|019|

684 118 43
                                    

Minho entró en el departamento con Jeno dormido entre sus brazos, no había pasado mucho tiempo que el pequeño cuerpo había dejado de temblar. Escuchó como el agua de la ducha caía y bajo su cabeza, entristecido, y miró los ojitos cerrados, delineados con unas largas pestañas.

Se adentró en la habitación compartida con su esposo y acostó al niño, bien arropado y lo rodeó con peluches que, como bien sabía, Jeno se despertaba en busca de calor de sus padres o estar en los brazos de alguien, entonces así, no lloraría a las tres de la mañana.

Se sentó en el borde de la cama y su nerviosismo aumentó al punto en el que su cuerpo temblaba aún más, pero enseguida supo que la ansiedad también estaba haciendo acto de presencia. Unas lágrimas rodaron por su rostro, claro que no las sintió hasta que estas aterrizaron en sus manos unidas sobre su regazo. La había cagado.

¿Cómo no lo había escuchado entrar? ¿Cómo pudo siquiera hablar del tema con tanta facilidad?

No le dió tiempo de pensar mucho, pues Jisung ya había salido del baño y se encontraba de espaldas a él. No le había dicho nada, ni siquiera bromeó con el hecho de volver a ducharse con él. No había emitido sonido alguno de su boca, solo del armario chirriando y el rozamiento de telas en señal de que estaba buscando ropa. No había despegado sus ojos de aquella espalda suave y musculosa, que pronto fue tapada por una camiseta.

—Lo siento... —musitó en un susurro, acercándose hacia él, impactando sus temblorosos dedos con la mano de Jisung que yacía en un costado de su cuerpo, pero se la quitó enseguida.

—No me toques.

No sabía por que lo habia dicho, esas palabras salieron de su boca sin ser pensadas, aún así, ni siquiera lo miro para disculparse, lo ignoró.

Lo ignoró.

Cerró suavemente la puerta del cuarto y se desplomó en el sofá, prendiendo la televisión, tal vez con algún programa podría distraerse del hecho que Minho le ocultó lo que podía ser el fin de su sueño de tener una familia.

Sabía que Minho estaba arrepentido, y que pronto correría hacia él y le llenaría el rostro de besos para luego decirle que lo único que les quedaba era luchar. Pero tenía que pensar. Debía hacerlo. El cansancio se había esfumado en cuanto cruzó la calle dejando a Minho solo con su pequeño, no sabía como, pero su mente viajó a aquel día en el que Minho se enteró de la puesta y con lágrimas en los ojos le había dicho que no lo toque.

Que no lo toque.

Mencionó esas mismas palabras que en su momento, le habían destrozado el alma por completo.

Quería volver y pedirle perdón, que no era lo que quería decir, pero sus articulaciones no obedecieron a su cerebro, menos a su corazón. Más lágrimas cayeron en su rostro y recordó como el alcohol fue su compañero en esos dias.

En los que sentía que había perdido todo. ¿Por qué tenía que volver a pasar?

Sabía que, sí Jeno no se quedaba con ellos, al menos tenía a Minho y Lisa, pero mierda, ese niño había llenado un vacío que no sabía que tenía, porque pensaba que lo tenía todo.

Claro que lo tenía todo.

Menos un padre.

Jisung trataba de evadir los dias en los que Minho y Lisa iban al cementerio a visitar a Taeyang, porque tiene miedo de presentarse ahí que de alguna forma su padre reviva y que el muerto sea él.

Le tenía miedo a un muerto.

Sobre todo cuando había jugado con su hijo cuando él estaba enfermo, sabiendo que le había prometido cuidarlo.

No sabía como, pero ese vacío fue resuelto cuando su esposo estuvo de acuerdo en quedarse con ese ángel. Sin embargo, sabía perfectamente que ese vacío se llamaba "ganas de ser padre", ¿Y se entera detrás de una puerta que pueden arrebatárselo? ¿Los mismos hijos de puta que lo abandonaron? ¿Era una broma o qué?

