20. Ciento veinte dólares

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Cuando llegué a casa luego de salir a correr con Lobo, sí, era la primera vez que hacía ejercicio en muchos días, encontré una nota sobre la isla de la cocina.

"Me fui de viaje, puedes usar el Volkswagen hasta que regrese."

Al lado estaban las hermosas llaves de mi hermoso Volbee. ¡Lo he extrañado tanto!

De: La reina Lydia
Iremos a comprar vestidos para el baile. Allison y yo iremos por ti en una hora.

Para: La reina Lydia
Yo no iré al baile, no necesito un vestido. No vengan.

De: La reina Lydia
No te pregunté si querías venir, solo te estoy informando.

Para: La reina Lydia
No puedes obligarme.

De: La reina Lydia
Sí, puedo. Además, aun me debes la salida del otro día. Nunca fuimos de compras.

Para: La reina Lydia
Bien, pero las encontraré allá. Mi padre se fue de viaje y me ha dejado usar a Volbee.

De: La reina Lydia
Perfecto, nos vemos allá.

💙

Una hora después estaba subiendo las escaleras eléctricas de Macy's junto a Lydia y Allison. La última había estado callada desde que las encontré en la entrada del centro comercial.

― ¿Te pasa algo? ―le pregunté.

―No, no me pasa nada. Es solo que tengo muchas cosas en la cabeza.

―Al menos podrías sonreír ―le dijo Lydia―. ¿Has escuchado el dicho: "Nunca frunzas el ceño, alguien podría estarse enamorando de tu sonrisa"?

―Toda la vida me ha dicho eso ―le dije a Allison―. Será mejor que sonrías o va a estar repitiendo el mismo dicho una y otra y otra vez.

―Así es, sonríe Allison ―repitió Lydia―. Te compraré un vestido, de hecho, les compraré un vestido a ambas.

―No, gracias ―dije―. Sabes que no iré.

―Comprarme un vestido es una buena manera de pedir perdón ―dijo Allison refiriéndose al incidente de Scott.

― ¡Excelente! ―exclamó Lydia.

―Pero será mejor si aceptas lo que te pediré ―esto se pondrá interesante.

― ¿Qué? ¿Qué quieres decir con eso?

―Quiero que canceles a cualquier idiota al que le dijiste que sí y que vayas con otra persona.

― ¿Con quién? ―preguntó Lydia.

Seguí la mirada de Allison, la cual estaba puesta en Stiles.

Oh no, por favor no.

―Con él ―sonrió maliciosamente Allison.

Stiles estaba en los puestos de perfume y torpemente roció uno en su cara, provocando que estornudara escandalosamente. No pude evitar sonreír ante su torpeza. Ese era Stiles, el chico que me encantaba.

Enamorándome de mi peor enemigo | EMPE #1 | Stiles StilinskiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora