07. Julio

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Tal vez, Jungkook y Taehyung inconscientemente habían empezado a pasar más tiempo juntos en sus días libres.

A veces Jungkook iba al apartamento de Taehyung con la excusa de que odiaba comer solo así que pasaban el rato leyendo los mangas de Taehyung, algún libro o viendo alguna película.

A veces Taehyung iba al apartamento de Jungkook, con la excusa de que las visitas debían ser devueltas y así pasaban tardes de videojuegos, explicaciones de cada tatuaje en el brazo de Jungkook o Taehyung durmiéndose en el sillón del peli negro, pasando así la noche juntos.

Se había vuelto como una especie de costumbre entre ellos. Casi podrían jurar que eran muy buenos amigos.

—Jungkook, tengo hambre.

—¿Pedimos algo de comer?

—¿Pizza?

—Sip.

De este modo, Jungkook tomó su celular, mientras pedía una pizza preguntándole a Taehyung los ingredientes que quería que llevara.

Jungkook no lo admitía, pero amaba consentir al castañito tanto como amaba la posición en la que se encontraban, acostados en su cama, con Jungkook revisando unas partituras y Taehyung leyendo algún libro de astronomía o algo así.

—¿La pizza demora? Tengo mucha hambre Jeon. Hazte responsable, estamos en tu casa.

—Mmm, bueno—. Observó el libro que Taehyung leía y sonrió —Kim, no te puedo bajar las estrellas, pero te bajaría un mango para que te lo comas con sal y se te quite el hambre, baby...

—Ay no Jeon, en este país ni siquiera hay árboles de mango.

—Bueno, te puedo comprar uno—. Sonrió coqueto.

—Según tú, ¿dónde eso es romántico?

—No lo sé, ¿tal vez porque son muy caros? No le regalas algo caro a cualquiera eh.

—Bueno, romántico o no, aun tengo hambre y... —En ese momento el timbre sonó y Jungkook se levantó golpeando a Taehyung en el proceso quien solo alcanzó a lanzarle un cojín.

—¡Hey, esa ropa tuya es traslúcida, se ve tu ropa interior!

—¿Y? Estamos en la casa —Replicó Jungkook tomando el dinero que él y el castaño habían puesto para pagar la pizza.

—El repartidor te va a ver la ropa interior...

—Eso que importa no... espera, no me digas que estás celoso.

—Claro que no, solo ve a pagar la pizza, el repartidor se cansará de esperar y se irá.

Taehyung se levantó de la cama dirigiéndose fuera de la habitación, Jungkook lo detuvo sonriendo, se acercó a su oído y le susurró: —No te preocupes tigre, solo soy tuyo.

Finalmente el chico tatuado salió a recibir su pizza, sonriendo al recordar el rubor en las mejillas del castañito, acompañado de un adorable mohín.

Segundos después los dos estaban sentados en el suelo de la sala viendo una película que habían puesto. Jungkook aún sonreía como tonto algunas veces, amaba estar con Taehyung tanto como molestarlo, aunque ahora lo hacía un poco más porque le encantaban las reacciones del castañito.

Para Jungkook, cualquier momento era una oportunidad y él estaba dispuesto a tomar todas y cada una de ellas, como justo ahora.

—Tienes salsa aquí Taehyung—. Jungkook señaló y se acercó al castaño quien lo miró curioso.

Taehyung juró que Jungkook iba a limpiar la salsa con su mano pues fue lo primero que acercó, pero estaba muy equivocado porque esta fue a dar a su hombro acercándolo aún más. Abrió los ojos sorprendidos cuando el peli negro se acercó peligrosamente a su rostro.

Jungkook no perdía de vista cada reacción de Taehyung, en el peor de los casos Taehyung lo golpearía por lo que estaba por hacer: lamió desde la barbilla hasta la comisura del labio inferior, eliminando cualquier rastro de la salsa.

Esperó por alguna reacción de Taehyung, pero el chico estaba estático en su lugar con un leve sonrojo en las mejillas que lo hacía ver súper adorable.

Jungkook sonrió satisfecho y como si nada hubiese pasado, le quitó el refresco que el castaño tenía en las manos, tomando lo que quedaba.

En definitiva Taehyung había sentido algo así como un revoltijo en su estómago al ver a Jungkook acercarse -cosa que le había estado sucediendo a menudo-, pero no se esperó esa acción tan osada.

Se preguntaba cómo es que aún no le había reclamado o golpeado por hacer eso. Es decir, debía ser la reacción natural ¿no?
Jeon lo molesta, y él lo golpea amistosamente. Eso era lo que debía suceder. Pero ¿porqué su mente aún estaba en blanco?

Jungkook, por su parte amaba tener la osadía para poder hacer estas cosas porque cada día estaba más y más enamorado del castaño, él solo esperaba que en algún momento Taehyung pudiera corresponderle.

Lo que no sabía el peli negro era que inconscientemente a Taehyung le empezaba a gustar que él hiciera cosas como esas.

Desde que Taehyung había admitido para sí mismo tener un crush por el chico tatuado había bajado todas sus defensas con él.

Taehyung se dijo a sí mismo que debía disimular más o Jeon se daría cuenta de sus sentimientos más temprano que tarde.


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In a year [KookTae]Where stories live. Discover now