12. Dolor

6 0 0
                                    

Capítulo 12.

Limpio el vapor del espejo con la manga de mi largo suéter, me miran de vuelta unos profundos ojos celestes apagados, una cara pálida sin vida, un cabello rosa que está perdiendo el color, no me reconozco, pero por primera vez como me veo refleja como me siento.

Destrozada.

Bajo la mirada a mis rodillas y el recuerdo de ese día empieza a desvanecerse también, los raspones se han curado dejando apenas una pequeña costra, ¿cuántos días han pasado?

No lo sé.

El mundo exterior parece demasiado brillante, demasiado aterredor para alguien con un aura tan negra como yo, dentro de mí hay un agujero negro que acaba con cada apice de felicidad, cuando la alegría llega a mi vida la absorbe y la convierte en miseria. O tal vez soy solo una adolescente que solo se siente segura destro de cuatro paredes llamadas  habitación, o la cueva de sufrimiento como la llama Dylan; inhalo lo que queda de su olor en el suéter, ya casi no queda nada, salgo del baño y veo mi cuarto impecable, recordándome que hace días seis revoltosos chicos no se han pasado por aquí y el silencio por primera vez en mi vida atormenta mis oídos.

Estar solo es un placer para muchos y una tortura para otros como yo. Los eternamente jodidos.

Me refugio en el trabajo y cuando no encarno a Emma, sou solo yo o lo que queda de mí y aveces desearía ser Emma tan jodidamente valiente, tan jodidamente feliz y yo...
Yo la mitad del tiempo estoy triste y no sé por qué pero esta vez si lo sé, solo que Ashton no lo vale, incluso le he rogado a mi psiquiatra que me ayude:

—¿Como hago para que deje de doler?—recuerdo haber rogado desesperada.

— Vivir el dolor es parte de la sanación— fué su única respuesta.

Supongo que estoy viviendo el dolor, guardandole el luto a un amor aún más doloroso que todo esto, pero sin importar qué sé que las heridas sanan, la noche se acaba, la tormentas se alejan, la vida se acorta y la felicidad vuelve.

Me tiro a la cama y doy un suspiro, la parte salvaje de de mí ruega para que esté estúpido luto acabe de una vez por todas, pero sé que no es solo eso, hay una pieza faltante en mi corazón que no es Ashton, son cuatro tontos vecinos que me sacan de quisio la mitad del tiempo, pero me hacen tan feliz la otra mitad, me cuesta admitir el cariño que les tengo en tan poco tiempo, en especial a cierto gruñón de ojos azules pero lo supe; lo supe en cuanto los ví abordar ese avión en rumbo a que su sueño empiece y me dí cuenta que ellos iban a volar con el viento, que sus nombres llegarían hasta el último rincón de la tierra, que cambiarían vidas y que ya no los vería más y llámenme dramática porque Kaim me juró que solo era solo una semana de publicidad y entrevistas en New York, pero una semana no es solo una semana cuando se trata de fama  y sé que pronto tendré que perseguirlos por el mundo para poder verlos pero, ¿cómo esperan que no me deprima cuando sé que me van a olvidar?, porque, ¿por qué alguien tan especial como ellos recordarían a alguien tan insignificante como yo?

Salgo de mis pensamientos cuando tocan la puerta y tres segundos después aparece la cara de mi papá entre la rendija, clavando sus ojos celestes en mí.

— El tío Paul va a dar una fiesta hoy, ¿no quieres ir?

—No papá—musito en respuesta.

Él hace un sonido con la lengua y luego el colchón se hunde junto a mí.

— Pensé que a la más fiestera de la casa le gustaría acompañar a este viejo— suelta acariciando mi cabello.

—No estás viejo papá— reniego sentandome para quedar frente a esos ojos iguales a los míos.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Nov 09, 2022 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Canciones para Alex (En Edición)Where stories live. Discover now