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Chūya había preparado un festín después de regresar de realizar su matrimonio y de registrar a Ryūnosuke con su apellido. Ahora era Ryūnosuke Dazai, y Ryūnosuke Nakahara, podía usarlo de la manera en que más le pareciera.

El niño azabache estaba feliz, disfrutando de la fiesta de bienvenida que era dirigida a él, al mismo tiempo en que se celebraba la ceremonia de la boda.

Se sentía extraño tener las miradas de tantas personas desconocidas, pero estaban curiosos.

Estaba distraído, con un traje de gala y sombrero al estilo de Chūya, caminando por el gran salón, cuando alguien sujetó una de sus muñecas y lo encaminó hacia la zona de juegos.

— ¡Vamos, Ryū-nii! ¡Hay un tobogan muy divertido de aquel lado! ¡Chūya-san y Dazai-san eligieron este lugar para nosotros!

Dijo Atsushi energético, portando también un elegante traje de color blanco y corbata. Pero a diferencia de Ryū, él no llevaba sombrero estilo Chūya.

— Ellos... ¿Lo hicieron por nosotros?

Repitió serio.

— ¡Sí! ¿Estás feliz de que Chūya y Dazai-san sean tus padres ahora? ¡Son los mejores!

De una manera u otra, Atsushi siempre buscaba animarlo, y lo lograba. Ryūnosuke subió temeroso al tobogán, y estaba sentado en la parte de arriba, pensando si bajar o no.

— Estoy muy agradecido. Y muy feliz.

Respondió con una ligera sonrisa.

— Si resbalo... ¿No me lastimaré mucho?

— No, Ryū-nii. ¡Es divertido!

Mi Maestro, Mi Padre, Mi AmigoWhere stories live. Discover now