◍𑂺ི⸼🍓⃕. El final...

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– ¿Que haces aquí? – los nervios estaban de punta y verlo parado frente al umbral de su puerta con un ramo de flores jamás fue algo que él espero.

¿Como se veía? Su cabello probablemente estaba hecho un desastre y el mal aliento matutino debía estar acompañándolo con una daga listo para atacar. Su pijama azul no ayudaba ni un poco. ¡Que desastre! ¿Que hacer cuando un chico tan lindo aparece de la nada para quitarte el sustento y el aliento? ¡Que pánico!

Claro que esa era su perspectiva, mientras que el otro chico sentía morir de alegría. Ver su cabello tan desordenado lo hacía ver ciertamente adorable.

– Bueno como te digo... – se vio interrumpido antes de terminar su explicación, pues la madre del rubio apareció justo detrás suyo.

– Dragoncito, que bueno que despiertas. Como verás, Harry llegó. ¿No es maravilloso? Hace tanto tiempo no veía a este bello león, es tan lindo tenerlo de vuelta en casa. – su madre, una mujer que parecía despertar y tener el cabello acomodado como si se tardará mil horas en ello, lo suave que se veía su piel y con su porte tan elegante.

¿Es posible que tu propia madre te haga sentir mal siendo que tú al despertar pareces un gato extremadamente peludo y ella una elegante serpiente?

Wait, ¿Que dijo?

Reaccionó de su trance y la vio aterrado. – ¿Y esa cara? Parece que viste un fantasma. – pregunto la señora Malfoy. A lo que su hijo solo tartamudeo meditando mejor sus palabras.

– Si... No... Digo, es una alegra tener a Harry aquí... Si... Pero... Me cambiaré y los veo luego. – dijo el rubio con gran nerviosismo.

A lo que la dama solo asintió y se retiró junto al azabache.

– Realmente no se qué le sucede, desde que regreso de su viaje a Inglaterra no nos quiso decir mucho de lo que paso. Ay Harry, supongo que tú debes estar más enterado que nosotros. Me alegra bastante que nos vinieras a visitarnos después de tanto años, y con flores. Seguro que ya luego me explicarán ambos que paso allá. Ahora solo trata de alegrarlo. – echó una carcajada, poco común para ella, y luego se disculpó por tal acción.

– Si, eso espero. Seguro que olvidará cualquier problema que paso allá.

– Eso mismo pensé, bueno Harry. Tengo esperanzas en que restaurarás el corazón de mi dragoncito. – guiño un ojo y completo su cometido. A lo que él azabache se sintió reconfortado, aún tenía la esperanza de que eso sería cierto.

Simplemente debía encontrar una buena forma de cómo volver a reconquistarlo, sería díficil, pero no imposible.

La espera por ratos de sentía agónica, Draco no salía de su habitación por nada del mundo y ya no sabía que hacer. Tocó la puerta como por cuarta vez y ningún sonido se emitió.

Empezó a entrar en desesperación. Solo quedaba una cosa por hacer, abrir la puerta a fuerza... Aunque eso sería muy salvaje. Solo suspiro y cedió ante el orgullo del rubio.
Claro que primero dejo una carta que entro por debajo de la puerta del susodicho.

Querido Draco:
Si mediante cartas te conquiste una vez, otra vez lo haré; si es que fuera posible hasta un y mil veces lo haría para poder tener otra vez tú corazón. Y si eso te parece cobarde, déjame citarte a las 16:00 horas en tu jardín, por favor compadecete de este alma en pena y déjame verte.
Con amor, Harry.

Termine mi cometido y me dirigí hacia mi habitación para vestirme. Las cosas no siempre salen como uno desea, pero trataría de dar mi todo por él para conseguir una segunda oportunidad.

ִֶָ ˚˖🍓 Las cartas no mienten (Drarry) ִֶָ ˚˖🍓Where stories live. Discover now