Capítulo 15

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"Al final...las mentiras siempre se saben y destrozan a cualquiera que vivió en ellas"


Mi cuerpo flota, es esa sensación de no tener ningún peso encima. De estar perdido en un mar tan grande e intenso...

La sensación de poder ahogarte y que a nadie le va a importar. Es esa sensación que me acompaña en cada momento.

En la universidad.

Cuando voy de visita a lo de mi madre.

En la mansión.

Cuando poso para Yibo en sus nuevos cuadros.

Cuando Ziyi intenta convencerme para volverme un poco malo.

Son esas cosas que me hacen flotar en un mar de dudas, pero la que al final gana, es la sensación de mentira que cargo. No soy santo, no hay nadie en el mundo que sea un santo sin pecados.

No me importa si el mundo me considera cruel. No me importa si todos me odian. Solo tenía en mente una venganza.

Una venganza que me perfora y podría lastimar a la persona que quiero.

—Es una buena canción, su lírica quedo en mi mente.— Digo a Ziyi mientras salgo de la piscina. Ella sonríe mientras yo seco mi cabello. Aquella canción que me enseño ZiYi tenía una lírica tan pegajosa que no podía parar de repetirla.

—Bell'uomo— Me llaman. Yibo aparece con su traje y su teléfono. Tiene unas gafas oscuras que me hacen babear. Me acerco a él.

—Señor...— Digo en cuanto llego a su lado, él me mira con una sonrisa y deja un beso en mi mejilla.

—Tengo que hacer un viaje rápido, posiblemente llegue en la madrugada.— Asiento, él me da una mirada completa. Se acerca a mi oreja para besarla — Si logro cerrar el trato, ¿me darás un premio?— Me susurra. Me río y golpeo su pecho para alejarlo.

—Tal vez, no lo sé...— Le guiño un ojo y me volteo para caminar hasta donde Ziyi. Él se va no sin antes recordarle que debe cuidarme.

—¡PERFECTO!— Grita en cuanto le cuento que Yibo saldrá. Ella se levanta arrojándome la toalla encima.

—¿Qué planeas?— Pregunto siguiéndola. Entramos a la mansión para subir hasta mi habitación.

—Habrá una fiesta hoy, la mejor de la mejor. Y adivina quien tiene pase gratis— De alguna forma su mirada me hace sentir que habla de mí.

—¿Yo?— Dejo la toalla a un lado para ver como abre mi armario y empieza a sacar varios conjuntos. Yo mientras observo en el espejo el perfecto bronceado que tomé.

—Exacto, eres el hombre del rey de la mafia. Yibo controla las calles, controla al maldito FBI. Todos le tienen miedo así que no dudes en que puedes entrar gratis a cualquier lugar.— Dice, yo simplemente miro como ahora saca zapatos.

—Bien, pero ¿Cómo sabrán que soy la pareja de Yibo?— Pregunto. Ella sonríe y me da una toalla para empujarme al baño.

—Cariño, ¿nunca te has preguntado por qué Yibo nos manda a cuidarte tanto? Todos saben que eres el maldito rey— De un último empujón me adentra al baño cerrando la puerta tras de mí.

Me saco el traje de baño para entrar a la ducha, desenredo mi cabello con los dedos.

Una sonrisa aparece en mi rostro cuando pienso en lo que dijo Ziyi.

Así que soy el rey...

Cada día me involucro más con Yibo y no sé si mi corazón pueda soportar el final.

***

—No sé si debamos...— Digo al pasar por la calle sintiendo la mirada de varios hombres sobre mí y Ziyi. Varios de ellos suben sus camisas dejando ver sus armas.

—Tranquilo, son idiotas pero no suicidas. El que te toque un pelo mañana aparece muerto.— Dice un poco alto por el creciente ruido de la música.

En cuanto llegamos hay una fila larga para entrar, Ziyi pasa por el medio haciendo que todos la abucheen.

En cuanto los guardias me ven abren las puertas, antes de que pueda pasar alguien me sostiene la mano.

—¿Cómo lo hiciste?— Frunzo el ceño al ver a WenHan con un chico al lado. Ambos tienen expresiones confusas en sus rostros. Yo simplemente les doy una sonrisa burlona para zafarme de su agarre y entrar a la fiesta.

Ziyi se encuentra en una esquina hablando con un hombre, él le entrega algo que ella guarda en su mano. Se acerca hasta donde mi para llevarme a la barra.

Me acercan un vaso del cual tomo con delicadeza, Ziyi asiente dejando saber que puedo tomarlo con tranquilidad. En cuanto lo hago puedo sentir mi garganta quemar como si estuviera tragando el mismo infierno.

Puedo sentir la sangre bombear por mis venas a medida que bebo más del vaso y repito la bebida. Antes de darme cuenta ya estoy brincando y moviendo mis caderas en la pista de baile. Me muevo como si no hubiera un mañana hasta que alguien toca mi hombro, ZiYi me tiende mi teléfono dejando ver el número de Yibo. Rápido lo tomo, intento pasar por la gente mientras él habla.

Bell'uomo, quiero pensar que estás en nuestra linda mansión, esperando por mi y no en un antro.— Puedo escuchar el ruido de una puerta cerrándose.

—Lo siento, ZiYi me convenció de venir a una fiesta.— Salgo del antro y siento que el frio eriza mi piel. Me alejo un poco de aquel lugar puesto que la música es aun alta.

Está bien, ¿en dónde estás?— Pregunta, yo miro el teléfono.

—No lo sé. Está oscuro pero puedo leer que dice Calle 113— Digo, por un momento se escucha un silencio profundo.

Zhan, deben salir de ahí. Yo ya no soy dueño de esa zona— Ignoro lo que me dice al ver a un hombre con capucha acercarse a mí.

En cuanto intento dar unos pasos atrás me doy cuenta que me aleje bastante mientras hablaba con Yibo. Intento correr soltando un chillido, pero el hombre me toma del cabello con tanta fuerza que siento mi cabeza dar punzadas.

—Que el rey aprenda que con nuestro bando no se juega.— Antes de poder hacer algo veo como saca algo filoso y lo clava en mi abdomen, cada vez más profundo. Yo jadeo cuando lo saca y empieza a correr, como puedo camino hasta la pared de al lado.

¿Zhan?— Me recuesto en la pared tocando mi abdomen tratando de detener el sangrado. Lentamente me deslizo por la pared sintiendo el sudor frio correr por mi espalda.— Joder, responde de una puta vez— La luz del foco me deja ver la sangre carmesí en mi mano y camisa.

—Zhan... ¡ZHAN!— Escucho el grito de alguien a mi lado, apago el teléfono cuando veo que es WenHan y su amigo. Mi cabeza cae en su hombro cuando me carga, su amigo toma su teléfono mientras yo me voy quedando dormido.

—Aquí el oficial Luo y WenHan, tenemos al sospechoso herido, necesitamos una ambulancia urgente.— Dejo de prestar atención en cuanto escucho "Oficial"

Me remuevo incomodo perdiendo todas mis fuerzas. WenHan me sostiene con fuerzas susurrando algo.

—Tranquilo, estas a salvo.— Antes de dejarme caer en un profundo pozo negro, logro ver a Ziyi mirarme y entrar a la camioneta en la que llegamos.

El Rey de la MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora