Tardes de mala suerte

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Varias semanas después del incidente en Tierra 1, la familia Luthor-Danvers tenía uno de esos días tranquilos, que raramente podían disfrutar.

Lena estaba sonriendo mientras le devolvía sus lentes con el traje de nanos a Kara.

— ¡Voy a dejar de romper mis camisas! — Exclamó Kara, feliz de poder conservar su ropa intacta.

— No es que me queje de esa parte. — Comenta Lena.

Kara rueda los ojos con una sonrisa, por supuesto que no. — ¿Qué hay de nuevo? ¿Tengo modo nocturno? ¿Puedo camuflarme con las cosas?

— Por muy genial que suene eso último, no. Además, aún si tu traje se camufla todavía podrían ver tu rostro. — Descarta Lena, indicando a Kara que se pusiera los lentes y activara el traje. — Creo que notarás las diferencias fácilmente.

Kara presionó el sensor al costado de sus lentes y empezó a ver cómo los nanos rodeaban su cuerpo, materializando su traje. Cuando se completó, se movió en varias posiciones, el traje en sí se sentía un poco más… no sabe cómo decirlo, como si algo fluyera por todo su cuerpo. Alza una ceja al sentir algo más sólido en su antebrazo.

— ¿Y esto? — Kara desprende la especie de protección que había y la examina.

— Es como una granada de energía solar recargable. — Explica Lena. — Se recarga mientras vuelas y te expones al Sol, cuando necesitas una recarga simplemente tienes que presionar este botón aquí y lanzarla. La energía se libera y los nanos regresan automáticamente al traje.

— Genial. — Kara sonríe y vuelve a colocar la pieza en su brazo. — ¿Y la sensación de que algo me recorriera por encima todo el tiempo?

— Sistema de absorción y redirección. Cuando te golpees, parte del golpe se absorberá, casi no lo sentirás y luego podrás liberarlo en tus golpes. — Lena toca el escudo de la casa El y Kara puede ver ondas de color azul expandirse desde la zona. — La tecnología lee tus intenciones todo el tiempo, así que la fuerza no se liberará cuando toques cualquier cosa, sólo lo hará cuando realmente quieras golpear algo.

Kara parecía una niña pequeña con un juguete nuevo. — ¡Excelente! Voy a llamar a Clark para probarlo, va a estar tan celoso.

Lena se ríe entre dientes y niega con una sonrisa al verla salir volando por el balcón. — ¡No quemen sus poderes jugando!

Kara regresa en un borrón azul y se detiene riendo, casi chocando con Lena. — Gracias, te amo.

Lena cierra los ojos al sentir los labios de Kara sobre los suyos, pero un segundo después su esposa ya no estaba. Resopla. — Yo también.

[...]

Uno de otros días en febrero, Kara volaba sobre la ciudad, disfrutando del viento frío característico del invierno.

Cuando de repente escuchó el grito se su esposa.

Kara voló rápidamente y recogió a Lena mientras caía de su edificio.

— ¿Estás bien? — Pregunta Kara, sosteniendo a su esposa, en brazos. — ¿Qué pasó?

— Estoy tan bien como alguien que acaba de caer desde su balcón puede estar. Gracias. — Murmura Lena. — No sé qué pasó, estaba viendo la ciudad y parece que algo invisible me hubiera empujado.

Kara ve a Lena resoplar y con cuidado, la vuelve a dejar en su balcón. — Quizás… no debas salir al balcón, por hoy.

Lena resopla con molestia, sin poder creer que se haya caído por un descuido.

Nuestra Vida |Supercorp|Where stories live. Discover now