𝕯𝖎𝖔𝖘 𝖉𝖊 𝖑𝖆 𝖒𝖚𝖊𝖗𝖙𝖊《𝐇𝐚𝐧𝐦𝐚 𝐒𝐡𝐮𝐣𝐢 𝐱 𝐎𝐜》

Capítulo 47

| Final |

Abrí mis ojos con sorpresa, sin saber si era mi imaginación o no, comencé a limpiar mis lágrimas levantando mi cabeza para verlo algo sobresaltada.

No es mi imaginación... tiene los ojos abiertos y una pequeña sonrisa, aunque le costaba hablar por el objeto que tiene entre su nariz y boca, su sonrisa era débil y sus ojos pesados. Pero...

¡pero él está despierto!

-S-Shuji... -mis ojos volvieron a cristalizarse, esta vez abrazándolo cerca de su rostro con obvio cuidado de no hacerle daño- yo soy la que tiene que estar en esta camilla, tu no... -lo miré molesta, feliz y triste... ni yo lo sabia.

Él no respondió, solo apretó mi mano mientras parpadeaba de forma pesada casi cerrando sus ojos.

-no... -fue lo único que pudo decir a duras penas, ya que su sonrisa se desvaneció y volvió a cerrar sus ojos.

De forma casi inmediata, solté suavemente su mano para poder ir a avisar al doctor o enfermeras de lo que estaba pasando. Solo me asomé a la puerta llamando a la primera persona que vi, la cual llamó al resto. Yo volví a la sala tomando su mano, la cual nuevamente apretó ahora con sus ojos cerrados, pero sentía como apretaba mi mano.

-tardará un poco en despertar... -comenzó a decir el doctor que estaba en la sala junto al resto del personal revisandolo- pero ahora que mostró señales, lo más probable es que pase la noche, pero eso no quita la posibilidad de que este fuera de peligro, solo disminuye. -me miró, a lo que yo asentí.

-¿él...? -comencé a preguntar- ¿él no va a sufrir ningún daño interno?

-por la zona en la que fue el golpe no... pero si perdió mucha sangre, necesita descanso y si logra pasar la noche entonces estará fuera de peligro.

-entiendo. -volví a asentir mientras miraba a Hanma- ¿puedo quedarme con él?

-si, puede hacerlo. Igualmente habrá una enfermera haciendo una revisión cada cierto tiempo.

-muchas gracias.

-para eso estamos. -asintió.

El doctor salió de la sala. Yo suspiré mientras ahora si tomaba asiento muchísimo más tranquila, la sala tenía un pequeño sillón al lado de la camilla y ahí estuve yo.

Es extraño... en esos momentos estaba tan preocupada de él que a penas me preocupé por mi, y ahora que sabía que estaba fuera de peligro o al menos había subido la posibilidad de que se recuperase, mi cuello y rostro comenzaron a doler por los golpes anteriores, y ahora si pienso en todo lo que sucedió.

Kisaki... ¿por qué?

No tuve que pensarlo demasiado, ya que justo entonces la puerta de la habitación se abrió llamando mi atención. Haciéndome voltear de forma curiosa.

De inmediato me levanté de mi asiento.

-fuera. -hablé de forma autoritaria.

-no vine a hacer nada por ahora. -suspiró Kisaki- ¿esta vivo?

-¿qué mierda te importa maldito maricon? -dije firme desde mi lugar sin dejar de verlo a los ojos- hablemos afuera, no quiero que peleémos delante de él.