¿Sin Arrepentimientos?

626 25 14
                                    

 ¡Hola, de nuevo!

Este capítulo incluye música... Así que... Disfruten.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

Cuando ven esas escenas románticas, en donde una de las personas de la relación se arrodilla, o le pide de una manera excesivamente llamativa, una relación más formal a la otra persona... ¿Qué es lo primero que piensan?

Por ejemplo, solía pensar que era de lo más hermoso. Mi envidia me hacía pensar en lo lindo que sería estar allí, frente a una persona que te ve con amor, y te está pidiendo pasar una vida contigo.

Otras personas dicen que es algo incómodo, que no les gustaría algo tan escandaloso, pues es un tema reservado, y que sería más romántico si se mantiene en la intimidad de la confianza de ambos.

También he sabido que hay opiniones referentes al rechazo. La lástima hacia la persona que está haciendo la proposición. ¿Y si lo rechazan? Eso sin duda será doloroso, y no es algo que uno quiera experimentar.

Como estas, hay muchas reacciones o ideas referentes a estas propuestas.

Mi "yo" actual, solo pensaba que era algo que representa demasiada confianza entre la pareja, pero que en el fondo, en realidad era bastante adorable.

Pero...

¿Por qué ahora es distinto?

– ¿Quieres ser mi novia?

No estaba nada preparada para algo así.

¿Por qué lo hacía ahora?

Frente a todos... Mi segunda familia.

¿¡Por qué?!

–... –En realidad estaba atónita, y quizá lo que más me dejó sonrojada y muda, fue ver que Shisui tenía en la mano un lindo anillo.

¿Me está dando un anillo?

El silencio en la mesa se hizo notorio, y claramente, incómodo para los demás.

– ¿Sakura? –levanté la mirada del anillo, hasta sus oscuros ojos.

Me sentí helada.

Estaba esperando una respuesta. Y no solo él, sino los demás en el lugar. Claro, esto era mejor que la película que se transmitía al fondo de la habitación.

–Yo... –ya lo habíamos hablado, y de hecho, creo que ya habíamos quedado como una pareja formal. Pero, ahora me costaba reaccionar. estaba sorprendida y me había tomado desprevenida.

¿Cómo se le ocurre decirme eso?

Así, sin muchos preparativos, o al menos una señal... Algo, que me dijera que estuviera preparada para no pasar pena.

¿Y ahora...?

Él está esperando una respuesta.

¿Qué carajos le digo?

Pero si ya lo habíamos hablado, ¿por qué me es difícil decirle ahora?

–Sí... Sí quiero –musité, pese a que sabía que no había sonado muy convincente. Mi mente aún estaba tratando de entender todo.

Sabía que había sido poco convincente. Y más que eso, había hecho una escena incómoda para todos, pues nadie entendía la razón del repentino pedido, y menos, de que mi reacción fuera tan insignificante.

–Si –repetí, ya sonriéndole con esa clásica amabilidad que usaba cuando algo me agradaba. Me correspondió al instante, acercándose a mi rostro, para dejar un corto beso sobre mis labios.

¿Qué es el amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora