Querer

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Kouyou le lanzó un jarrón con todo y flores.

Los días siguientes a su "declaración" estuvo discutiendo consigo mismo sobre pedir consejos. Tenía varias opciones, pero Akutagawa no era muy útil, Hirotsu no estaba en la ciudad por cosas del trabajo y ni hablar de Mori, por lo que era más que obvio ir con la pelirrosa.

Pero sabía que hablar con ella significaba un sermón increíblemente largo y extenso sobre la simple pregunta del por qué, y no se sentía del todo preparado para contarle sobre sus sentimientos.

Chuuya era de esas personas que dejan salir sus emociones y expresan lo que sienten, sin embargo cuando quería ocultar alguna cosa en particular era un experto con tres doctorados, por eso Kouyou reaccionó de una manera muy poco calmada.

- ¿¡Pero como se te ocurre!?- Preguntó la mujer exaltada

- Tampoco es para tanto Anne-san...- Se excusó tapando su rostro con su sombrero

- Chuuya... ¡hay miles de millones de personas en el mundo! ¿¡Por qué él!?- Siguió gritando - Entiendo que ustedes dos tienen una conexión especial cuando se trata de trabajar juntos, pero no me parece correcto ir más lejos...

Sentía su pecho encojerse. Las palabras de la mujer que tanto le importa eran duras, a tal punto de hacerlo derramar una pequeña lágrima.

- Se que no será fácil...- Habló levantando la mirada - Se que no está ni cerca de ser la mejor persona en el mundo, pero quiero intentarlo- Se levantó de su lugar y respiro hondo - Aunque tal vez salga lastimado en el intento, quiero hacerlo...

Kouyou pudo ver en sus ojos cristalizados que de verdad estaba seguro de sus palabras, relajó sus facciones y suspiró derrotada.

- Llámalo esta tarde, dile que vaya a tu departamento a charlar y establezcan sus límites- Dijo tomando una decisión

Inmediatamente, Chuuya se acercó a darle un abrazo. Un poco confundida por la acción tan repentina, correspondió el abrazo.

- ¡Muchas gracias Anne-san!

- No se mucho sobre el amor, pero creo que es algo que tienes derecho a experimentar y disfrutar- Sonrió leve

Las horas pasaron y el vino se empezaba a acabar, ni llegó bien a la puerta de su departamento y ya estaba con la botella en la mano. Aún tenía un whisky de reserva, y eso era un punto a favor.

Sin poder evitarlo los nervios le ganaron cuando escucho la puerta siendo abierta, restandole importancia a que seguramente Dazai forzó la cerradura.

Por su parte, el vendado se sentía intrigado por el mensaje de Chuuya. Este era simple y sin chiste, cuando el mafioso acostumbraba a insultar sin razón por medio de una nota de voz.

Al no verlo en el primer piso, supuso que estaría en la recámara. Lentamente giró la perilla y se encontró con Chuuya en una esquina del techo... ¡DEL TECHO!

- ¿Por qué estas nervioso?- Preguntó al instante, sabiendo que Chuuya sólo hacia eso cuando algo no andaba bien

Silencio total fue lo que obtuvo. Su primera reacción fue darle su espacio y espero varios minutos, pero la paciencia no era su fuerte.

- Chibi, baja de ahí...- Pidió amablemente
- Voy a bajarte a las malas- Amenazó mientras se acercaba despacio

Aunque por fuera no lo pareciera, Chuuya estaba a nada de llorar. La presión por la respuesta de Dazai ante sus cuestionamientos amorosos le preocupaban seriamente, por eso mismo, también usaba su habilidad para evitar que las lágrimas cayeran.

¡Podemos hacerlo! // SKKOnde histórias criam vida. Descubra agora