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Podemos empezar a decir que lo que Sanzu en ese momento empezó a sentir fue como su estómago burbujeaba. Como el sentimiento iba floreciendo de a poco y quizás suene muy apresurado, pero él lo sintió, sintió que quizás iba por fin amar a alguien.
Aunque su seguridad acerca de si tu algún día lo harías era nula, no lo sabía, no te conocía y quizás no iba a tener el valor de acercarse. Pero sé que en el fondo necesitaba hacerlo, algo dentro de él le pedía verte a gritos. De eso tengo total seguridad.
Tus días transcurrieron, hacías tu vida normalmente, dejaste la escuela y te concentraste en trabajar para mantener la unica cosa que te habían dejado, tu casa.
Eras mesera de un restaurante tradicional y por lo tanto se era muy exigente, tenías que llevar ropa de calidad y el uniforme específico del día y ser excesivamente amable con todos, en especial con los turistas que llegaban a la ciudad que muchas veces resultaban ser un asco de personas exigiendo hasta lo imposible.
El restaurante tenía un pequeño espacio donde las paredes eran de vidrios y por supuesto tenían una vista perfecta desde afuera, un lugar adecuado para Sanzu. ¿Como puedes culparlo de observarte escondido desde afuera siempre que podia? Era un poco tímido contigo.
Un día Mikey llevo a Sanzu al restaurante donde trabajabas, fue petición especial de Mikey entonces él no tuvo otra opción más que aceptar, aunque en el fondo claramente estaba emocionado por volver a verte de cerca una vez más. Pero se mantenía ajeno a las muestras de sentimientos que podría dejar ver cuando se trataban de ti.
- ¡(T/N)! - entro gritando Mikey al restaurante.
Te acercaste corriendo hacia él y le tapaste la boca - Cállate Mikey, estoy trabajando y pueden regañarme - le dijiste arrastrándolo hasta una mesa aun tapando su boca.
- Okey, Okey, lo siento~ - dijo Mikey sentándose en la silla - lo de siempre (T/N)-chan - eran regulares las visitas de Mikey al restaurante, o eso me dijiste.
Siempre que Mikey iba era por una sola cosa, la comida. Y cuando él entraba ahí todos tus compañeros sabían que eras tú la que tenía que atenderlo, ya ha ignorado a otros meseros que tratan de tomar su orden, así que se resignaron y te dejaron paso libre.
Llegaste después con dos platos de lo mismo, uno para Sanzu aunque ese no tenía banderita y otro para Mikey con una banderita adornando el plato.
- Aquí - anunciaste a Mikey colocando los platos en la mesa.
- ¡Yei! - contesto Mikey emocionado atacando de inmediato a su plato.
- Toma uno para ti también - le dijiste a Sanzu - Por cierto... perdón por lo del otro día, no tenía muchas ganas de escuchar nada sobre mi hermano - le extendiste la mano esperando que la tomara, de verdad estabas un poco avergonzada por eso - soy (T/N), evita mi apellido para todo.
