➪ 22.

5.6K 1K 802
                                    

—Buenos días.

—Ve a decirle buenos días a otra persona — respondió Takashi, cerrando la puerta en su cara.

Hakkai y Takashi intercambiaron una mirada.

—¿Cómo sabe dónde vives? — pregunto Hakkai después de unos segundos.

—No tengo idea.

Takashi chilló cuando el timbre volvió a sonar, tenía la esperanza de que se hubiera ido.

—¿Quién es? — pregunto Yukine, alarmando a Takashi por un momento.

—Nadie importante, si lo ven alguna vez en sus vidas, corren en dirección contraria, de acuerdo? — Yukine asintió. Yuu se vio más dudoso.

—¿Porque debemos correr si no es nadie importante? — Takashi maldijo que el menor de los gemelos fuese tan perceptivo.

El timbre volvió a sonar y abrió la puerta, ignorando a cuestas la pregunta de su hijo.

—¿Que? — le pregunto a Ran, totalmente hastiado.

—Quiero verlo. — contesto, sonriente.

Takashi se mostró mucho más a la defensiva con la mención de sus hijos y los escondió tras de el, finalmente Hakkai tomo las manos de ambos niños y los llevo con el escaleras arriba, hasta la habitación de los gemelos.

—¿Quién es? — pregunto Yuu, con todo el asunto luciendo cada vez más sospechoso para el.

—Quédense aquí, ya vuelvo. — contesto, sin contestar realmente a la pregunta del niño y cerró la puerta tras el, volviendo a bajar las escaleras.

La escena abajo le heló la sangre del enojo.

—Sueltalo. — le ordenó a Ran, quién sostenía a Takashi de la muñeca con demasiada fuerza, en un intento de entrar a la casa.

—¿Porque debería? — pregunto, con una sonrisa arrogante, apretando más el agarre hasta lograr sacar un quejido de los labios de Takashi. 

Ni siquiera se molestó en contestar, ya estaba caminando para encestarle un puñetazo en la quijada, pero no fue necesario. Por un momento olvidó que Takashi era perfectamente capaz de defenderse solo y lo comprobó ahí mismo.

Ran soltó un quejido e instintivamente soltó a Takashi, el cual se alejo lo más posible, quedando justo a un lado de Hakkai.

—¿Me pisaste? — cuestionó, furioso.

—Quizá, ¿Te dolió? Espero que si. — inquirió Takashi en tono irónico, mientras acariciaba la marca rojiza en su mano derecha que probablemente dejaría un hematoma. Levantó la mirada, mirando a Ran con fiereza —Vete de mi casa, ahora.

—Ya te dije a qué vine, y no me iré hasta entonces. — contesto, firme.

—Estás a años de ponerles una mano encima a mis hijos.

—¿Hijos? — pregunto, ligeramente confundido, Takashi chasqueo la lengua ante su error. —¿Más de uno?

—Que te importa, pinche entrometido — hablo, arrojandole un florero, que el alfa esquivo a último segundo.

—¡Deja de aventarme cosas, histérico! — como respuesta Takashi le arrojó el control remoto de la televisión.

Hasta ese momento Hakkai noto que ya había muchas cosas tiradas y rotas en el suelo. Hakkai lucho por no reírse de la situación, simplemente porque era un momento serio.

—¿Al menos puedo saber sus nombres? — pregunto, esquivando el control a medias, porque le dio en esquina de la frente, soltó un quejido y llevo su mano al lugar.

—Yukine y Yuu, ¡Lárgate de mi casa ahora! — chilló, tomando una fotografía, listo para arrojarla, pero Ran fue más rápido, saliendo de la casa a medias.

—¡Gracias! — gritó, caminando al que suponían era su auto, la verdad no sonaba nada agradecido, más bien resignado.

El sonido de un motor arrancando les dio paz finalmente, apenas alcanzo a ver cómo Takashi se tiró al suelo de rodillas.

—¡Ahg! — se quejo — malditos alfas estúpidos, ve a joder a tu madre maldito imbécil de mierda, tan bien que iba mi día, tenías que cagarla inútil asqueroso hijo de... — comenzó a murmurar en voz baja, miles de insultos, completamente furioso.

—Takashi.

—¿¡Que!? — respondió, malhumorado.

—Yo no te hice nada — el omega formó un puchero, arrepentido. —Ven. — llamo, extendiendo sus brazos para que Takashi subiera, después enredo sus piernas en su cadera para evitar caer y se acurrucó en el hueco del cuello de Hakkai, buscando calmarse.

—Perdón... — susurro contra su cuello.

—Está bien, tranquilo.  — dijo, dejando un corto beso en la frente del omega.

—¿Podemos bajar? — escucharon la voz de Yukine, desde las escaleras. Takashi se puso de pie y camino hasta sus hijos, ambos en el pie de las escaleras.

Se inclino a su altura y abrazo a ambos niños, tomándolos por sorpresa ante la muestra de afecto repentina.

—Los amo demasiado.

La sorpresa no fue impedimento para que los gemelos le abrazaran devuelta y le dejarán en claro cuando lo querían también. Se separaron después de un rato y se dirigieron al sofá, sentándose los cuatro ahí.

Yuu noto las cosas rotas en el suelo y la marca en la mano de su padre, de un color rojizo que comenzaba a tornarse morado.

—¿Quién era? — insistió.

—Nadie.  — contesto, evadiendo la pregunta y acercándose más a Hakkai, hasta estar apoyado en su hombro.

—¿Porque hay cosas rotas? — inquirió, con sospecha.

—Fue un accidente, se cayeron.

Yuu no le creyó e iba a volver a preguntar, pero fue interrumpido por Yukine, por un pellizco. Se giro a mirarlo y este le veía con advertencia, pidiéndole que dejara el tema ahí. Finalmente se resigno.

El resto del día lo pasaron limpiando el desastre causado en la entrada y viendo películas, en algún punto de la tarde los gemelos cayeron dormidos y ambos adultos se encargaron de llevarlos a su habitación. Después de ello notaron que ya era tarde y Hakkai tenía que irse.

—Takashi — le hablo, en la entrada, justo antes de salir por la puerta.

—¿Si?

—Supongo que Haitani Ran es el padre de los gemelos — dijo, la verdad es que era bastante obvio por todo lo que había visto, pero no le habían aclarado nada y simplemente quería comprobarlo.

—...Si — contesto, después de un breve silencio.

—Una vez.. me dijiste que el alfa que te había marcado y el padre de los gemelos, te dejo por otra omega y rompió el lazo, entonces es el? — Takashi asintió, sin decir palabra verbalmente.

Hakkai observo como Takashi bajaba la mirada, como si aquello le avergonzará. Se inclino hacia el y le tomo del mentón para que lo mirará y acercándose hasta rozar sus labios.

—Olvídate de eso — susurro, antes de unir sus labios en un beso, corto y dulce. Con la única intención de disfrutar del cariño del otro.

FUTURE ⸻ MitsukkaiWhere stories live. Discover now