Podemos hacerlo

4.5K 459 313
                                    

Escuchaba murmullos a su alrededor, no reconocía del todo las voces, pero tampoco tenía ganas de hacerlo.

De pronto despertó. Poco a poco sus ojos se fueron acostumbrando al blanco de la habitación, además del ya conocido "bip" que sonaba en las máquinas junto a él.

- Despierta imbécil- Le llamó alguien

Se sentó en la camilla de golpe, esperando a que no fuera una broma. Por que si lo era, no tenía ninguna puta gracia.

- C-Chuuya...- Pronunció confundido

¿No estaba muerto? Juraría recordar las últimas palabras del pelinaranja para luego desvanecerse entre sus brazos. ¿Por qué no veía el abismo hacerce cada vez más cercano?

Cuando se encontraba al borde de la muerte solía sentir como caía hacia un abismo, como la típica sensación de sentir que caes mientras duermes. Pero ahora estaba en el hospital, ¿alguien llegó a salvarlos? Chuuya... ¿él estaba bien?

- ¿Quién más pendejo?- Bromeó el mafioso con una sonrisa

Dazai se percató de algo. El pelinaranja no tenía ninguna clase de herida por ningún lado. Sabía perfectamente que siempre le quedaba algún raspon, y por más mínimo que fuese, Kouyou lo obligaba a quedarse en reposo.

- No... tu no eres mi Chuuya- Contestó con desconfianza - ¿Dónde está?- Cuestionó amenazante, recibiendo una risa

- El verdadero Chuuya esta en una camilla al lado tuyo, esperando a que despiertes- Explicó la alucinación - Sólo soy producto de tu mente para obligarte a ti mismo a despertar...

- ¿Y c-como?...- Preguntó, viéndolo reír otra vez, como si ya supiera lo que iba a preguntar

- Así- Respondió dándole un puñetazo derechito a la cara

Nuevamente abrió sus ojos, ahora le pesaban los párpados y sentía una horrible punzada en cada centímetro de su cuerpo, incluso respirar le dolía. Esto se sentía más real.

La habitación era demasiado blanca, de hospital obviamente. El aire fresco se sentía bien y a juzgar por la iluminación era media tarde.

- Yosano-san, ya despertó- Habló a lo lejos quien parecía ser Atsushi

- Bien, ahora voy- Contestó la doctora

Con el esfuerzo que probablemente había hecho en toda su vida logró sentarse en la camilla, luego giró hacia la derecha. Dió un quejido por el crujir de su cuello, pero valió la pena.

Ahí estaba. Estable, descansando, lleno de parches, varios cables conectados y el marcapasos sonando. Respiró tan aliviado que se sobresalto al escuchar la puerta siendo abierta.

- ¿Como te sientes?- Preguntó Yosano

- Bien, supongo...- Respondió sonriendo leve - ¿Él está bien?

La mujer sonrió enternecida por su comportamiento, caminó hacia la camilla de Chuuya y revisó la bolsa de suero.

- Todo en orden, no hubo daños tan graves- Explicó la pelinegra - Aunque perdió mucha sangre lograron sacarlos a tiempo y traerlos antes de que pasará algo peor...

- ¿Quién nos trajo?- Cuestionó confundido

- Uy, no lo sé~ pregunta en cuanto te den de alta- Contestó divertida, recibiendo un murmullo inaudible - ¿Pasa algo?

- Gracias...- Dijo mirando atentamente el cuerpo del pelinaranja - De verdad, gracias...

Yosano puso una mano sobre su hombro, lo apretó un poco y luego le dejó solo. Ahora tenía tiempo para arrepentirse sin necesidad de ser escuchado.

¡Podemos hacerlo! // SKKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora