ִֶָ ˚˖🍓 Las cartas no mienten (Drarry) ִֶָ ˚˖🍓

◍𑂺ི⸼🍓⃕. Dos cartas.

• Ayúdame, ámame señor H.
Que yo no puedo•
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Esta vez llegaron dos cartas. Con gran felicidad agarre el sobre ya conocido por mi. Trace lentamente su superficie y rogué por qué su respuesta fuera la que esperaba.

“ Acepto ”

Sonreí, sentí como lágrimas podrían manchar mis mejillas. Una respuesta tan pequeña hizo que mi corazón latiera tan fuerte que sentí como si el tiempo se detuviera y solo pudiera sentir sus cálidas palabras, que extrañamente aunque no tenían su voz en mis pensamientos me hacía querer volar por el hermoso y cálido viento de Gran Bretaña.

Desperté de mi ensoñación con una nostálgica sonrisa hasta que decidí leer la siguiente carta. Algo me dejó un tanto desconcertado, sin embargo comprendí a que se debía. Seguro era alguno de sus hermanos pidiendo que no la lastimé. Pues obviamente ese sobre pertenecía a su familia. Sonreí y abrí la carta.

“ Harry.

¿Por que hasta este momento no me has escrito? ¿Estas enojado por algo que hice?

Por favor, si es así, escríbeme en cuando antes.

Atte: Ginny Weasley ”.

La sonrisa en su rostro se borró rápidamente, pudo haber sido una broma de mal gusto, pero esa letra le pertenecía obviamente a ella. El pánico empezó a inundar su sistema y su sangre. Sentía como todo en él se paralizaba.

¿Que demonios? ¿Si la persona con la que hablo no era Ginny, quien era realmente? ¿En que problema se había metido?

¿Que podía hacer en una situación cómo está?

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– Je me sens vraiment excité. (Realmente me siento muy emocionado).

Expreso la pelinegra con gran alegría.

– L'avantage que tu sois bilingue est que si tu peux le comprendre. (La ventaja de que seas bilingüe es que podrás entenderlo). – mencionó uno de sus mejores amigos.

– Alors arrêtons de parler français un instant et célébrons la bonne chance de Draco. (Así que dejemos de hablar francés por un momento y celebremos la buena suerte de Draco.) – mencionó el chico con tez morena mientras envolvía sus brazos por los hombros de ambos chicos.

– Blaise tiene razón, pronto empezará nuestro vuelo. Tenemos que estar tranquilos. – dijo el castaño mientras se separaba de sus amigos levemente.

– No lo sé chicos, por ratos estoy completamente feliz pero también tengo miedo de que... Bueno... Eso se repita.

El joven rubio se veía un tanto decaído, por lo que su mejor amiga agarro sus mejillas y las levantó. – Tranquilo, eso no va a pasar. – dijo con una gran sonrisa. Transmitió aquella paz y el rubio imitó su acción.

– Vol 211, vuelo 211. – escucharon en un altavoz. Ambos asintieron y se sonrieron para así dirigir toda su confianza a aquel nuevo lugar.

Quizás no todo podría salir tan mal.