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—¿Cómo está Diego? —Preguntó la señora Fontalvo al doctor en cuanto lo vio aparecer.

—Mejor —respondió él, la alentadora noticia tranquilizó a la señora.

Habíamos quedado en dividirnos para buscar a Diego por toda la ciudad, pero cuando la hermana de Pemberton nos dijo que lo habían encontrado y posterior a eso, llevado al hospital, literalmente volamos hasta aquí.

La señora Fontalvo estaba pálida, no se creía la historia de que su adorado sobrino consumía drogas y había tenido una sobredosis.

—¿Si fue una sobredosis de drogas? —Preguntó nuevamente, buscando quizás negación, pero el doctor puso los labios en línea recta y asintió levemente con la cabeza.

—La prueba de toxicología demostró que sí, Diego está bajo los efectos de X-Fort.

—Dios mío —gimió la madre de Ivonne, se llevó las manos a la boca y empezó a caminar de espaldas, asombrada. Llegó hasta la silla más cercana y se sentó —. No puede ser... —ella me miró, luego miró a su hija y finalmente al doctor.

—¿Hay una manera de saber desde cuándo está mi sobrino drogándose?

El doctor, que anteriormente se había presentado como Jeremy, nos miró analizadoramente.

—Eso solamente lo sabe él, señora —luego, pensativamente, dijo: —. Al menos que ustedes sepan algo.

—Solo sé que no es la primera vez —dijo Pemberton, con aura melancólica.

Ivonne estuvo de acuerdo con un asentimiento de cabeza.

—No lo puedo creer... tendré que llamar a mi hermana y contarle... Esto... Dios mío, esto... ¡Ni siquiera sé cómo actuar! En mi familia... Nunca se había visto esto.

—No se preocupe, señora. En el hospital contamos con asesoría psicológica, cuando él despierte se le dará una consulta y si acepta, podremos internarlo para ayudarlo con su adicción.

—Mi sobrino no es un adicto.

—Mamá, si abusó de las drogas hasta el punto de tener una sobredosis, créeme, lo es. 

La señora Fontalvo cubrió su rostro para llorar.

...

Santiago y yo llegamos a la casa exhaustos, apenas pusimos un pie en la sala nuestros padres exigieron noticias sobre Diego como si sus problemas hubieran perdido importancia, aun así, Santi les dijo todo.

Mi madre prometió una visita a su amiga y mi padre se ofreció a acompañarla, me senté en el mueble, asintiendo con la cabeza, llenándome de pensamientos que inundaban mi razón. 

Quería saber por qué mi madre había guardado por tanto tiempo el secreto de que mi padre, no, el donante de esperma, seguía con vida. Esa maldita curiosidad de saber aquello me estaba costando concentrarme.

Ella, siendo tan empática y buena en leerme, se sentó a mi lado.

—¿Quieres hablar?

Aunque quería, no era el momento, habían otras cosas que eran más importantes, como el hecho de que en unas semanas, ya no viviríamos aquí.

—No, está bien. Solo... estoy preocupado. No sabremos a dónde ir...

—Yo me voy a hacer cargo de eso —prometió mi padre, agarrándome las manos cuando se me acercó.

—Lo sé, tú siempre encuentras que hacer.

—Entonces quita esa cara de culo, porque lo vamos a solucionar.

Después De Soñar (Finalizada)Where stories live. Discover now