¿Qué es el amor?

¿Qué siento?

No tengo nada que decir... lean en paz...

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-No- exclamó molesto.

-¡Carajo!- golpeé mi cabeza con ambas manos.

-Otra vez- exigió, quitando mis manos, ya que obstruían mi vista, y colocándolas sobre la mesa.

-Agh. ¡Es inútil!

-Es tu culpa que estemos aquí- se justificó, echándose para atrás.

-...- No podía debatir... si fue mi maldita culpa haber reprobado ese examen.

-Una vez más, Sakura- y justo estaba libre Sasuke, el tutor más irritante, molesto e impaciente del mundo. ¿Dónde estaban Hinata y Temari cuando las necesitaba?

Ah, ya recordé.

Temari y Hinata, luego de sacarme información sobre lo ocurrido en el parque de diversiones, que no fue del todo verídica, planearon un día de estudio y repaso con Sasuke y yo... solos.

No, no, no fue un día.

Una jodida semana entera de temas múltiples.

-¡Bien!- exclamé harta de su mala cara- Entonces, las relaciones trigonométricas son el cociente entre... dos...- le vi esperando aprobación, pero estaba inmóvil, con los brazos cruzados sobre su pecho- Longitudes... de un triángulo... rectángulo.

-No fue difícil, Sakura- denotó en cuanto terminé la definición.

-Sí, sí, la teoría es sencilla, la práctica es lo difícil- ojeé el cuaderno-. Juro que entendía, pero ahora no sé qué carajos es la hipotenusa.

-El lado más largo de un triángulo rectángulo- dijo con perfección y sin margen de error.

-Oh, gracias...- musité sarcástica, pasando las hojas del cuaderno.

-Te haré un examen escrito- informó al paso de unos minutos de repaso.

-No eres Kakashi, Sasuke-kun.

-Pero si acepté ayudarte, molesta- arrancó un pedazo de hoja de su libreta, lo arrugó en su mano, haciéndolo una bolita, y claro, lanzándomela en la cara.

-Lindo- murmuré, buscando la bola que ahora se perdía en mi cabello-. Oye, hablando de eso, ¿por qué aceptaste ser mi guía?- pregunté, peinando con mis dedos las hebras de cabello rosa, esperando a que la maldita bola de papel cayera de una vez.

-Hmp, Naruto me obligó- le vi incomprensiva.

-¿Obligó?

-Es el jodido capitán del equipo- negó, haciendo un gesto fastidioso-, y no interesa si soy su mejor amigo. Me va a sacar si no te ayudo.

-Agh- gruñí, dejándome caer para atrás, siendo recibida por un cojín enorme que decoraba la habitación de Sasuke-, ahora somos su "pareja no pareja" del momento- asintió con fastidio.

Ya había pasado una semana y media del suceso del parque, pero seguían insistiendo en que, fue nuestro plan el devolvernos, besarnos a escondidas, y regresar.

Incluso, después de ese día y de lo dicho en la rueda de la fortuna, entendía que Sasuke era como una mina siendo excavada, el oro y el diamante de esto, era conocerlo realmente, ver su alma desnuda. La cosa, es que solo nos había dejado entrar un par de metros, y según lo que entendía, yo iba un poco más adelante en esa exploración de su personalidad.

¿Y cómo pasó?

Ni sé cómo explicarlo, pero desde que empezamos a hablar como verdaderos amigos, sentí que seríamos un pequeño imán, pero no en un sentido de polaridades de pareja, más como... confidentes.