🌸 . . . 𝐶𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 16

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           El sonido metálico golpeando con dureza el plástico desprendía un sonido sordo que recién se podía escuchar en todo el salón en el que solo se encontraban las dos únicas mujeres de la clase. Estaba molesta, y su ensalada de pollo recibía el fruto de su enojo.

—No lo entiendo —empezó a hablar sin dejar de agarrar más y más lechuga con el utensilio—. ¿De qué voy a proteger a Satoru? Él puede con todo por sí mismo.

—Yo... No creo que debas apuñalar tu comida por culpa de Gojō —comentó Shōko viendo a su pobre víctima.

—No veo por qué el más fuerte necesitaría una ayudante —se llevó el tenedor a la boca solo para detenerse al ver que estaba retacado de lechuga y uno que otro pedazo de pollo que había sufrido la ira de la muchacha, era más de lo que podía comer, por lo que sacudió el tenedor haciendo que algunas hojas de la verdura cayeran de vuelta al plato—. Además, por más que lo intento se comporta alzado, engreído, mujeriego y-

—Te gusta, ¿no es cierto? —preguntó la castaña sin preocupación alguna, como si fuera lo más común de decir todos los días así como cuando le preguntas a alguien cómo está.

           La muchacha sintió como si la boca del estómago se le cerrara de repente y le dieran un baño de agua helada. Desde que llegó no se había fijado en los aspectos negativos del albino, solo miraba a su mejor amigo de la infancia, su primer amigo, decir que lo quería demasiado era poco, pese a las emociones conflictivas que se le generaban. Es verdad que Gojō era alguien difícil de tratar, después de todo, al ser el más poderoso sobre la faz de la Tierra era imposible que no se llegara a sentir más que los demás. Sin embargo, aunque de vez en cuando su egocentrismo saliera a la superficie, no se comportaba terrible como algunos pudieran pensar, podría ser muchísimo peor. Ser grosero, malvado, manipulador, mentiroso, sangrón, despreciable, sin dejar que nadie se le acerque nunca por verlos con menos valor que a la basura. Claro que a veces le jugaba esas bromas de seducción para querer verla avergonzada, pero realmente no era tan malo como lo podrían pintar. Y la joven estaba totalmente consciente de esto, ella mejor que nadie lo sabía.

           Una semana había pasado ya desde que acabó su misión en la playa y desde que se dio cuenta de lo que sentía. Y eso la asustaba. Una parte de ella le insistía en que no era una buena idea enamorarse de Gojō; investigando en internet sobre su problemática se topó con que una forma en la que podía evitar que alguien le gustara era buscando y agrandando sus defectos. Desde entonces había estado todo el tiempo repitiéndose las cosas malas que tenía Satoru, aunque al lunes siguiente empezó a sospechar que no le estaba funcionando del todo bien, ya que terminaba pensando en él más tiempo que de costumbre.

—No... —contestó la joven tragando saliva.

—¿De verdad? A mí me parece que es algo obvio. De la nada comenzaste a actuar raro con él.

           Esto erizó su piel y le puso los pelos de punta. Era cierto, durante los últimos siete días había sido un poco más sarcástica con él, además de que comenzaba a pasar más tiempo con Getō cada que podía. La diferencia era hasta palpable. ¿Pero realmente podían culparla de mala actriz? No solo era su primera vez gustando de alguien, sino que además se trataba de un chico como Satoru, su amigo y rival de la infancia, de quién estaba destinada a ser su mano derecha desde nacimiento. No era cualquier chico y tal vez ese sentimiento la hundía aún más

—¡Respiración automática desactivada!

           Gojō irrumpió en el salón de clases, sabía que decir aquello era algo que molestaba a su amiga. A él le parecía algo demasiado tonto, pero al parecer en ella sí surtía efecto. (TN) estuvo a punto de reclamarle cuando Getō le llamó desde la puerta pidiéndole que lo acompañara pues alguien la estaba buscando.

—¿Quién es?

—Me parece que su nombre es Tsumugi.

           La muchacha saltó de su asiento como un trampolín. Escuchar su nombre era lo último que esperaba oír en al menos otro año más.

—¡Llévame! —exclamó la joven con emoción tomando al azabache de la mano y corriendo hacia la primera dirección que se le ocurriera, parecía que era ella quien estaba guiando a Getō y no al revés.

           El albino observó con una ceja levantada el cómo desaparecían por el pasillo para después volver a ser visibles a través de la ventana del salón esta vez fuera de la escuela.

           Podía ver a su amiga junto a Getō enfrente de otra mujer ligeramente más alta que (TN). No la reconocía, pero saber su identidad no era algo que le importara, lo que en realidad quería despertar su curiosidad era saber en qué momento Getō y (TN) se habían vuelto más cercanos como para que el azabache alborotara el cabello de su amiga de la infancia justo en ese momento antes de dejar a solas a las dos chicas.

           Satoru acarició la parte trasera de su cabeza, después se apartó de la ventana, desenvolvió una paleta y se dispuso a saborearla. No era de su incumbencia.


dic

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dic. 25, 2021

¡Último capítulo del año! Deseo que pasen felices fiestas.

Creo que ya casi llegamos a la mitad del fanfic. ¡Espero poder seguir contando con su apoyo a esta historia el próximo año también! 💝

Crystal Petal ──GOJŌ S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora