Capítulo 11

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Jaemin hace sus compras navideñas lo más rápido posible, porque ama la navidad, pero odia ir de compras y las tiendas están demasiado llenas de gente y tienen demasiadas cosas en existencia, eso lo vuelve incómodo en lugar de agradable. En el momento en que ha terminado, se da cuenta que ha escuchado cada canción de navidad, al menos tres veces y muy a su pesar, todavía está tarareando la melodía Santa Claus viene a la ciudad cuando llega a casa. Esconde los regalos en el fondo de su armario antes de ducharse y cambiarse, luego se dirige a un bar para cenar con Chenle y Yeri.

El domingo cuando se despierta, encuentra una nota de Mark diciendo que él y Jeno han ido juntos a visitar un viejo amigo de ellos, por lo que pasa el día solo sin hacer casi nada, hasta que Mark regresa -sin Jeno- más tarde por la noche, y cenan juntos.

No ve a Jeno de nuevo hasta la noche, medianoche, durante lo que Jaemin está llegando a ver como su cita regular mientras miran las repeticiones de Ven a Cenar Conmigo.

Jeno se sienta junto a él en el sofá, como de costumbre y pone sus pies sobre la mesa, como de costumbre, miran fijamente el televisor, sin decir nada. Jaemin con la espalda apoyada contra el brazo del sofá y con las piernas recogidas después de haber levantado sus pies para hacer espacio a Jeno.

—¿A dónde vas hasta tarde todas las noches?—Le pregunta después de un minuto de silencio.

Jeno lo mira.

—Sólo intento darles privacidad.

—Pero ni siquiera estás aquí la mitad del tiempo—dice Jaemin—Entonces ¿Qué haces?

—Pequeño curioso, ¿verdad?—Jeno dice sonriendo y Jaemin ríe también.

—¿A quién llamas pequeño?

—A ti.

—Vete a la mierda—dice Jaemin, levantando un pie para pinchar a Jeno en el muslo. Eso cambia cuando Jeno atrapa los pies de Jaemin al sofá, y Jaemin sigue tratando de darle una patada y en su defecto los dos están conteniendo la risa. Los ojos de Jeno están brillando, tan relajado como no lo estuvo durante todo el fin de semana.

Después, cuando han parado de sonreír, Jeno explica, como si no hubiera habido ninguna interrupción en la conversación.

—Solía vivir cerca de aquí. Antes de mudarme a los Estados Unidos.

—¿Y?

—Y, he estado poniéndome al día con viejos amigos, jugando un poco de póquer con ellos, ese tipo de cosas.

Supone que eso tiene sentido y trata de fingir que no siente alivio, lo cual es una sensación que no quiere examinar muy de cerca, que no puede examinar. Una parte de él esperaba escuchar a Jeno decir que está viéndose con algún hombre.

—No hace falta que desaparezcas toda la noche—le dice—No me importa que estés aquí.

Jeno levanta una ceja, sonriendo irónicamente.

—¿No?

Jaemin siente ganas de retorcerse.

—Bueno, estoy seguro de que a Mark le gustaría verte más, ¿No es así?—dice torpemente—Antes de desaparecer de nuevo rumbo América.

Jeno asiente, y Jaemin continúa.

— ¿Quién te ha estado alimentando? No me digas que has estado desperdiciando dinero en restaurantes todas las noches.

—Una de mis mejores amigas vive en la ciudad—aclara Jeno después de un momento de vacilación—La mayoría de las noches he cenado con ella.

Es un momento de honestidad, y Jaemin se aferra a ello, a esta oportunidad para ahondar en el lado personal de Jeno, en esos trozos de sí mismo que mantiene solo para él mismo.

—¿Cuál es su nombre?—pregunta, porque le interesa y quiere saber más, no sólo acerca de esta chica, quiere saber todo, tanto como Jeno esté dispuesto a compartir con él.

—Yeji.

—Yeji, ¿Qué?

Jeno levanta una ceja.

—¿Por qué quieres saber?

—He vivido aquí la mayor parte de mi vida, ¿Cierto?—Dice encogiéndose de hombros, ligeramente abochornado. No quiere que Jeno piense que está desesperado por obtener información; pero al mismo tiempo, quiere que Jeno sepa que le importa, que para él no es sólo un amigo de Mark. Es una persona en su propio derecho, una que Jaemin quiere conocer—puede que la conozca.

—Lo dudo.

—Dime.

Jeno lo considera.

—Hwang.

—Hwang...—El nombre le suena conocido, y busca en su cerebro una respuesta, justo cuando recuerda—Ella no está relacionada con Hwang Hyunjin, ¿verdad? Siempre aparece en el periódico local con los brazos envueltos alrededor de un tipo diferente cada vez—hace un gesto de desaprobación—Reconozco que es casi una celebridad.

Jeno parece que estar conteniendo la sonrisa.

—No, pero ese chico suena interesante. Me mantendré pendiente de él.

—Mantenerte alejado, más bien—advierte Jaemin.

Está bastante seguro de que Jeno quiere decir más al respecto, puede ver el conflicto en sus ojos cuando se da cuenta de si debe abrirse más, o guardar silencio. Finalmente mira hacia otro lado, y Jaemin se rinde. No se había dado cuenta de lo ansioso que estaba por escuchar más.

Jeno asiente hacia el televisor.

—¿Dónde estamos hoy?

—Coventry.

—Nunca he estado allí.

—Yo tampoco.

—Genial—dice Jeno levantándose del sofá—Mejor voy a poner el agua a hervir.

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El Padrino - NominWhere stories live. Discover now