⠀⠀ ♡ 𝐄𝐪𝐮𝐢𝐩𝐨

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Narra Aidan

—Hey amigo, ¿qué tal te fue hoy? —Saludé alegre a mi hijo al sentir que se subía al auto. Lo vine a buscar a su escuela. Se quedó callado sin siquiera mirarme. Lo observé a través del espejo retrovisor—¿Un mal día?

Asintió.

Preocupado por el solo me quedó cerrar la boca para intentar no molestarlo. Conduje como de costumbre a casa mientras de vez en cuando daba miradas rápidas a Jacob.

Estacioné el carro en el porche, con prisa Jacob se bajó del auto y entró a casa. Hice lo mismo y al entrar mi linda esposa me recibió.

—Hola...¿Sabes que le ocurre? —______ me dió un beso para luego preguntar preocupada.

—Nope —Hice una mueca.

—¿Cómo te fue a ti en el trabajo? —Preguntó caminando al sofá y apagar la televisión.

—Terminé algo agotado, pero lo normal—Respondí mientras llegaba a la cocina a beber un vaso de agua.

—¿Algo que pueda hacer para relajarte?—Dijo acercándose por mis espaldas. Podría asegurar que lo dice en doble sentido.

—No por ahora, pero tal vez en la noche si—Sonreí travieso dándome la vuelta para quedar frente a frente. Ella rió coqueta abrazándome por el cuello.

—Deberíamos hablar con nuestro pequeño, a lo mejor le ocurrió algo en el cole—Opinó apoyando su cabeza en mi pecho. Por el estrés puse mis manos en su cintura buscando alguna solución en mi mente.

Estuvimos unos segundos en silencio, pensando en que le ocurría a Jacob, o al menos eso hacía yo. Hasta que un ruido nos interrumpe, por lo que miramos instantáneamente. Era el, quién había abierto bruscamente el refrigerador para sacar una caja de leche. Nos separamos y _____ se acercó a él.

—Jacob, ¿Tienes hambre?—Le preguntó para intentar formar una conversación.

—No—Fue lo único que dijo, y se fue a su habitación. Nos miramos confundidos.

—Iré a hablar con el—Dije finalmente. Besé la frente de mi esposa, intentando transmitirle tranquilidad. Seguí el camino de Jacob para luego dar dos suaves golpes con mis nudillos a su puerta.

—Ocupado—Gritó. Es la palabra que usamos cuando no queremos que alguien entre a la habitación en la que estemos.

—Campeón, debemos charlar—Abrí la puerta, y al hacerlo lo vi recostado en su cama viendo al techo. Me senté a los pies de su cama al notar que no diría nada—¿Algo que me quieras contar?

—No papá, no pasa nada—Continuó con su actitud reservada.

—¿Estás seguro? Porque lo qué pasó allá no fue "nada".

—Ahg papá, solo déjalo así. De todas formas no lo vas a entender—Soltó irritado.

—¿Entender qué?—Pregunté.

—Nada.

—Bien, no te seguiré molestando. Pero más tarde hablaremos—Advertí mientras salía de la habitación. De su parte solo salió un quejido.

—¿Y?—_____ llamó en busca de una respuesta, que lamentablemente no tenía.

—Dice que no es nada—Repetí sus palabras—Ya luego hablaremos con el.

—Está bien. Prepararé la cena—Dijo sin más, para posteriormente caminar a la cocina. Asentí mientras subía las escaleras para poder recostarme en la cama un rato. Descansar y pensar. Pues cada que discutimos con Jacob, o de cierto modo el no está bien, _____ y yo tampoco lo estamos. Lo digo en ambos sentidos, yo siento que no puedo ayudar a mi hijo, cosa que duele ya que lo amo con todo mi corazón y quiero que esté bien, pero el dijo que no entendería. El otro sentido es que cada vez que me siento insuficiente tiendo a alejarme un poco de los demás, para no dañarlos, pero la daño igual, a ella. A mi esposa, ella se siente igual que yo, intenta buscar refugio en mi, pero yo me alejo, no me gusta ser tan sentimental. Odio hacer eso, lo hemos estado practicando, pero lo sigo haciendo, lo peor es que me doy cuenta, y aún así no hago nada.

𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 - 𝐀𝐈𝐃𝐀𝐍 𝐆𝐀𝐋𝐋𝐀𝐆𝐇𝐄𝐑Where stories live. Discover now