Capítulo 3

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Al siguiente día al despertar encuentra el otro lado de la cama vacío, lo cual no es inusual. Mark siempre se levanta temprano y Jaemin decide dormir hasta el último minuto que le es posible.

Se levanta y estira la espalda, casi se ha olvidado del inoportuno huésped hasta que lo encuentra en la cocina sentado junto a la barra. Apenas si mira a Jaemin cuando este pasa por ahí para ir al baño. Jaemin nota que Jeno ya se ha adueñado del espacio en el tocador. Hay una botella de loción, un cepillo de dientes extra sobre el lavado y una toalla húmeda colgando detrás de la puerta.

Se siente como un idiota cuando toma la loción y olfatea, pero aún así lo hace. No reconoce la marca pero le parece que es costosa.

Jeno aún lee el periódico cuando Jaemin entra en la cocina para preparar café. El corte de pelo perfectamente estilizado y el traje gris que viste irritan a Jaemin.

—¿Para qué vistes con traje?—Las repentinas palabras sobresaltan a Jeno, como Jaemin lo esperaba.

Solo cambia la página y murmura.

—Me gusta lucir bien.

—Y ¿Para eso tienes que vestir de traje?—Se da cuenta como ha sonado, "no tienes que vestir de traje para lucir bien". Tiene la esperanza de que Jeno no lo haya notado.

Jeno cierra el periódico, se endereza y gira para mirar a Jaemin de frente.

Jaemin en lugar de preocuparse por la respuesta, se concentra en la deliciosa línea perfecta de su mandíbula.

—¿Tienes algún problema conmigo, Jaemin?

—No—murmura y frunce el ceño—Ni siquiera te conozco.

Jeno mueve la cabeza de lado, está considerando que decir.

— Debes darle una oportunidad a un colega antes de juzgarlo.

Pero Jaemin no lo está juzgando. Se juzga a sí mismo y su inhabilidad para poner atención a otra cosa que no sea lo atractivo que este hombre le parece cada vez que le mira.

Es ridículo.

Jeno levanta la mano y la pasa por su mandíbula, la manga de su americana sube un poco por su brazo revelando su reloj, el cual brilla con el rayo de sol matutino.

—Ese es un bello reloj.

Jeno mira el objeto, lo recorre con los dedos.

—Era de mi padre—su voz es gentil— la única cosa decente que herede de él.

Jaemin puede leer entre líneas, se da cuenta que hay rencores ahí y se siente obligado a ser empático.

—Yo nunca conocí a mi padre.

Jeno le mira con curiosidad, pero no pregunta.

—Probablemente fue mejor así.

No puede pensar en una respuesta así que se ocupa preparando café a solo diez pasos de distancia de Jeno.

Jeno lee nuevamente el periódico, pero Jaemin cree que lo hace solo para aparentar.

—Entonces, ¿A qué te dedicas?

—Negocios.

—¿Qué clase de negocios?

—De esto y aquello.

—Si quieres que te dé una oportunidad no seas tan evasivo.

—No hagas tantas preguntas—deja el periódico a un lado y mira a Jaemin directamente a los ojos.

—No eres bueno para relacionarte con la gente, ¿Verdad?

Jeno sonríe, sus ojos brillan divertidos.

—Lo mismo te digo.

La puerta se abre antes que Jaemin pueda responder y Mark entra, suda acalorado después de su carrera matutina.

—Buenos días—dice pasando de ellos y se va directo a donde está la jarra de café—¿Ya hay café preparado?

Jeno continua mirando a Jaemin, aún con brillo en los ojos y Jaemin no sabe qué hacer con tanta atención. Endereza la espalda y dice.

—Me voy al trabajo—toma su llave del frutero.

—¿A qué te dedicas?

Ahora Jaemin sonríe con diversión.

—Esto y aquello.

La mirada de Jeno le dice: Touché.

—Le compré a Jaemin una cafetería—Mark se sienta junto a Jeno con una taza de café entre sus manos—siempre le ha gustado hacer trabajo manual.

—¿Ah sí?—Jeno le pregunta con tono provocativo—¿Eres bueno con las manos?

—Consigue tu propio chico para coquetear—Mark murmura y golpea sus costillas con el codo.

—Me tengo que ir—dice Jaemin, se siente incómodo y fuera de juego. Y Jeno continua mirándolo como si fuese el objeto más fascinante en el mundo— los veo más tarde.

—Muy bien cariño—Mark le guiña un ojo—pero tengo una reunión en la ciudad y volveré muy tarde.

Jaemin se arriesga a mirar a Jeno.

—¿Qué hay de ti?

—Tengo lugares a los que ir—El tipo no saber ser otra cosa que evasivo—Gente que ver.

Jaemin se siente cada vez más irritado.

—Claro—dice con enfado—Está bien.

Entonces se va, preguntándose si será mucho el desear que Jeno ya no esté ahí a su regreso.

Entonces se va, preguntándose si será mucho el desear que Jeno ya no esté ahí a su regreso

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Fue un capítulo cortito, así que subiré otro en un rato♡

El Padrino - NominWhere stories live. Discover now