Capítulo 13. Una ciudad gris

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Durante el camino seguimos hablando...

Por fin le podré preguntar a Catherine por qué me envió esta carta y la escribió con distinta letra- le dije a Raquel-.

¿Qué carta?- me preguntó ella-.

Esta- dije sacándola de su sitio y enseñandosela-.

La examinó durante unos segundos.

¿Cómo sabes que es de Catherine? Aquí pone que es de mamá y papá- me preguntó ella un poco triste y extrañada-. Y si el emisor es la misma persona... ¿porqué la ha escrito con distinta letra?-.

Eso es lo que le quiero preguntar- le dije antes de recibir otra corriente eléctrica- y se que es de ella porque lo comprobé en Hunner una vez y además... Mi libro me dijo que ella la había escrito con ambas letras-.

¿Tú... Libro?- me preguntó mirándome a los ojos-.

¡Si! Todo empezó cuando escuchaba unos susurros y... Algunas letras de mi libro empezaron a brillar y decían el nombre de Catherine- le dije alegre por haberle podido contar a alguien aquello-.

Ella se puso muy pálida y no me respondió. Apenas me percaté de su palidez y pensé que no quería responder porque eran cosas de loca...

Andamos como una hora, cantamos, hablamos e imaginábamos como destronar a Casandra. Por alguna razón supe que Raquel me seguía ocultando cosas. No se si sería por mi bien o no... Pero todo se me estaba volviendo tan raro... A veces esto solo parece un sueño... Un sueño que quiero terminar porque pienso que si sigo así... Que si sigo así...

Llegamos, al fin, a la capital de Channep.

Gris. Eso fue lo primero que vi. Edificios y casa grises, ropa gris, calles grises, cielo gris...

¿A caso está prohibido también el color?- le pregunté bajito a Raquel mientras guardaba su mapa-.

Pues si- me dijo sin pensárselo-.

La miré con cara de "¿qué me estas contando?" pero ella no lo retiró.

Me he criado en un mundo gris- dijo un poco cabizbaja-.

¿Porqué no hay color?- le pregunté-.

A Casandra le gusta ver sufrir a la gente y está demostrado que contra menos color vea una persona más triste se siente-.

Esto. Es. Patético- le dije con los ojos cerrados-.

Parpadeé y "activé" mi visión de auras. Veía cuerpos moverse pero su luz... Era muy apagada, como la de Raquel. Ni siquiera los árboles grises brillaban. Volví a ver normal.

El cielo también estaba muy gris. Y eso que no hacía mal tiempo. Por primera vez me fijé en lo blanca que era Raquel. El cielo estaba cubierto de gases que contaminaban y no dejaban pasar los rayos del sol. A lo lejos se veían las chimeneas de las enormes fábricas grises.

Tenemos que encontrar a Catherin- me dijo sacándome de mis grises pensamientos-. Se donde está-.

Voy, voy... No tires de mí, se andar- le dije un poco molesta-.

Raquel andaba con paso decidido y no se lo pensaba dos veces antes de doblar una esquina.

En una ocasión, mientras seguía el paso rápido de mi hermana, me pareció ver una cara conocida... La cara de Casey.

"Él no está aquí" me dije a mi misma en mis pensamientos.

Conforme avanzávamos había menos luz solar. Este lugar desde luego era muy triste.

Raquel me guió por callejones muy estrechos y oscuros pero por lo que ví, se los conocía muy bien. Su delgadez se podía deber a que pasaba por mucho sitios como estos.

Después me llevó a una calle entre dos edificios muy altos. Aquella situación me hacía parecer que estaba en una caja.

¡Esto es un callejón sin salida, Raquel!- le dije casi gritando-.

Se llevó un dedo a los labios y me indicó una tapa metal que había cerca de la pared.

Por ahí se puede llegar a las mazmorras del castillo. Es un pasadizo- me dijo bajito-.

Las alcantarillas...-dije pensando en la pobre Catherine-.

DAPHNE 2 [sin editar ni corregir]Where stories live. Discover now