XIV

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Creí haber sido claro — sus puños se apretaron con fuerza al tiempo que su mirada se tornaba más fría de lo común —

Y que sino? — Afrodita cuestiono con cierta diversión. Le divertía lo celoso que podía ser Camus, a pesar de ser él el que siempre rechazaba a Milo — no eres más que amigo del bicho, no puedes prohibirle tener otro amigo o algo más con alguien — agrego con cierta malicia. Le gustaría saber hasta qué punto soportaría el onceavo guardián — aparte que tú lo has rechazado como...cien veces? — Fingió pensar el número exacto— todos tenemos un límite y tal vez el de Milo llegó — finalizo, esperando que con eso el acuario pensara mejor en su forma de ser con el bicho azul —

Si pero... — calló. Tenía que pensar muy bien en lo que le sucedía, y es que Dite tenía razón fue el que se pasó rechazando una y otra vez a Milo, entonces no debía molestarle que el escorpio lo ignorara y pasar a hacer amistad con Degel, que desde el inicio se vio muy interesado en el octavo guardián —

Además que la última vez que Milo te invito a ir a ver una serie animada, le gritaste diciendo que no perderías una hora de tu vida viendo esa porquería — el peli celeste suspiro al recordar ese día, hasta a él le dolió tremendo rechazo —

Ok. Ya entendí — gruño con fastidio — solo espero que esto se acabe pronto — murmuro para sí mismo. No quería armar una escena ni volver a pelear con Degel, y menos por la atención de Milo —

Me parece — se encogió de hombros. Al fin y acabo era la vida del acuario y si este no quería hacer nada para evitar que Milo tuviera un enamoramiento con Degel, él no tenía por qué meterse —

***M***

Entonces... — ElCid no sabía dónde meterse, nunca en toda su vida había sentido tanta vergüenza como ahora la estaba sintiendo —

Sí, ese era el motivo por el que Regulus no quería estar cerca nuestro — Sísifo desvió la mirada con vergüenza a pesar de que no pudo evitar que el sonrojo invadiera su rostro —

Entiendo — asintió el décimo guardián, dejando al final un silencio pesado invadiendo la sala de estar de capricornio, ambos dorados sin saber que decir o hacer —

Te lo dije, por eso no quería decirles nada... su amistad se va a tornar incomoda — se escucharon los murmullos tras algunas columnas — y no quería eso...

No es tu culpa. Calma — otro murmullo —

Regulus, Atla los podemos escuchar — Sísifo levanto la voz para llamar la atención de los menores que pegaron un gritito —

Eh...nosotros solo pasábamos — el pequeño león expreso mirado aun lado en un claro tic nervioso —

Y ya nos vamos — Alta tomo la mano del castaño para huir rápidamente fuera del templo dejando atrás a los mayores —

Mejor olvidemos esto — fueron las palabras del capricornio — vamos a buscar algo mejor que hacer — le tendió la mano al mayor —

Claro — acepto a pesar de que algo muy dentro de él no quiso aceptar las palabras del menor —

***M***

Patético — Kanon se cruzó de brazos y con el ceño fruncido observaba el comportamiento de su antecesor quien ayudaba a un adolorido Aspros —

No todos pueden ser como tú, Kanon — le gruño Saga que seguía preparándose algo de comer —

No, nadie puede ser tan genial como yo, pero tampoco ser tan deprimente — negó antes de arrebatarle el sándwich que el gemelo mayor estaba por comer — que asco porque le pones kétchup —se quejó antes de volver a morder —

Para que no te lo tragues... — rodo los ojos, esa no era la primera y estaba seguro que no sería la última vez que su hermano le quitaba su comida — en fin, es normal en los hermanos preocuparse el uno por el otro —

Enserio? — Le miro con la ceja alzada — para mí sería un alivio si desapareces —

Por eso, además solo está ayudando a su hermano. Saori le dio hasta con la silla, por ofender a Mu de esa manera — solo pensar en lo furiosa que estaba la diosa le dio un escalofrió — Se lo merecía — Kanon asintió a lo dicho por su gemelo —

Comamos fuera — Saga vio cómo su sándwich era arrojado a la basura —

Tu invitas? — Kanon solo se encogió de hombros en respuesta —

Sí o me mataras de una diarrea con tu comida — agrego al ver un amago de sonrisa en el mayor —

***M***

La primera vez que vi a Tauro con Aries creí que había algo entre ellos — sonrió de manera imperceptible para cualquiera que no lo conociera — y no me pueden culpar —

Pues no es así, Aldebarán solo ayuda a Mu a cuidar a Kiki — Shion se apuró aclarar los hechos al rubio de virgo — además Mu solo es un niño, aún no tiene edad para eso —

Enserio? — sonrió con burla mirando de reojo a su sucesor que se mantenía imperturbable —

Asmita — advirtió Docko al entender a donde quería llegar el rubio —

Que solo digo que cualquiera puede confundirse por la manera en que Tauro y Aries se llevan, y además el niño que quiere tanto Aries tiene un apego especial por Tauro, es obvio que este no se interpondría en una relación más que amical entre ellos, muy por el contrario ayudaría — expreso con tranquilidad como si no tuviese motivos oscuros tras sus palabras —

Bueno, si es Aldebarán no tendría problema — Tres miradas, dos azules y una verde se centraron en el peli verde quien había sido el de las palabras — Que...? — solo fueron unas milésimas de segundos pero el cosmos de Shaka perdió todo control para volver a estar tranquilo como antes. Como si nada pasara —

Mu tiene edad para elegir no tienes por qué intervenir, Shion — Docko trato de que Shaka no volviera explotar —

No, es muy ingenuo y de buen corazón, diría si a cualquiera solo para evitar lastimarlo — Shion arrugo el ceño —

Se nota que no conoce ni un poco a Mu, si supone eso — poniéndose de pie con elegancia y tranquilidad, el actual virgo abandono el primer templo, lugar en el que había estado pasando el rato con Mu cuando llegaron Shion, Docko y Asmita, teniendo Aldebarán que aparecer para ayudar a despistar a las vistas. Nunca había sido inseguro y menos con respecto a su relación con Mu pero algo en su interior se agito cuando escucho a Shion y Asmita decir eso — 

De Generación en Generación (Saint Seiya)Where stories live. Discover now