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C O N T E N I D O +18
Christopher Vélez;
La nítida luz del largo pasillo me abrazaba, solo veía sombras pasar al rededor.
— Cariño te esperaba — Llegó a mí, Ámbar con un vestido ajustado, además de un antifaz cubriendo la mitad de su rostro — Me encanta que hayas venido, la habitación ya nos espera—
Comenzamos a caminar hasta llegar a una de las puertas de está inmensa casa, las parejas pasaban a nuestro alrededor con sus antifaces algunos con ropa mientras que a otros ya les faltaba, la luz seguía nítida era complicado el distinguir a alguien.
Ámbar comenzó a acercarse y dejar besos sobre mi cuello al momento de querer rodear mi cuello, quite sus manos la tomé por las muñecas y la dirigí a la cama.
— Christopher tu has convocado ¿Que quieres hacer?
— Para ti soy señor Vélez
— ¿Estás enojado?— dijo mientras daba una pequeña sonrisa— Me encanta ser su sumisa señor Vélez
— Estoy muy enojado así que prepárate
Sin más saque unas esposas y las coloqué en sus muñecas, esto sería rápido, no se el porque la llamé pero necesitaba algo de diversión.
Pronto comencé a recorrer aquel cuerpo tan perfecto que tiene Ámbar, mis labios recorrían su piel.
La tomé para ponerla en cuatro y abrí mi pantalón saque mi pene semi erecto, me pajié para que se pusiera duro, coloqué el condón y pronto comencé a entrar en esa cavidad tan apretada que me encanta.
La escuché gemir, mientras que yo sentía como me abrazaban sus labios vaginales. Ámbar gritaba se que lo disfrutaba pero yo solo quería desestresarme.
— Vamos correté, hazlo para mí
— Amo sea más sucio ahhh...— Dijo casi sin aliento
— Vamos pequeña zorra correté, hazlo para complacer a tu amo zorrita— dije mientras azotaba mi mano contra su nalga derecha
Y sin pedirlo más Ámbar que un gran gemido me dio todo su dulce néctar.
Amelie Colón;
Al momento de abrir los ojos pude divisar a mi marido saliendo de la puerta del baño con una toalla blanca al rededor de su cintura.
— Buenos días mi ángel, - se acercó y dejo un suave beso sobre mi frente-
—Buenos días cariño, ya extrañaba esto
Y no mentía amaba despertar y poder verlo.
Erick en ese momento dejo caer la toalla, exponiendo su desnudez ante mí. Me dio la espalda y se acercó a aquel cajón donde guardaba su ropa interior. Pude ver la definición de su espalda y bajar un poco más para ver aquel definido trasero.
