XI

39 6 18
                                    

Antonieta evitaba a Daniel

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Antonieta evitaba a Daniel. No se separaba de Andrea y, cada vez que el chico veía una oportunidad para acercarse y continuar la conversación que dejaron inconclusa la noche del sábado, ella lograba escabullirse. Él no paraba de pensar en lo hecho por la Mano Justiciera y en cómo tenía sentido que se tratara de Antonieta. Desde la muerte de su madre, el colegio había ido en declive y seguro se vio obligada a actuar con la aparición de una nueva mujer en la vida de su padre, quien lo mantenía más distraído y no lucía como la mejor influencia.

Incluso Melisa se dio cuenta de que Daniel estaba más callado de lo normal. Le preguntó un par de veces al respecto, e intentó averiguar si se relacionaba con lo acontecido en el parque. Claro que no se convenció del todo con la excusa del muchacho, pues había sido impropio de él la manera en la que se marchó. No obstante, Daniel se mantuvo firme en no revelar lo que descubrió.

Los días transcurrían y a Daniel todavía no se le iba la molestia en el cuerpo al ver a su amiga con Justin. El sabor de la comida no era igual, y se encontraba en un constante conflicto que no lo tenía de buen humor. A penas se integraba a las conversaciones y no podía concentrarse a la hora de hacer las tareas. No podía evitar asociar cada gesto de Melisa con su noviazgo.

Así absorto, Andrea le clavó el codo en las costillas y casi hizo que se le derramara el agua que bebía.

—¿Qué te pasa? —gruñó Daniel.

—Que ahora eres sordo, eso pasa —replicó Andrea torciendo los ojos—. Te pregunté si querías ir a la fiesta en la discoteca de mi primo.

—Somos menores de edad —le recordó.

—No dices eso cuando atacas las botellas de vodka en las reuniones de Miguel, ¿o sí? Qué doble moral, albahaca —Andrea se acomodó el cabello detrás de su hombro y sacó del bolsillo externo de su morral unas entradas—. Será una fiesta privada por mi cumpleaños. Si quieres una, solo debes dar un pequeño aporte monetario para comer y tomar todo lo que desees.

La pelinegra se levantó de su asiento en las gradas de la cancha y le dio entradas a los demás muchachos que estaban comiendo con ellos. La única del grupo que faltaba era Marta, quien se ausentó para ir al baño.

—A mí me das cuatro —indicó Justin retirando el brazo de los hombros de Melisa para recibirlas—. Invitaré a algunos amigos.

—A mí cinco —pidió Miguel sin quedarse atrás—. Yo invitaré algunas amigas.

Andrea bufó, pero igual se las entregó.

Aprovechando el no tener el agarre de Justin sobre ella, Melisa se puso de pie para ocupar el espacio vacío junto a Daniel.

—¿No irás? —murmuró.

Daniel cerró su botella de agua y jugó con ella en sus manos para evitar mirarla.

—No sé. Creo que mejor me quedo haciendo tarea para ver si logro subir mi promedio.

La mano de Melisa enroscándose en su antebrazo lo obligó a alzar la vista. Ese contacto piel con piel y esos ojos que lo observaban fijamente lo dejaron sin aliento. ¿Por qué tenía que abordarlo así? ¿Acaso no se daba cuenta del impacto que causaba?

El día que Daniel entendió el amorWhere stories live. Discover now