❪ ★ ❫ 𝐄𝐔𝐏𝐇𝐎𝐑𝐈𝐀. tw stuff

🖇Jamil

Jamil siendo un Yandere.

Advertencia: Contenido violento.

●Desde siempre se había fijado en ti, observando y analizando cada uno de tus movimientos. Con el tiempo, creo una obsesión por tu persona. Sabía los lugares que más frecuentabas, tus amistades, tus horarios y tus intereses. Te había estado observando por mucho tiempo, paso de cuidar a Kalim a "cuidarte" a ti. Algunas aveces se preocupaba por ti, demasiado. Visitando tu dormitorio, solo para ver como estabas. Obviamente, nunca te dabas cuenta de su presencia.

●Todo eso lo hacía bajo las sombras, aún no se sentía listo de darse a conocer. Si bien habían hablando, sólo fueron pocas veces y de cosas triviales. No se animaba a entablar una conversación contigo, tenía miedo de dar una mala impresión. Eso llegaba a molestarle, pero mientras pueda verte aunque no te des cuenta, estaría bien. ¿No?

●Con el paso del tiempo, notaba un ligero cambio en tu actitud. Cuando veías a Kalim tus ojos se dilataban, brillaban ligeramente. Cualquier cosa que Kalim hacia te emocionaba, veía como intentabas acércate al chico cada vez más. Eso le molestaba, demasiado. Apretaba sus puños cada vez que veía al otro chico hacerte reír la ira lo consumía cada vez más. Sabía lo que pasaba, pero no dejaría que pasará, claramente. Aún así si la decisión fuera extremista, lo haría si eso implicaba que te quedaras a su lado y no miraras a nadie más.

●Todo estaba planeado, aunque no tuvo que planearlo tanto, incluso fue más fácil de lo que pensaba. Cuando estabas indefensa en tu dormitorio, fue el momento perfecto. Cloroformo y unos cuantos minutos de espera fueron suficiente para dejarte inconsciente. Si bien fue el método más sencillo, sin duda fue efectivo.

●Habías dormido por unas cuantas horas, y cuando despertaste estabas tan confundida. Tu expresión de desesperación al darte cuenta que estabas atada en un lugar desconocido, le gustaba y bastante. No tardo en aparecer frente a ti, la emoción en tu rostro se hizo presente al tener una cara conocida como esperanza. Pensabas que era tú salvación, cuando era todo lo contrario. Tus suplicas para que te ayudara no se hicieron esperar. No obstante, al ver como el chico se acercaba lentamente con lo que parecía ser un cuchillo, tu rostro cambió a uno horrorizado. Él no planeaba dañarte, al menos no ahora. Pero debía asegurarse de que siguieras sus reglas, con un poco de amenaza entenderías.

●Una semana, de completa tortura para ti. Pero completa satisfacción para él. No le gustaba verte sufrir, ¿pero que más podía hacer? Si te dejaba libre, seguramente estarías con Kalim. Tus gritos eran su pan de cada día, noche, tarde, día, madrugada, cualquier momento. Sinceramente ya se estaba cansado, solo debías aprender a amarlo, ¿era tan difícil? Te daba detalles cada día, pero solo recibía tu rechazo y lloriqueos.

●Ya cansado había decidido implementar... algunos métodos, un poco extremistas. O tal vez no, meh. No importa cuanto rogaras, tu te lo habías buscado.

●Bueno al parecer si fue algo lejos, apenas era tu primer castigo y ya estabas tan mal. ¿Acaso era un hueso roto eso que sobresalía de tu hombro? Mentiría si dijera que no le importaba, pero estaba seguro de que hacía aprenderias lo básico. Obviamente no te dejaría así, te movió de cuarto para tratar esa herida. Aunque gritaras, no entendía como no te cansabas, era inútil.

●Dos meses ya habían pasado, ibas avanzado. Lo tratabas mejor ya no gritabas tanto, a menos que quisieras quedar sin alguna extremidad. Sus castigos eran leves, te dejaba algunos días sin comida o agua, dejaba una o dos serpientes, pero eran inofensivas. Solo tenía que esperar algunos meses, no importa cuantos. Debías llegar a amarlo, sí o sí no tenías de otra. Hasta ese entonces, se aseguraría de hacer tu vida un infierno.