Capítulo 8: Héroe

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-Solo aquellos que luchan por el placer de la sangre pueden existir...- exclamó ese monstruo de pelo rojo, mientras Naruto aterrizaba dolorido en una de las ramas.

A su espalda, Satsuki se retorcía en otra rama, tumbada boca abajo, con las marcas del sello maldito recorriendo su cuerpo. No podía ayudarle, maldita sea, no podía tan siquiera moverse. Había luchado contra Gaara, había usado su Chidori tres veces, atravesado esa defensa impenetrable, incluso recurrido a esa repugnante marca que le puso esa asquerosa serpiente para forzar sus límites, a pesar de que había prometido no hacerlo a Kakashi-Sensei y a Naruto. Y, aún con todo, no había logrado nada. Es más, la situación estaba aún peor: no solo ella estaba indefensa; no solo Naruto se estaba enfrentando solo a ese monstruo, que ya había desarrollado garras y colmillos de esa repugnante arena, además de un inmenso brazo... Lo peor era que la que estaba en verdadero peligro era Sakura. Su amiga y compañera de equipo había llegado antes que Naruto, e interpuesto su cuerpo en un ataque mortal de Gaara contra Satsuki, dispuesta a todo por defender a su amiga... y lo había pagado gravemente. Y eso que, inexplicablemente, Gaara se había frenado antes de golpearla. En lugar de muerta, estaba inconsciente, con una expresión sufriente en el rostro, y apresada por esa enorme garra del Jinchuriki tanuki contra un árbol. Y cada vez apretaba más.

-Urghh...- se lamentó Naruto de la que se levantaba, limpiándose la sangre del labio. Satsuki lo miró aterrada, ¿por qué no había huido ya joder? Su enemigo presentaba una cantidad de chakra monstruosa, y en aumento, estaba claro que debía de retirarse a buscar refuerzos. Y estaba segura de que Naruto lo sabía, era imposible no percibir ese poder. Y aún con todo, ahí estaba... incluso sonreía con ironía. -El ramen también es una buena opción, dattebayo...- bromeó, arqueando una ceja Satsuki mientras el tanuki le miraba con confusión para luego volver a adoptar esa pose animal.

-Mis asuntos son con ellas dos, tú no me interesas, patético ningen...- le despreció, mirando con una expresión animal a Satsuki. Ella era poderosa, le había hecho daño, había atravesado su defensa de arena... madre quería su sangre. Y la de esa chiquilla de pelo rosa que les había desafiado también, ya puestos... le recordaba a alguien, alguien a quien odiaba, alguien que le traicionó cuando era un niño y luego intentó matarle... matarla era necesario, no soportaba esa sensación que le provocaba. Solo de imaginarse desmembrándolas, mordiéndolas, haciéndolas gritar de dolor mientras se revolcaba en su sangre... su sonrisa se amplió hasta el extremo de dejar caer una espesa baba entre sus afilados colmillos. Naruto lo observó con una mueca de asco, una más marcada que la de Satsuki... básicamente, porque algo dentro de él veía esa forma de actuar no como algo terrorífico, si no familiar... una parte de él deseaba actuar así cuando se dejaba llevar por la ira.- Deja de defender a estas insignificantes mujeres y huye antes de que sea tarde...- Satsuki apretó los dientes, furiosa, tanto por el insulto recibido por ella y su compañera como por lo que estaba sugiriendo el ninja de Suna... que Naruto las abandonase. La opción más lógica... pero no la que escogería Naruto. Su Naruto era incapaz de rendirse, o de abandonarlas.

-¿Insignificantes mujeres?- respondió Naruto con furia, apretando los dientes, sintiendo la ira revolverse en su interior... la misma sensación que le invadía antes de sentir el Chakra rojo expandirse por su organismo. El que insultasen a sus compañeras de equipo entraba dentro de las mayores ofensas que podían hacerle, ellas eran las personas a las que más quería proteger, le hacía enfurecer que alguien insinuase dañarlas... le hacía querer causar dolor, asesinar a quien las pusiese en peligro, despertaba una faceta de él que intentaba ocultar al mundo, un Naruto más... animal... Trató de serenarse. En esas condiciones no pensaba con claridad, solo atacaba y mordía, y ahora Sakura y Satsuki estaban en peligro, debía de centrarse.

-Quienes sienten amor o amistad mientras luchan están condenados a morir...-

-¡CIERRA LA PUTA BOCA O TE LA ARRANCO!- gritó un rabioso Naruto de la que apretaba los puños. Su voz no sonó normal, sonó grave, antinatural, como cada vez que el chakra rojo invadía su sistema. Cerró los ojos, que por un segundo se habían tornado carmesí, y se centró en calmarse. Recordó las palabras de Sakura en su cita... joder, esa cita había sido lo mejor que le había pasado en su puta vida desde que descubrió el Ichiraku... el beso, la risa de ella, el que se quedase con su chaqueta para volver a verle (como le confesó al día siguiente cuando fue a verla antes de volver a casa)... Y, en ese momento, lo más importante, lo que le dijo en el monte Hokage. Le reconoció como alguien fuerte, alguien fuerte sin esa técnica... le dijo que creía en él. Creía en Naruto Uzumaki. Y no iba a traicionar esa confianza dejándose llevar por la ira. No, simplemente inspiró, y se dispuso en posición de combate con sus rasgos ya normalizados. Satsuki abrió los ojos con terror, ¿acaso iba a cargar de frente contra ese monstruo sin esa extraña técnica del chakra rojo? La respuesta era un claro y rotundo si, puesto que Naruto se lanzó de un salto a donde Sakura. Si la liberaba, podrían huir ella y Satsuki mientras él distraía a Gaara.

Satsuki Shinden: Punto de no RetornoWhere stories live. Discover now