Grietas.

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Todos estamos agrietados. Cada uno de nosotros empieza siendo un recipiente hermético. Y pasan cosas. Personas que nos dejan o que no nos quieren, o que no nos entienden, o que no la entendemos y nos perdemos, nos fallamos y nos hacemos daño. Y el recipiente empieza a agrietarse por algunos sitios. Y sí, en cuanto el recipiente se agrieta, el final es inevitable. Pero está todo ese tiempo desde que las grietas comienzan a abrirse hasta que por fin nos desmoronamos. Y solo en ese tiempo podemos vernos unos a otros, porque vemos lo que hay a través de nuestras grietas, y lo que hay dentro se nos ve también a través de ellas. ¿Cuándo nos vemos tú y yo cara a cara? No hasta que me veas mis grietas, y yo a ti entre las tuyas. Hasta ese momento solo vemos ideas del otro, como mirar tu persiana, sin ver lo que había dentro. Pero cuando el recipiente se rompe, la luz puede entrar. Y puede salir. 

Poemas.Where stories live. Discover now