XV

7.1K 1.6K 1.1K
                                    

El ruido de las olas rompiendo en la orilla se había vuelto el sonido rutinario favorito de Hyunjin. Y si el sonido venía acompañado casi siempre de una presencia casi humana en cada melodía, se volvía el doble de maravilloso. Pues mientras su cabello mojado caía con arena sobre su rostro y su cuerpo apoyado en su antebrazo le proporcionaba una comodidad horizontal en la arena, sus ojos admiraban la mayor belleza del mar.

Su ropa pegada a su cuerpo en otro momento le hubiese sido incómodo, pero teniendo a Jeongin a menos de medio metro de distancia, acostado en la arena y jugando con un caracol como si fuera un niño, le daba un toque de magia a cada segundo que pasaba.

Hyunjin inconscientemente estiró su mano y alejó el cabello negro de la frente del tritón, llamando su atención con aquel acto y encontrándose fijamente con la mirada de la criatura sobre la suya. Hyunjin le sonrió. Jeongin le devolvió la sonrisa. Hyunjin sintió su corazón derretirse.

—¿Qué estás haciendo? —El pescador -ya no pescador- se estiró un poco más hasta el tritón en la arena para mirar como sus manos intentaban abrir un caracol. —¿No puedes hacerlo? ¿Quieres que te ayude?

El pelinegro le miró con curiosidad en sus ojos, ya habían entrado en la suficiente confianza como para conocerse mutuamente sin la necesidad de una charla concreta de por medio. Hyunjin hablaba en base de preguntas sin respuestas y el tritón le dedicaba sus mejores miradas y sonrisas haciéndolo derretir por completo al castaño. Una relación extraña, por supuesto, pero que valía cada segundo de compañía.

—Ten. —Hyunjin le extendió el caracol ya abierto a las manos temblorosas del tritón. Hyunjin no pasó por alto aquel detalle. —¿Estás temblando? Innie, ¿desde cuándo tiemblas?

El tritón escondió las manos debajo del agua con una mirada de inocencia. Hyunjin le dedicó un ceño fruncido y una ceja elevada que Jeongin se dedicó a apreciar en su característico silencio.

—¿Tienes frío? —El pescador desde la orilla le hizo un movimiento físico con sus brazos rodeando su cuerpo para hacerle entender al tritón a lo que se refería. Innie negó. -¿Estás asustado? —Hyunjin llevó sus uñas a sus labios para simular miedo. Jeongin volvió a negar. —Entonces, ¿qué tienes?

Pero de más estaba decir que no hubo respuesta alguna. Hyunjin ya no sabía cómo hacer para entender al tritón, no era un humano normal y eso lo volvía un misterio totalmente indescifrable para un simple mortal. Necesitaba con urgencia esa leyenda que hundió en el barco aquel día, pero a pesar de habérsela pedido al tritón incontables de veces, él no hacía más que sonreírle. Imposible hablar con él, pero tan lindo de mirar.

—Innie, necesito que me prestes atención. —Hyunjin se arrodilló en su lugar, acercando su rostro a Jeongin y recibiendo una mirada inocente de nuevo. —¿Recuerdas el libro que escribiste hace años atrás? Lo necesito y lo tiene tu amigo el mar.

El tritón le sonrió, llevando su mano hasta la mejilla de Hyunjin y haciendo una caricia en su lugar. Hyunjin tardo más de diez segundos en volver a pisar tierra firme, pues se había quedado completamente embobado en ese tacto tan suave y frío.

—No, debes escucharme. —Exigió, tomando la mano de Jeongin con la suya y alejándola lentamente de su cara. El tritón la miro bajar de manera triste y elevó la otra. —¿Estás jugando conmigo?

Jeongin se zafó de la mano de Hyunjin y elevó sus dos manos hasta las mejillas del pescador arrodillado en la orilla. Hyunjin suspiró, encantado en esos ojos profundos y en como un brillo perfecto nacía en ellos. Podía tener el mar reflejado en cada perla ocular, pero una galaxia entera de estrellas hacía presencia en sus más profundas oscuridades.

En las profundidades - [Hyunin] [✓]Where stories live. Discover now