Una triste realidad

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Ese día Kyoko al verla se preocupó. Pensó que algo malo había pasado, a lo que Midori respondió que simplemente volvió a recordar el pasado. La niña la abrazo para darle ánimos. Regresaron a casa pues la mayor tenía trabajo y las clases de dibujo se habían cancelado.

Al día siguiente estaba nerviosa, incluso dudo si él vendría por ella. Rápidamente fue a dejar a su hermanita a sus clases de la tarde y regreso para esperar al rubio.

Se estremeció al oír qué tocaban la puerta. Fue a abrirle y ahí estaba él, parado vistiendo algo casual.

- Vamos, quiero terminar esto rápido - ni siquiera le saludo -

- Iré por mi bolsa - tomo sus cosas sin alzar su mirada. Seguía distante con ella -

Ambos salieron y caminaron hasta el estacionamiento donde estaba la motocicleta de él. Al subirse tenía un fuerte deseo de volver a sujetarse de su espalda, pero sabía que se enfadaría. Se aferró en el asiento y avanzaron hacia la clínica.

Tomaron asiento esperando a que la doctora les diera permiso de entrar al consultorio. Unos minutos más tarde escuchó su nombre. Los jóvenes entraron.

- Bienvenida Midori. Veo que hoy te acompaña alguien diferente - toma asiento del otro lado del escritorio - pueden sentarse

- Si, Taka no pudo venir. Pero Manjiro acepto venir en su lugar - se sentaron en el sofá frente al escritorio -

- Bueno jovencito, me alegro que estés apoyando a tu amiga - sonríe la señorita - serán las mismas indicaciones, ella tiene que hablar y en ningún momento puedes interrumpir.

- Bien, solo escucharé - fueron sus únicas palabras -

- Midori retomemos la sesión anterior - saco el expediente de la chica y un par de hojas para hacer anotaciones -

Continuo con su relato, habló claramente como las cosas cambiaron tras el fallecimiento de su padre. El comportamiento de Haru y Mei, habló de las amenazas que recibía, esas veces que Haru la tocaba hasta cuándo abusaron de ella.

Empezó a llorar como la sesión pasada, no le estaba prestando atención a Mikey, pues él mismo dijo que le importaba muy poco lo que pasó con ella.

Manjiro estaba sentando en silencio viendo fijamente el suelo, no sabía que pensar. Las palabras y llanto de la chica se escuchaban en su cabeza.

Por el tiempo, solo alcanzó a contar cuando Kyoko salió sana y salva del hospital. La doctora le pasó un par de pañuelos mientras terminaba de anotar.

- No han pasado muchas cosas después de eso. Así que se podría decir que llegue al presente - decía la chica limpiando sus lágrimas -

- Eres una chica muy valiente Midori, pero si quisiera en la próxima cita abarcar hasta tu día anterior - dejo de escribir para mirarla con una pequeña sonrisa - dices que las pesadillas aún son constantes ¿Cierto?

- Si, no quisiera dormir por miedo a vivir eso otra vez en mis sueños- comentó agachando su cabeza -también a veces pierdo el apetito.

- Reprimirse es malo, pero si no deseas hablar con alguien puedes escribirlo, dejar sacar todo en tu interior - guarda la carpeta de su paciente y toma unos dulces de su frasco - tu día a día e incluso tus sueños.

- No lo había pensado, puede que lo intenté - alza su cabeza después de suspirar -

- Bien eso será todo por ahora. La próxima vez te daré unas instrucciones que deberás seguir - se levanta para entregarle los dulces a ella - primero necesitamos terminar nuestro cuento.

Corazón encadenado | Tokyo Revengers | MikeyxOcDonde viven las historias. Descúbrelo ahora