Se levantó con ímpetu del sofá y abrió nuevamente la puerta de la habitación. Lo encontró sentado contra el respaldar de la cama, con sus rodillas en su pecho mientras ahogaba algún que otro sollozo. Se acercó rápidamente hacia él y se arrodilló en el suelo, y apoyó su mano en los temblorosos dedos de su esposo, quien enseguida sacó su cabeza del escondite.

—Pelearemos, ¿verdad, amor?

Jisung notó los ojos irritados de Minho y como su cuerpo temblaba, se había pasado de idiota. Se subió rápidamente a la cama y lo estrechó en su pecho con fuerza, siendo correspondido con necesidad.

—L-Lo haremos, Ha-Hannie —el menor bajó sus brazos y rodeó la cintura del mayor, para esconder su rostro en su cuello, su lugar favorito—. Lo siento, lo siento, lo siento.

—Shhh... —acarició su cabello mientras sentía los temblores entre sus brazos—. Yo soy quien debe disculparse por actuar así, tu esposo es un idiota.

—Lo sé —Jisung alzó una ceja, ignorando la comezón en sus mejillas por las lágrimas.

—Deberías haber dicho algo como "no, eres sexy" o algo por el estilo para subir mi ego que está en el subsuelo de este edificio —escuchó una pequeña risa que hundió de felicidad todo su sistema, logrando que su corazón por fin volviera a latir con emoción—. No volveré a decir una cosa así.

—¿Que no te toque? —cuestionó algo confundido y Jisung asintio.

—Sí, sobre todo porque no puedo vivir sí tú no estás tocándome, sea en el sentido que sea.

—¿Cuándo dejarás de ser un hormonal?

—Nunca, amor. Me excita como te sonrojas cuando te digo esas cosas, no se cómo lo haces.

—¿Hacer qué? —sacó su cabeza de la curvatura y acunó su rostro húmedo y apretó sus mejillas abultando sus labios.

—Enamorarme —habló con dificultad.

Y lo que luego siguió fueron unos sin fines besos por todo su rostro, más aún para limpiar aquel rastro de lágrimas que arruinaban su bella cara.

—Lamento habértelo ocultado, no sabía como decirlo, no era tan fácil Jisung. Te veía jugando o riendo con él o literalemnte hacerle caras graciosas y cantando, que no quería arruinar el momento... —Jisung lo calló de un beso.

—Hablas mucho y me estás excitando... —mordió su labio inferior con suavidad para luego chuparlo con fuerza, escapándose un leve jadeo de parte de Minho.

Jisung metió sus manos por debajo de la camiseta holgada de su esposo para acariciar la piel suave que tanto amaba sentir bajo sus dedos.

—Ahora que ambos estamos perdonados, dime algo para levantar mi ego, sí quieres te doy opciones —Minho alzó las cejas, dispuesto a escucharlo—. Puedes decirme que soy el chico más sexy de toda Corea, que soy el único y mejor novio y esposo que has tenido o...

—Te amo —interrumpió.

—Me es suficiente —volvió a atrapar sus labios con los ajenos en un beso suave, en el que sus lengas se acarician con cariño—. También te amo.

Jisung sonrió, provocando que sus mejillas se abultaran y que Minho las apretara para volver a besar sus labios que formaban un piquito, mientras ambos reían.

Ambos se sumergieron en su amor mutuo, sabiendo que lucharán por tener a ese niño en sus brazos lo antes posible.

Ambos se sumergieron en su amor mutuo, sabiendo que lucharán por tener a ese niño en sus brazos lo antes posible

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
━ 𝑬́𝒔𝒆 𝒃𝒆𝒃𝒆́ 𝒅𝒆𝒃𝒆 𝒔𝒆𝒓 𝒏𝒖𝒆𝒔𝒕𝒓𝒐 ² ᯽ 𝑯𝒂𝒏𝑲𝒏𝒐𝒘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora