tenía pesadillas, este lugar me aterraba y ahora estaba aquí, ¿tendría que esperar hasta navidad para poder irme?

Estaba oscureciendo, yo estaba en el patio aún, los niños pequeños ya no estaban allí, solo los de mi edad o un poco menores, yo me encontraba en una de las bancas del lugar abrazándome a mi misma.

Llevaba puesta la misma ropa con la cual llegué, el resto de días había usado ropa un poco grande ya que la mía en esos momentos se estaba lavando, pero luego fui a buscarla después de haberme dado una ducha. Aunque odiaba las duchas por las chicas del lugar, una vez me quitaron la ropa y tuve que ir a buscarla por mi cuenta llenándome de miradas incómodas.

Al menos no habían cortado mi cabello.

-oye. -escuché una voz masculina la cual me hizo voltear- esa es mi banca.

-lo siento. -me levanté casi de inmediato.

-no, no... -él chico se sentó junto con su grupo de amigos mientras yo estaba en frente suyo abrazándome a mi misma- ven aquí. -palmeo su pierna.

-no... no, estoy bien. -me negué mientras intentaba irme.

-ven aquí, dije. -me agarró del brazo, pero le di un fuerte puñetazo en la nariz.

Los chicos se quedaron perplejos mirando a su amigo, no quería más problemas... debería hacerme notar.

-vete a la mierda. -fruncí el ceño mientras daba media vuelta de camino a las habitaciones nuevamente.

Fui a mi cama de abajo mientras me acostaba en esta, la mayoría de personas ya estaban ahí acostadas o hablando entre ellas.

Suspiré mirando las maderas de arriba en la cama, sin cubrirme con las mantas que me hacían pasar frío, simplemente acostada con mi ropa que había usado en el día.

Cuando fue anocheciendo, ya casi todos estaban en sus camas, yo intenté cerrar mis ojos para dormir, pero se me fue imposible hacerlo, por lo cual solo pude quedarme mirando aquellas tablas en la oscuridad de la habitación con una presión en mi pecho.

Escuché al poco tiempo pasos acercarse los cuales me hicieron voltear de manera rápida para ver de donde venían por precaución.

Al ver hacia la puerta fruncí el ceño al no ver a nadie, yo estaba sentada en la cama. Cuando iba a acostarme nuevamente, taparon mi boca haciendo que gritara, pero mis gritos no fueron oídos, intenté golpear con mi mano a quien me tenía sujeta, pero no funcionó y sentí como me arrastraban fuera de la cama y de las habitaciones, hasta los baños y no femeninos.

𝕯𝖎𝖔𝖘 𝖉𝖊 𝖑𝖆 𝖒𝖚𝖊𝖗𝖙𝖊《𝐇𝐚𝐧𝐦𝐚 𝐒𝐡𝐮𝐣𝐢 𝐱 𝐎𝐜》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora