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Esperanza | Andy Barber
Partes: 1/1
Nota: Aquí no existe Laurie.
La vida de Andy Barber era como la de cualquier otra persona. Un trabajo estable, una cómoda casa, y una hermosa familia, la cuál comenzó cuando te conoció estando en plenos estudiar de preparatoria. Nadie pensó que ustedes dos terminarían juntos por el resto de sus vidas al contraer matrimonio a temprana edad.
Claro que luego de varios años de casados un hijo llegó a sus vidas y si pensaban que eso trajo problemas están equivocados, pues este pequeño les trajo alegrías cada día. Jacob, como decidieron nombrarlo en honor a tu abuelo, era un niño inteligente y bastante cariñoso con sus padres. Cualquiera pensaría que sería el hijo perfecto.
Pero como no todo en la vida es de color rosa, la desgracia caería en tu familia más pronto de lo que esperaban.
Y con esto me refiero a cuando el cuerpo de un adolescente fue encontrado y uno de los sospechosos en ese crimen no es nada más que Jacob Barber.
—Estoy en casa— anunciaste al entrar por la puerta de aquella casa en la que vivían desde hace ocho años.
—¿Cómo te fue?— preguntó tu esposo recostado en el sofá.
—Fue una locura, pero todo está en orden— dijistes, pues habías tenido que adelantar bastante trabajo para poder enfocarte en lo que ahora se había convertido un juicio. Pues tu hijo era oficialmente acusado de un homicidio—. ¿Cómo sigue Jacob?
Ante esa pregunta Andy negó con la cabeza haciendo que ambos soltaran un suspiro. Llevaban semanas tratando de que su hijo hablara con ustedes acerca de cómo se sentía, y sobre todo trataban de no ser muy directos con el tema. Bien sabían que su hijo no había sido el culpable de ese horrible acto.
Pero uno nunca se sabe qué esperar de las personas.
—¿Comió algo?— volviste a preguntar, esta vez acariciando el cabello de tu esposo, quién gustosamente disfrutó de ese acto.
—$Dijo que estaba cansado.
—Debemos hablar con él— declaraste. Considerabas que ya había pasado mucho tiempo y el asunto no se arreglaría si ninguno de los tres ponía de su parte.
—Mañana nos comunican a qué hora debemos estar en el juicio.
—Insisto en que él es inocente.
—Y lo es— aseguró Andy poniéndose de pie.
—Estoy harta de todo esto.
Llevaban bastante tiempo en esa situación que inclusive Andy, siendo abogado, trato de hacer todo para que sus vidas volvieran a ser las mismas, pero los comentarios de las personas no ayudaban. Incluso sus propios vecinos ya no los trataban como antes. Pues para todos, ustedes estaban perdidos al tener un hijo homicida.
En una ocasión llegaron a rayar su casa de comentarios ofensivos hacia su hijo y eso solo hizo que su enojo saliera más a flote.
Mientras que Jacob era maltratado en la escuela recibiendo todo tipo de comentarios y burlas acerca de lo sucedido. Ustedes no sabían nada de eso, pero ya sospechaban que algo sucedía, no era normal ver aquel cambio tan repentino en su hijo.
Trataron de hablar con los maestros y hacer que cambiaran esos actos, pero lo único que recibieron fue que excluyeran a su hijo de todo.
—¿Jacob?— preguntaste trras dar un pequeño golpe a la puerta—. Soy mamá, ¿puedo pasar?— pero no recibiste respuesta.
Estabas cansada de intentar hablar con tu hijo, pareciera que de un día a otro tu hijo ya no era el mismo. Y no lo culpabas, todos habían cambiado tras lo ocurrido. Y aún más cuando el caso había sido publicado en todo tipo de noticias.
—¿Está todo bien?— Andy llegó a tu lado, pero solo negaste con tu cabeza señalando la puerta—. ¿Jacob?, mamá y yo queremos hablar contigo.
Otra vez no recibieron repuesta. Andy te pidió hacerte a un lado. Si su hijo no los escuchaba por las buenas, lo tendría que hacer por las malas. Andy forcejeo la puerta y de un solo empujón esta se abrió dejando ver una habitación vacía.
—¿Jacob?— preguntaste acercándote al clóset.
Sus corazones volvieron a latir al ver a su hijo en el piso de su clóset. Lo malo, es que este se encontraba llorando en el suelo. Sus ojos decían que había estado llorando por horas y sus sollozos era amortiguados por una sudadera.
—Oh, cariño— murmuraste a la vez que te sentabas a su lado para pasar una de tus manos entre el cabello de tu hijo y la otra en su espalda.
Jacob, al sentir el contacto de tu mano en su espalda se acurrucó en tu pecho, tal como la hacía de pequeño. Andy no tardó en agacharse y unirse a ese pequeño abrazo.
Ahora estaban más preocupados por la salud mental de su hijo que por cualquier otra cosa. Estaban volviéndose locos al tratar de hallar una respuesta.
Todo dictaba a que Jacob en verdad no había sido el asesino, pero sus acciones a veces no lo ayudaban. ¿Tener un arma blanca en su habitación? ¿Publicar cosas sin sentido acerca del asesinato? ¿Haber sido encontrado justo a unos metros del cuerpo un día de escuela?
Era demasiado, pero no perdían la esperanza de demostrar que era inocente de todo acto.
—N-no quiero ir a la cárcel— sollozaba entre tu blusa—. Tampoco quiero ir a la escuela, me tratan mal.
—¿Quién Jacob?—$ preguntó Andy sobando su espalda.
—T-odos— lágrimas más gruesas caían sobre sus mejillas al recordar todos los comentarios que le hacían a diario.
—Encontraremos una solución— aseguraste, dejándole besos en todo su cabello.
No podías dejar de sentir enojo al ver cómo tu hijo sufría. Aquella personita que viste crecer, y que tenía toda una vida por delante estaba sufriendo de una manera que nadie merecía.
—Todo estará bien— murmuraban ambos a su hijo, tratando de calmarlo.
Ninguno tenía repuestas para lo que dictaba el futuro. Solo Jacob lo sabía, y lo supo cuando estaba dormido entre los dos cuerpos de sus padres quienes se negaron a alejarse de él en toda la noche. Jacob, con demasiado cuidado se puso de pie y salió de la habitación sin hacer ruido, claro que le ayudó bastante a qué sus padres estaban exhaustos como para escuchar sus silenciosos pasos. Caminó hasta el baño donde colocó seguro a la puerta y observó su reflejo ante el espejo. Ahí fue cuando supo que nadie más le haría daño, ya no sufriría, ya no escucharía nunca esos comentarios. Estaba decidido, Jacob Barber no volvería a sentir nada.
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Ya saben que para los pedidos pueden dejar su comentario o mandarme mensaje.
Aún tengo varios pendientes que espero publicar pronto.
